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DOS MINUTOS

Cómo puedo cultivar una relación de amistad con Jesús

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Luis García DubusSanto Domingo

Se me ocurre hoy hacerle a usted un test, una prueba, un cuestionario simple con tres preguntas. Usted mismo se calificará luego, dependiendo de su propia respuesta.

¿Cree usted que Jesús de Nazaret existió, y que expresó cosas verdaderamente interesantes?

¿Cree usted que Jesús de Nazaret ha sido el hombre más importante que ha existido en la historia de la humanidad?

¿Cree usted que Jesús de Nazaret es el Hombre-Dios, que resucitó, y que por tanto está vivo hoy?

Respuestas y calificaciones

Si su respuesta a la primera pregunta es sí, usted está bien.

Si su respuesta a la segunda pregunta es sí, usted está mejor. Está muy bien.

Si su respuesta a la tercera pregunta es sí, usted ha penetrado en la verdad.

Y, prepárese: ¡todavía puede usted dar un paso más, y ese paso es inmenso! Sin embargo, antes de decirle cuál es ese paso inmenso, vamos a insistir por un momento en el tercer punto, en la verdad.

Si usted conoce esta verdad, ha tenido la enorme dicha de recibir algo que no todo el mundo tiene: fe.

Que el Señor está vivo hoy es nada menos que el mensaje central de nuestra fe, y es la base y fundamento de nuestra esperanza, alegría y certidumbre.

¿Acaso no sería estúpido adorar a un pobre carpintero fracasado a quien acabaron matando por iluso o por embustero?

Precisamente su verdadera grandeza está en que se levantó de la tumba y dio pruebas irrefutables de su resurrección, apareciéndose a muchísima gente.

El Señor resucitó. No hay duda de que esta es la verdad, la gran verdad.

Dijimos, sin embargo, que a quien ha llegado a conocer esta gran verdad, puede faltarle aún dar un paso inmenso. ¿Cuál es?

Dice un autor llamado Sauve que ese paso inmenso consiste en poder decir: ese Hombre Dios es mi amigo. Quien no da este paso puede que tenga un Dios ortodoxo, un Dios teológico, un Dios histórico, un Dios trascendente y hasta un Dios racional y científico, y, sin embargo, un Dios ausente...

La primera gran noticia del evangelio de hoy (Juan 20, 1-9) es pues, que el Señor está vivo.

Y la segunda gran noticia de hoy es que el Señor desea que usted y yo lo descubramos como amigo.

El Señor está vivo, y desea ser su amigo, su amigo íntimo.

Esa es la buena noticia de hoy.

La pregunta de hoy

¿Cómo puede uno cultivar esta relación de amistad?

Lo primero es conocerlo, naturalmente. Y esto se consigue principalmente a través de la lectura, especialmente de los cuatro evangelios, que son los que narran su vida, sus hechos y sus palabras.

Y en segundo lugar, es vital aprender a conversar con Él. Recuerde que no es con un muerto que usted está hablando, es con un vivo, que prometió “estar con nosotros siempre, todos los días, hasta que se termine este mundo”. (Mateo 28,20)

Muchas veces se pierde uno del amor infalible de este amigo, porque no ha aprendido a decir: “Aquí estoy, Señor”, y luego escuchar en silencio.