La Vida

Psicología

Terapia ideal para tratar la prepotencia

Rechazo. Las personas con esta actitud, se ganan la mala voluntad de quienes no aprueban este tipo de conducta.

Cuando a un niño desde pequeño se le complace en todo, cuando su padre o madre apoyan sus reacciones y tienden a ser permisivos con ellos se está delineando una personalidad de prepotencia porque el infante siente que con un berrinche ejerce el poder de cambiar la opinión y puede manipular a los progenitores.

Cuando una persona prepotente llega a consulta de un psicólogo lo hace porque ya está cansado, desgastado o incluso deprimido porque nadie lo acepta y porque todo el mundo está equivocado a su alrededor. Para tratar a estas personas se apela a la terapia cognoscitiva, en la que el individuo debe empezar a buscar dentro de sí y a evaluar en sí mismo una respuesta a esa problemática. Se evalúa cómo la persona comenzó a recibir información y programación emocional para ser prepotente, en qué etapa de la vida ocurrió esto o que evento lo desencadenó.

Rechazo Una persona prepotente se gana la mala voluntad de otros. Esto ocurre porque al entender su opinión como única, buena y válida el prepotente ‘descalifica’ a los demás, por considerar que otras opiniones no son válidas y se expone a que lo rechacen en muchos ambientes, se cargan el rechazo de muchos y en ocasiones terminan aislándose, porque sienten que es el mundo el que está equivocado, no ellos. Cuando esto ocurre es importante buscar ayuda, pues esto puede terminar mal.

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