FERIA DEL LIBRO
Hadas y duendes aterrizan en un laberinto de palabras en Quito
Hadas, duendes y otros personajes de fantasía se pasean por la Feria del Libro de la capital ecuatoriana, Quito, que en su décima edición, le ha dedicado a los más pequeños un gran espacio con laberintos de palabras, adivinanzas, una maratón de cuento y talleres para acercarlos a la lectura.
La reina de Corazones del libro Alicia en el País de las maravillas, princesas y príncipes también recorrían la feria que se inauguró anoche y en la que hoy a los niños les faltaban ojos y manos para ver y leer todos los libros que había a su alcance.
"Prohibido no tocar", rezaba un gran cartel al pie del cual madres leían a los más pequeños mientras otros menores escuchaban atentos la lectura de alguno de sus colegas cercanos, en tanto, con tan solo año y medio, una niña, sentada en una diminuta silla, volteaba las páginas de un libro y emulaba leer como sus vecinos.
Sólo un trabalenguas, cualquiera, abría la puerta al laberinto de las palabras: "Perejil comí, perejil cené, de tanto comer perejil me emperejilé"...y ya adentro comenzaba el juego.
Mirándose en un espejo, Belén de seis años repitió: "espejito, espejito, dime la verdad, ¿qué piensas de mi?" y enseguida, de una caja a manera de alcancía gigante extrajo un papel: "¿Te gustan las estrellas?. En el cielo hay una muy especial par ti".
Con estrella propia y una sonrisa inmensa, Belén avanzó al siguiente juego en el que los más pequeños escribían su máxima cualidad en papeles que se exhibían luego en las paredes.
Apoyada por estudiantes de educación de la Universidad Central, Belén avanzó a la siguiente etapa en la que los pequeños ejercitaban la escritura al responder preguntas como "¿Qué es tristeza?, a lo que algún pequeño respondió: "No poder leer" y lo pegó en la pared.
Bajo ¿Qué es un hermano? aparecía "Una persona que a pesar de hacerte morir de las iras lo amas con tu vida".
El incentivo a la imaginación llegó en la siguiente parada del laberinto donde debían poner el nombre a cuatro monstruos, según explicó a Efe Alicia Ovalle, integrante de Girándula, asociación ecuatoriana del libro infantil y juvenil.
Juegos para incentivar la memoria y la concentración se entrelazaban en los pasillos de la Feria donde también se desarrolla una maratón, en la que escritores, así como integrantes del grupo "libriPilibri", que reúne a docentes universitarios y promotores de lectura vestidos con divertidos atuendos, cuentan cuentos ante un auditorio para cien personas durante diez horas ininterrumpidas.
Expresidenta de Girándula, la escritora Juana Neira, dijo a Efe que es importantísimo que los niños lean para luego tener ciudadanos "sensibles, críticos, solidarios y empáticos".
Considera que la "invasión" de los audiovisuales y juegos electrónicos "desconecta" a los niños en su relación con el mundo, genera muchas soledades y niños con ansiedad.
"Los niños que tienen acceso a los libros, tienen un pensamiento y una creatividad distinta a otros que se han convertido un poco en los borreguitos de lo que nos quieren vender", apuntó al agregar que los libros también generan vínculos afectivos entre padres e hijos.
En la Feria que se extenderá hasta el 19 de noviembre en el Centro de Eventos Bicentenario, en la que el argentino-canadiense Alberto Manguel es el invitado de honor y en la que participarán 61 escritores nacionales e internacionales, habrá 250 actividades.
En sus 5.000 metros cuadrados de superficie, el Centro alberga 73 expositores, entre los que figuran representantes de la provincia de Manabí -una de las más afectadas por el terremoto de magnitud 7,8 grados de abril de 2016- que ofrecen también su gastronomía.
Según Edgar Allan García, director del Plan Nacional de Lectura "José de la Cuadra" del Ministerio de Cultura y Patrimonio, no hay en Ecuador "números claros" del nivel de lectura, que no involucra solo al tradicional libro sino lo que circula en redes sociales y en subtítulos de películas y series de televisión, dijo.
Solamente los libros tienen "la capacidad de sumergir" a la gente en su universo poético, indicó a Efe al tiempo de recordar que en el encuentro también se pone de relieve la literatura escrita por mujeres de la región.
Con la lectura se debe comenzar desde pequeños, según García, quien opinó que leer "al parecer vuelve a la gente más inteligente", incrementa el vocabulario, se aprende a hilar frases e ideas, permite elaborar realidades diferentes en la cabeza, se aprende psicología, historia...
Además, "la lectura cura el aburrimiento", reza uno de los carteles de la feria, donde cientos de niños se abrazan a la literatura de forma lúdica y donde miles de "libros que buscan dueño".