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Superalimentos: su éxito es un logro de la mercadotecnia

Advertencia. Un alimento no va a hacer magia por sí solo. Foto: iStock

El éxito de los superalimentos deriva de un plan de mercadotecnia cuyo mayor logro resulta ser incluir el calificativo "súper", pese a no contar con ningún soporte científico que lo avale.

"La Food and Drug Administration (FAD) no ha validado el término. No hay una definición ni legal, ni científica, ni médica. Es un término de comercialización nada más", explica a Efe la especialista en obesidad y nutrición de la Universidad Iberoamericana Ilse Sánchez.

Los superalimentos, también llamados "superfoods", son aquellos que son ricos en "vitaminas, minerales, citronutrimentos y citoquímicos" que teóricamente "ayudan a prevenir enfermedades".

Algunos de los más sonados son la semilla chía, el aguacate, la quinoa, el cacao en polvo y las goji berries.

"Son alimentos muy caros que la gente piensa que si los incluye en su dieta habitual, en su consumo diario de alimentos, va a tener los efectos que han escuchado gracias a la mercadotecnia", apunta la nutrióloga.

¿Son efectivos?

La ingesta de dichos alimentos "no va a servir de nada si no se consumen dentro de una alimentación adecuada", aclara la experta.

"Un alimento no va a hacer magia por sí solo", señala Sánchez, quien lamenta el consumo inadecuado de estos alimentos.

Un ejemplo de ello es la quinoa, "un alimento bueno con carbohidratos y proteína", ingerido para evitar comer otros productos más caloríficos.

"Pero si tú combinas leguminosas con cereal también puedes obtener esa proteína", explica la experta, quien considera que los nutriólogos no pueden "recomendar un alimento que englobe todo"; es importante dar otras opciones para cubrir las necesidades nutrimentales de los pacientes.

"Debido al boom de la publicidad", a los superalimentos se les atribuyen propiedades que no están verificadas a nivel científico, afirma.

"Hay gente que incluye la chía como un complemento del agua. No es que esté mal, pero el error es la razón por la que lo hacen, creen que tiene un efecto para la salud, como mejorar la digestión o aportarles Omega tres, algo que todavía no se ha comprobado", detalla.

En el caso de las goji berries, añade, dicen que "ayudan a tratar la presión arterial, promover la pérdida de peso, reforzar el sistema inmunológico, pero no hay estudios científicos que lo confirmen".

"Hay gente que cae en este tipo de mentiras, lo mejor es que acudan a un profesional de la salud", indica.

El problema del precio

Por un motivo u otro, estos alimentos suelen presentar precios más elevados.

Para cumplir los requisitos del calificativo, estos alimentos deben ser de cultivo orgánico.

La nutrióloga explica que los alimentos se componen de "citonutrientes o nutrimentos que le dan el color a las verduras, que protegen la estructura de la planta".

"Si estos alimentos sufren riego de aguas negras, el alimento ya no produce sus citonutrientes y su calidad baja", asegura.

Un alimento orgánico es más caro, pero también los controles de calidad son más estrictos y, por tanto, la calidad mayor, reconoce Sánchez.

Pese a esto, la doctora advierte que hoy en día "todo el mundo quiere ponerle orgánico a lo que no lo es" y que si las personas tienen una alimentación variada, no es necesario un gasto adicional.