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EDICIÓN ESPECAL DE PADRES

¿Cómo ser un buen padrastro?

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Estefany Rodríguez VierSanto Domingo

Así como hay madres por vocación, existen padres que aunque no comparten los mismos genes biológicos con la criatura, son figuras paternas al 100% que desean brindar su amor, enseñanza y formación al niño o niña de su pareja.

Según Irene García, psicóloga clínica y terapeuta familiar y de pareja, si se desea ser un buen padrastro se debe ser honesto consigo mismo y contar con una disposición al compromiso y reto que la situación impone.

Por otro lado, agrega, que se tendría que cumplir con una serie de condiciones resumidas en “mostrarse profundamente respetuoso” hacia la individualidad y las circunstancias de cada uno de los hijos de la mujer a la que se une, así como también hacia los vínculos que mantienen entre ellos y con su madre.

La formación de la pareja sólo los convierte formalmente en padrastro; sin embargo es necesario el integrarse armónicamente a una dinámica de relación familiar, en la cual la empatía y paciencia no se improvisen, solo pueden mantenerse cuando hay disposición, comenta la especialista.

Para adaptarse de manera efectiva a la familia como nuevo integrante, el padre “postizo” debe estar consciente de que el vínculo padrastro-hijastro no nace de un día para otro ni se puede forjar al infante a querer a alguien que recién se está integrando al núcleo familiar.

Acercamiento apropiado García resalta que es importante que cuando una pareja considere seriamente una futura convivencia, se tome el tiempo prudente para iniciar la incorporación del padrastro de forma respetuosa en cuanto a la relación madre-hijo y de los requerimientos de tiempo del proceso infantil.

Una vez iniciada la convivencia y el acercamiento del padrastro al niño, el adulto debe ser paciente, amable y afectuoso pero no atosigante.

“Puede ofrecer (no imponer) ayuda en las tareas o invitarle a algún juego o actividad de su interés, no mostrándose molesto u ofendido si hay rechazo”.

Tanto la madre como el futuro padrastro deben tratar de llevar el proceso adelante con calma, con ideas claras en cuanto a las posibles dificultades y situaciones sin tener rapidez para la aceptación como meta focal.

Externa que es importante ser genuino y tomar en cuenta el proceso personal involucrado.

Exagerar en sus expresiones la cordialidad o el afecto que en realidad siente o hacer promesas o invitaciones que tienen baja posibilidad de cumplimiento puede ser muy rápidamente detectado como vacío de intención real y convertido en un factor de rechazo.

“Después de unas semanas de interacción familiar en distintas actividades la madre puede participar al niño su intención de convivencia y permitir y/o estimular la aparición del tema en la conversación del grupo, incluyendo al padrastro, y en su conversación privada con el hijo”, dice.

Formar un lazo de amistad con los hijos en ocasiones resulta un tanto difícil. En el caso de los padres adoptivos, la psicóloga manifiesta, que convertirse momentáneamente en compañeros de alguna actividad cotidiana del niño o la niña de la pareja, entre ellas: jugar, estudiar, compartir con los miembros de la familia se da como resultado de dos condiciones esenciales a la salud de las relaciones humanas: la empatía, que permite entrar en sintonía con sus emociones y expectativas; y la flexibilidad, que admite contactar con nuestro yo niño y experimentar a través de él.

MALA PERCEPCIÓN

Se tiende a pensar que los padrastros en muchos casos son personas impuestas de manera obligatoria y que podrían llegar a maltratar a los infantes. García expone que para eliminar los prejuicios se debe educar a la población. ¿Cómo eliminar esta idea? “Educando a la población para que entienda que cada persona merece ser aceptada y reconocida por su condición y valor individual y no por etiquetas que nos clasifican arbitrariamente con esas generalizaciones”.

RECOMENDACIONES DE LA EXPERTA

. Ser honesto consigo mismo y no comprometerse al ejercicio del rol de padrastro si no se siente seguro de querer hacerlo.

. No intentar forzar el avance de un vínculo que frecuentemente puede requerir vencer resistencias importantes.

. Mostrarse muy respetuoso frente a las individualidades y los vínculos del grupo familiar al que va a integrarse como padrastro.

. Se debe tener en cuenta la edad del hijo de la pareja, debido a que este factor es relevante a la hora que se vaya a iniciar y desarrollar la relación padrastro-hijastro.

. Cuando se observe algo . Relacionado con el niño o la niña, ya sea con respecto a su conducta, hábitos u otro aspecto puede ser comentado y dejado a consideración de la madre.

. No pretender que la unión a su madre conduzca de manera automática a sus hijos a demostrar afecto y jerarquía como padre sustituto.

Llegar a ello depende de un camino de avance en las relaciones del grupo, que debe iniciarse con la consecución de la confianza y la aceptación.

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