La Vida

REALIDAD Y FANTASÍA

El San Valentín de Emma

María Cristina de CaríasSanto Domingo

Emma celebró el día de San Valentín a su manera. Muy temprano se fue al supermercado y cuando me sirvió el café, éste vino acompañado por ¡ramillete de flores! Me emocioné tanto que derramé unas cuantas lágrimas. Naturalmente salí y le compré chocolates, su debilidad. Me lo agradeció con un abrazo para enseguida contestar el teléfono que repiqueteaba. Era un compadre para desearle felicidad. El aparato siguió sonando durante toda la mañana, y casi todas las llamadas eran para ella. Sus amistades se manifestaron con frases de cariño y Emma estuvo feliz con tantas muestras de afecto. Yo corrí el peligro de quedarme sin almuerzo, aunque ella hizo un esfuerzo y me preparó una tortilla con una ensalada. Me conformé porque ante un ser tan popular, una no puede tener muchas exigencias. Afortunadamente un amigo me mandó una tarjeta y recibí muchísimos mensajes por las redes sociales, así que no me sentí tan en desventaja. Emma aún no se ha aficionado al Facebook ni a Twitter, me temo que no tarda en hacerlo porque un sobrino le trajo de Nueva York, un celular de última generación. Desde que aprenda, el repiqueteo del teléfono de la casa se hará esporádico y mi factótum no soltará el celular ni cuando esté cocinando.

Tags relacionados