La Vida

¿QUIÉN ESTÁ EDUCANDO AL PUEBLO?

El Señor está cerca

Maruchi R. De ElmúdesiSanto Domingo

Tercer domingo de Adviento, y las lecturas desbordan de gozo con el Señor. Ya el Señor está cerca. Y “me ha enviado para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la libertad, para proclamar el año de gracia del Señor.”

Sí, el Señor está cerca, el Señor está aquí, dentro de nosotros, y espera que esos dones que me ha dado los multiplique en bien de los demás. San Pablo nos pide que estemos siempre alegres, y que seamos constantes en el orar. Que sepamos dar gracias en todo momento por todo lo que Él nos ha regalado. Que no apaguemos el Espíritu, que no despreciemos el don de profecía, sino que examinando todo nos quedemos solamente con lo bueno. Y que además nos guardemos de toda maldad. Que seamos capaces de convertirnos en otro Juan el Bautista, para gritar que el Señor está aquí, y aún hay muchos que no lo conocen.

Juan el Bautista es uno de los personajes del Adviento y nos invita a reconocer al Mesías. ¿Y tú? ¿Todavía no lo conoces? ¿No hemos sido capaces los cristianos de revelar a los demás al Santo de Israel? ¿En dónde hemos estado? ¿Qué hemos hecho con la fe que recibimos de nuestros padres? ¿La hemos escondido debajo de la cama? ¿Por qué no hemos sido capaces de darla a conocer? ¿Dónde se ha ido nuestra disposición al anuncio del Evangelio? ¿A eso que se llama el Kerigma?

El kerigma es anuncio y proclamación. No es un sermón, no es una catequesis, no es un seminario de formación. Es el anuncio de una gran noticia que por sí misma va a configurar toda nuestra existencia. La catequesis nos llena de contenido. El kerigma apunta al corazón. Hay que buscar el sano equilibrio entre mente y corazón. La formación no se puede negar. Las normas son el cuerpo, el kerigma es el alma. No podemos vivir sin normas. Sería una anarquía.

El Movimiento Familiar Cristiano nos ha ayudado mucho y ha sido un gran aporte a la Iglesia, con su Escuela de Formación. Nos hemos formado en sus equipos. Es una maravillosa escuela para la evangelización de los padres.

Hoy se ha perdido el papel de la autoridad. Los nuevos padres han perdido su misión de padres. De formar. Y en nuestro mundo podemos ser “cristianos” sin Jesús. Y es cuando la “fe” no tiene vivencia. Y eso es lo que produce el kerigma: la vivencia. Pedro la presenta en Pentecostés: Cristo murió en la cruz y Dios lo ha resucitado. Jesús es nuestro Señor y Salvador. Después se espera la aceptación y el cambio nuestro. Si no tenemos experiencia de Jesús no podemos evangelizar. Solamente la experiencia de Dios en nuestra vida puede hacernos cambiar. Somos teóricos y doctrinarios. Ayudamos a otros a cruzar el río, pero nos quedamos atrás. Cuando evangelizo, debo yo ser el evangelizado. Ni creemos, ni estamos de acuerdo. Y necesitamos convicción. Solo es testigo el que ve y experimenta. Nos falta algo. Nos falta el soplo del Espíritu Santo, para que volvamos a tener vida. Solamente el Espíritu entre nosotros hará que tengamos vida, y vida en abundancia.

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