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PSICOLOGÍA

Cómo acompañar al paciente con depresión

¿Uno de tus seres queridos ha sido diagnosticado con esta alteración del ánimo? Tu apoyo puede ser importante para su recuperación.

Ten paciencia. A veces parecerá que el depresivo no quiere tu ayuda y esto podría hacerte sentir irritado e impaciente.iStock

¿Tienes un familiar cuya conducta y humor han cambiado al punto de que no se desenvuelve bien en la esfera social, familiar o laboral? Ponte en alerta. Pensamientos negativos (o catastróficos), desesperanza, sentimientos de inutilidad y baja autoestima, autocrítica, irritabilidad, ansiedad y anhedonia (falta de interés incluso en actividades que antes se disfrutaban) advierten de un posible caso de trastorno depresivo.

Estas señales se acompañan, además, de síntomas físicos como alteraciones del sueño, cambios en los hábitos alimenticios, problemas gastrointestinales o dolor de cabeza.

Pero antes de precipitarte y hacer un “diagnóstico” por tu cuenta, debes investigar sobre la depresión y sus síntomas. La recomendación la hace el psicólogo René Omar García, quien advierte que, de sospechar que un ser querido sufre depresión, debes buscar ayuda profesional.

Si el psicólogo o psiquiatra determina que, en efecto, la persona sufre esta alteración del ánimo, tu acompañamiento y apoyo serán importantes para su recuperación.

Cómo ayudar a un familiar depresivo

Cerca de 350 millones de personas en el mundo padecen depresión, estima la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Con motivo del recién pasado Día Mundial de la Salud Mental y debido al avance de este trastorno, que altera diferentes esferas de la vida y puede conducir incluso al suicidio, el organismo internacional lanzó la campaña de concienciación “Hablemos de la depresión”.

Aparte de los 350 millones de afectados, la depresión preocupa a sus familiares y relacionados, que, en ocasiones, no saben cómo ayudar a sus seres queridos.

Si es tu caso, no olvides que la depresión clínica es una enfermedad. En su aparición, como señala el psicólogo René Omar García, inciden factores biológicos, fisiológicos, hereditarios y socioculturales.

“Tener depresión no significa ser débil de carácter frente a la vida”, dice el profesional de la conducta. “La persona está viviendo una enfermedad que necesita ser tratada”.

¿Cómo ayudar, entonces? García te da algunas pautas para que sepas qué hacer y qué no al lidiar con un familiar depresivo.

1. Evita los discursos que parecen sacados de un libro de autoayuda. “La depresión no se quita con buenas intenciones”, advierte García.

Recitarle a un depresivo una lista de razones por las que no debe sentirse mal o una dosis de frases positivas podría tener el efecto contrario al deseado: incrementar su sentimiento de frustración y minusvalía.

Como reza el proverbio bíblico: “Dedicarle canciones al corazón afligido es como echarle vinagre a una herida o como andar desabrigado en un día de frío”.

2. Busca ayuda profesional. El paciente que cuenta con acompañamiento familiar a lo largo de su terapia tiene mejor pronóstico. Asegúrate de que acuda a sus sesiones y, si es el caso, que tome su medicación.

3. No argumentes; actúa. En lugar de decirle que salga a caminar porque el ejercicio al aire libre levantará su ánimo, pídele que te acompañe a dar un paseo.

“Más que darle un discurso, regálale tu tiempo y tu compañía. Eso hace que sienta que no está solo”, comenta García.

4. Ten paciencia. A veces parecerá que el depresivo no quiere tu ayuda y esto podría hacerte sentir irritado e impaciente.

Al respecto, el psicólogo explica: “No es que no se quiere dejar ayudar, él quiere que lo ayuden, pero una de las conductas que expresa el depresivo a veces es comunicar como que no le interesa la ayuda, porque él tiene desesperanza”.

5. Sácalo de su aislamiento. Aunque le cueste, poco a poco puedes involucrarlo en actividades que lo saquen de su estado de aislamiento y fastidio. Procura que no se encierre solo entre cuatro paredes todo el día, sin ver la luz del sol o sin arreglarse.

“Hay que sacar del cuarto al depresivo y evitar que esté solo la mayor parte del tiempo”, aconseja García.

Si te es posible, aléjalo de la televisión (“la televisión no ayuda mucho, porque es una forma de evadir”) y trata de que se entretenga con actividades que estimulen su cerebro (leer, dibujar, apreciar arte).

6. No resuelvas todos sus problemas y diligencias. Si arreglas su dormitorio, realizas todas sus diligencias, compras sus medicamentos y su ropa, su sensación de minusvalía y su dependencia aumentan.

“Es bueno que la persona depresiva dé pasitos de avance”, expresa García.

7. Permítele ayudar. “La persona está pasando por una depresión, pero sigue teniendo sus talentos y cualidades”, recuerda García.

Por tanto, es bueno que solicites su colaboración en tareas que sabes que está en capacidad de cumplir. Así no se sentirá como una carga.

8. Aprende a escuchar. Aunque no le digas qué hacer, el escucharlo, mirarlo a los ojos, tomarle la mano... son gestos que lo harán sentirse comprendido.

Evita frases como “Te entiendo”. Si nunca has atravesado por una depresión, en realidad no sabes cómo se siente.

Trata, a pesar de eso, de tener empatía y de hacerle saber que cuenta contigo.

9. Aprende a lidiar con sus quejas. Cuando se queje, ayúdalo a identificar sus pensamientos negativos y a reemplazarlos por algún pensamiento alterno. No niegues su sentimiento. Haz, sutilmente, que cambie el tema.

10. Ocúpate de ti mismo. Si eres el principal acompañante de una persona depresiva, tienes que cuidarte, dedicarte tiempo, divertirte sin sentir culpa (eso aplica de manera especial para las madres, que suelen manejar mucha culpa). Mientras mejor te sientas, mejor vas a cuidar de tu ser querido.

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