Roma, para caminar

Es un lugar para los amantes de la arquitectura y el arte, también para quienes no lo son; para los que viven la historia, para los románticos y no tan románticos. Para quienes desean despejarse de todo, perderse y disfrutar de lo que ofrece el panorama. Es Roma.

Sus calles las puedes caminar por largas horas olvidando que el tiempo existe, y si te pierdes puedes preguntar porque sus habitantes, aunque no hablan español, logran entenderlo.

Roma es una ciudad donde hay fuentes por doquier, y su historia, gastronomía, arquitectura y arte se conjugan para hacer de la capital de Italia un lugar acogedor.

Para recorrerla, dos días y mucha agua serán suficientes, sobre todo si la visitas en verano.

La capital italiana ocupó el número 14 en el “ranking” de las ciudades más visitadas del mundo, con 8.7 millones de turistas en 2014, según la compañía de investigación de mercado independiente Euromonitor International.

Cuenta con más de dos millones de habitantes y con 1,285 kilómetros cuadrados a los que un turista le puede sacar provecho para conocer o simplemente perderse.

Dentro de Roma está la Ciudad del Vaticano, lugar de la Santa Sede de la iglesia Católica. Si decides visitarla, debes dedicarle gran parte del día. (( La capital italiana ocupó el puesto número 14 en el “ranking” de las ciudades más visitadas del mundo, con 8.7 millones de turistas en 2014, según datos de Euromonitor International

Agenda de visitas Si visitas la ciudad sin una agenda de los monumentos o plazas que quieres conocer en el aeropuerto hay estafetas en las que puedes adquirir un folleto turístico.

También hay hoteles y hostales que lo facilitan. Pero si prefieres salir y dejar que la ciudad te sorprenda, hazlo.

Donde el tiempo se detiene Roma es eterna porque su historia se sigue escribiendo y su pasado “está vivo” para que el turista lo conozca.

No solo sus ruinas y edificaciones antiguas dicen lo que fue, algunos de sus habitantes mantienen viva esa antigüedad. Basta con ver a quienes se visten de gladiadores y pululan por los lugares más históricos para que los turistas se fotografíen con ellos.

Recorrer la ciudad siempre será sencillo si se toman en cuenta la ruta que se quiere hacer, las estaciones de autobuses y trenes para desplazarse a los sitios que están más distanciados, y si se lleva ropa cómoda, agua y dinero.

¡A caminar! En lo último que se piensa cuando se camina por la mundialmente conocida Ciudad Eterna es que el tiempo existe. La noche llega sin esperarla y los lugares más famosos no dejan de ser visitados porque se haya ocultado el sol.

Para caminar se puede empezar en el Panteón, luego la iglesia Santa Maria Sopra Minerva, la Fontana de Trevi y la Plaza de España, este recorrido puede cambiar en el camino, pero es importante tener marcados ciertos puntos de referencia turística que no se pueden dejar de conocer.

Otros lugares emblemáticos que están retirados de los anteriormente mencionados y para los que se necesita contar con transporte público son el Colisseo, Arco de Constantino y el Foro Romano.

A continuación algunas descripciones de lo puntos más conocidos:

Panteón de Roma En sus alrededores es común ver pintores, en su mayoría jóvenes, que se reúnen a para sacar la mejor pintura del lugar. Otros solo dedican su tiempo a contemplarlo.

Aquí están las tumbas de reyes Italia y numerosas figuras del arte. Es considerado uno de los edificios antiguos más conservados.

Este lugar está en la Plaza de la Rotonda, donde también hay una fuente con un obelisco desde donde mucho lo observan.

Basílica Santa Maria Sopra Minerva

Es una basílica menor y la única de Roma de estilo Gótico, según recoge el portal oficial del templo.

Su interior hay que conocerlo por lo impresionante que es, pues desde la fachada un turista no imagina que verá una obra arquitectónica como la lograda en este lugar.

Frente a la basílica está el Pulcino della Minerva, una escultura con un elefante, sobre el que hay un obelisco.

Fontana de Trevi Obligatoriamente hay que conocerla. ¿La razón? Además de la historia que la envuelve, es allí donde se piden los deseos con los ojos cerrados y de espaldas. Algo que sorprende del punto turístico es que está ubicado en un lugar donde no crees que encontrarás una edificación de esta magnitud.

Hay que caminar por calles estrechas para llegar a ella. En sus alrededores hay restaurantes, heladerías y tiendas de artículos artesanales.

El espacio es un todo para que el turista viva la cultura y la actividad comercial.

La emblemática obra del arquitecto italiano Nicola Salvi (1697-1751), que data de mediados del siglo XVIII, ha sido un lugar tomado por el séptimo arte. Aun se recuerda la escena de la película “La dolce vita” (1960) de Federico Fellini, en la que la actriz de origen sueco Anita Ekberg se da un baño.

La fuente estuvo en reparación desde 2014 hasta finales de 2015, la iniciativa fue de una casa de moda, la cual invirtió más de dos millones de euros.