La Vida

PRENSA JOVEN

Una cadena que se repite

LOS PEQUEÑOS DESEAN TENER LA EDAD DE LOS GRANDES Y ESTOS QUIEREN SER JÓVENES

Adultescencia: Generación de adultos que hacen acciones propias de jóvenes o adolescentes. Esta situación se da también con la juventud que quiere ser adulta.

Rosmery Féliz CalderónSanto Domingo

Cristina Carbajal expresa en uno de sus poemas: “En este mundo hay muchos niños/que nos creemos adultos/con las amistades de un niño/queremos ser algo más de lo que somos/queremos que nos identifiquen por/algo que nadie es en realidad”.

En la actualidad existe una gran cantidad de jóvenes y adolescentes que hacen de estos versos una realidad: se olvidan de disfrutar la edad en la que se encuentran por vivir una que no les corresponde.

Santa Lantigua, sicóloga clínica, explica que la juventud debería adoptar una postura acorde a su edad. “Los adolescentes experimentan muchos cambios, y es por esto que desean ser libres e independientes como los adultos, imitando las características propias de ellos, como son la vestimenta, los lugares de diversión, las salidas permisivas y, de manera especial, los excesos alcohólicos y pérdidas de control en el uso de sustancias para mayores”.

Además, explica que por lo general los jóvenes solo quieren ser adultos para las diversiones y ciertas acciones, pero no para cumplir con las responsabilidades y compromisos tan sencillos como colaborar en la casa con los quehaceres domésticos.

“La gente joven es bien consciente de su comportamiento, y saben cuáles son las consecuencias de tomar alcohol o tener relaciones sexuales”, dice Lantigua.

Responsabilidad de los padres Aunque la mayoría de los jóvenes quieren ser adultos antes de tiempo por diversas razones, a veces los padres influyen en esta actitud, pues tienden a tener a sus hijos muy reprimidos y no les dan la libertad de salir de vez en cuando a compartir con sus amigos. Es por esta razón que lo hacen de una manera no adecuada, muchas veces a escondidas de sus padres, lo que implica riesgos mayores.

Otra situación que se da es que cuando se ven con cierta independencia hacen todo lo que se les había cohibido como si el mundo fuera a terminar ese día.

Por otro lado, están los jóvenes que desde muy pequeños observan el estilo de vida que llevan sus padres, y a medida que van creciendo, adoptan las mismas costumbres, es decir, imitan a sus progenitores, o en muchas ocasiones a otras personas que tienen a su alrededor.

Crecimiento físico y mental La especialista explica que hay muchas posibilidades de que una persona crezca físicamente y no mentalmente; por lo tanto, no es una persona madura, característica principal para que un individuo disfrute al máximo la vida sin importar la etapa en la que se encuentre y desarrolle. Agrega que no son solo los adolescentes quienes actúan como adultos, pues hay personas de la tercera edad que actúan como si estuvieran en plena etapa de la juventud. “Hay adultos que se creen adolescentes, eso se ve mucho en la actualidad, es un fenómeno conocido como “adultescencia”, y es la que clasifica una generación de adultos que se creen jóvenes.

LOS DE DIEZ QUIEREN TENER 15 La sicóloga explica que a partir de los 10 años los niños ya quieren entrar en el mundo de los adultos y su comportamiento a los doce años es muy distinto del que mantenían sus padres a su misma edad.

Es una cadena, porque los niños pequeños se quieren comportar como adolescentes, los adolescentes como adultos y los adultos como jóvenes.

En algunos aspectos, los niños no solo se comportan como adolescentes, sino que también parecen pequeños adultos; el diario vivir permite analizar cómo han venido sustituyendo los juegos tradicionales por los aparatos tecnológicos, además de que las conversaciones entre ellos pueden ser propias de muchachos de los 15 años en adelante.

“Puede parecer que un día están jugando con muñecas y al día siguiente quieren maquillarse, se fijan en los chicos y comienzan los conflictos por la ropa que quieren llevar”, explica la sicóloga.

No es tanto que maduren antes, sino que la sociedad, las costumbres, y los medios les llevan a vestirse y comportarse como mayores al poner a su alcance productos y actitudes poco propias para su etapa.

Algo que influye bastante en la actitud de los niños de hoy son los medios de comunicación, pues estos inducen a que las niñas quieran maquillarse, vestir de forma no adecuada para su edad, y por lo tanto comportarse como si fueran unas señoritas.

Solo basta con dar un vistazo a las tiendas de ropa infantil, para comprobar que la mayoría de los diseños son copias de la ropa juvenil, pero en tallas pequeñas.

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