Diversión

¡Nos vamos de campamento!

Nadie concibe las vacaciones de verano sin diversión. El último día de clases cuando suena el timbre para salir de las aulas, de forma instantánea, los niños entran en el tiempo de ocio más esperado del año, y con este, el deseo de llevar a cabo actividades al aire libre.

En esta temporada de recreo para los niños, pero no para los padres, sin lugar a dudas los campamentos de verano son una opción idónea.

La psicóloga y especialista en aprendizaje infantil Valerie Ega explica que los beneficios son múltiples. “Todo dependerá del tipo de campamento que sea, pero en general el completar un programa distinto, salir de la rutina y conocer un ambiente nuevo ya es una ventaja para el niño”.

La experta añade que hay campamentos académicos que son actividades para reforzar áreas débiles en el aprendizaje, y esto se traduce en una mejor preparación para el año escolar que se aproxima. Además, en los campamentos se trabajan habilidades sociales, cognitivas y deportivas.

Para saber qué campamento es el ideal para el niño, la especialista considera que lo primordial es medir el beneficio que va a recibir el niño en ese lugar, luego hay que relacionar si cumple con los objetivos que los padres esperan, y a la vez, que le aporte conocimiento de acuerdo a los intereses del infante.

“No vale la pena enviar a una niña, por ejemplo, a un campamento de cocina si lo que le interesa es la música. Ahí ya no es recreación, sino obligación”, señala.

Por su parte, la psicóloga Hortensia Pascual puntualiza que aparte de esas semanitas en el campamento, que ayudan al niño a relacionarse, hacer nuevas redes de amigos, aprender o explorar sobre deportes o actividades que antes no había tenido oportunidad, es importante que los niños dispongan de algunos días de vacaciones reales, tranquilos, sin hacer nada. Puesto que el niño debe disfrutar de tiempo de ocio y actividades familiares.

Al abordar la cuestión de la edad para enviar a un menor a un campamento, Ega aclara: “Es bueno tomar en cuenta la edad escolar. Una buena etapa es desde los tres hasta los diecisiete años, pero todo dependerá del tipo de campamento. No podemos poner a un niño de tres años en un campamento de fútbol porque no lo va a aprovechar”.

Requisitos de un campamento de calidad para los niños: 1. Limpieza y comodidad: Todas las instalaciones deben reunir estos requisitos para garantizar el bienestar de los niños durante su estancia.

2. Seguridad: Son importantes cuando se trata de menores y conciernen al traslado, alojamiento, actividades y excursiones, que serán desarrolladas durante la estancia del niño.

3. Identificación: Es importante conocer el grupo que se tiene y prepararse para ellos. Además, asegúrate de que el lugar no admita una cantidad de niños que no se pueda controlar.

4. Licencias de funcionamiento: Certifica que tiene todos los permisos y licencias en vigor.

5. Personal calificado: Los tutores y monitores deben ser profesionales con formación educativa y cuidadosa en el trato. Personas capacitadas para enseñarles a los infantes.

6. Variedad de actividades: Que tenga una mezcla de deportes, actividades lúdicas y educativas que complementen las habilidades escolares de los niños.

7. Certificado médico: La dirección del campamento debe exigir también una ficha sobre el estado de salud del niño, calendario de vacunación, alergias o intolerancias. Si son asmáticos, alérgicos, diabéticos, o tienen problemas de sueño, de conducta o de alimentación.

8. Especificación del programa de actividades: Se debe evitar, por lo menos en campamentos de niños más pequeños, los deportes de riesgo o que presenten alto grado de competitividad.

9. Personal y servicios sanitarios: Deben contar con un botiquín de auxilios básicos y personal con conocimientos para atender posibles problemas de picaduras, cortes, golpes, diarrea, fiebres, vómitos, catarros, etc.

10. Precaución: Tener un plan en caso de emergencia.

El juego es aprendizaje Aunque muchos personas lo desconozcan, jugando se aprende. Valerie Ega asegura que en el juego se aprenden normas sociales desde cómo tratar a los demás, seguir reglas, cómo empezar y terminar un juego. “Las bases de interacción social se aprenden en el juego”, sostiene la experta.

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