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EDUCACIÓN

Innovación en la metodología del aprendizaje

Inclusión. La instrucción diferenciada crea espacios y grupos de aprendizaje flexibles.

Inclusión. La instrucción diferenciada crea espacios y grupos de aprendizaje flexibles.

El concepto de pedagogía diferencial cobra cada día más interés y relieve en la educación. En su esencia básica, la pedagogía diferencial es la aplicación de diferentes metodologías pedagógicas, como lo sugiere el término mismo, a fin de lograr que cada alumno alcance los objetivos y conocimientos planteados para la clase.

Toma como punto de partida las diferencias individuales significativas de los seres humanos en los procesos de aprendizaje, como son los niveles cognoscitivos, y las modalidades que apoyan las inteligencias múltiples descritas por Howard Gardner en 1993: lingüística, espacial, kinestésica, lógico-matemática, musical, intrapersonal, interpersonal y naturalista.

La instrucción diferenciada crea espacios y grupos de aprendizaje flexibles, sin excluir alumnos, o bajar el nivel del grupo, que permiten que el mayor número de estudiantes posible alcance las mismas metas a través de la instrucción de pequeños grupos o sesiones individuales que coinciden con los niveles y estilos individuales y aprendizaje del grupo.

Cada día se hace más evidente que ya no es posible pretender que se puede seguir impartiendo clases de la misma forma a seres tan diversos en sus formas de aprender como si se tratase de un grupo heterogéneo, empleando el método de una “talla única”. Aun tengan la misma edad, los niños no aprenden de la misma forma. La instrucción diferenciada requiere el brindar a los alumnos oportunidades o diferentes caminos para: adquirir contenido (lo que aprenden), para procesar la información (cómo le encuentran sentido) y para generar productos o resultados (cómo demuestran que han aprendido).

Una clase diferenciada reorganiza las experiencias del salón de clases para que los estudiantes tengan opciones para captar información, dar sentido a esa información y para demostrar lo que aprenden. Provee distintas vías de adquirir conocimientos, procesarlos y de crear productos para que todos puedan aprender de manera efectiva. Por ejemplo, sabemos que algunos niños aprenden más fácilmente utilizando su capacidad auditiva. Para ellos, los debates, los seminarios socráticos y las explicaciones directas del maestro, y el integrar la música al aprendizaje, funcionan mejor. Otros aprenden de forma kinestésica (el baile, la pantomima, las actuaciones teatrales, al igual que las actividades llamadas galerías de aprendizaje y aquellas que les permiten movilizarse durante la sesión de clases como son los centros de actividades, son ideales).

De igual forma, algunos niños aprenden mejor de manera individual, y otros en la compañía de sus compañeros, unos son rápidos y otros más reflexivos. De ahí que en ocasiones se trabaje con todo el grupo, en otras con grupos más pequeños y en otras ocasiones de manera individual, mientras los demás realizan actividades independientes previamente programadas y guiadas.

Sabemos también por investigaciones concluyentes en el área de educación, que las clases más efectivas son aquellas donde los conocimientos a impartirse están claramente organizados y donde los estudiantes son activos en sus procesos de aprendizaje, donde las evaluaciones son ricas, frecuentes y variadas, e incluyen evaluaciones formativas diarias que informan al docente sobre el próximo paso a seguir y sobre qué ajustes hacer en su práctica docente en el día a día. (National Research Council, 1990; Wiggins & McTighe, 1998). Por esto, el rol del docente es de facilitador y creador de oportunidades de aprendizaje.

Muchos docentes que no han recibido capacitación en esta metodología de aprendizaje temen perder el control de la clase. Sin embargo, es una metodología superestructurada y planificada de manera proactiva para cumplir con las necesidades de todos los niños. Para esto, es fundamental conocer bien las capacidades y niveles de competencia en lectura, escritura, razonamiento, cultura, experiencias e intereses de los alumnos. La instrucción diferenciada busca que cada niño (a) sepa cuál es su nivel de lectura y debe tener disponible dentro del salón de clases opciones de libros en su nivel y un espacio de tiempo para esta lectura independiente. Durante todo el año escolar, el docente debe aplicar exámenes diagnósticos y baterías de interés y de modos de aprendizaje para conocer mejor las necesidades de cada alumno. También sostiene conversaciones individuales, discusiones de clase, observaciones y análisis del trabajo de los alumnos para planificar estrategias pedagógicas correlacionadas con las características individuales identificadas. A partir de los datos obtenidos, el docente debe planificar la docencia identificando contenido, proceso, y producto diferente para cada grupo a fin de desarrollar al máximo el potencial y talento de cada estudiante.

Este tipo de pedagogía diferenciada obliga al docente a hacer uso de las mejores prácticas de enseñanza y aprendizaje y sugiere que la igualdad y la excelencia pueden coexistir en todos los salones de clases.

La autora es directora curricular del Saint Joseph School

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