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Cotuí: la tierra del papelú, el fundú y el platanú

Jesús María, todo un personaje en el municipio, se encarga de hacer los disfraces del platanú, mientras los jóvenes crean grupos de comparsas cada vez más grandes y coloridas

Aporte. Las caretas de los platanuses de Jesús María son inconfundibles. El artesano y carnavalero contribuyó, con la elaboración de este disfraz, a devolverle el sitial histórico que ya tenía este personaje en el siglo XIX.

Yaniris LópezCotuí, Sánchez Ramírez

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Jesús María es el platanú más famoso de República Dominicana. En el costado derecho de su patio, un montón de hojas de plátano nuevas y viejas, algunas muy rasgadas, ‘anuncian’ que la confección de los trajes de los platanuses de este año va viento en popa.

A partir de los años 90 se hizo cargo de los disfraces de este personaje por recomendación del historiador cotuisano y propulsor del carnaval Francisco Rincón.

Antes vendía caretas de barro y se vestía de papelú. “De caribe”, dice Jesús María, porque el traje lo confeccionaba con tiras del periódico El Caribe.

Rincón lo considera uno de los principales artesanos de Cotuí, con más de 50 dedicados a esta gestión cultural.

“Se disfrazaba y vivía de hacer caretas y disfraces, pero cuando se prohibió el carnaval, entre 1974 y 1983, se desanimó y se dedicó a otras cosas. En 1995, luego de que tuvimos problemas con los muchachos que se disfrazaban de platanuses, lo convencí para que volviera. Le pregunté si podía hacernos los disfraces de los platanuses y mira el resultado. Jesús María se incorporó. Le pedí que los hiciera aunque no se disfrazara, pero a él le gustaba tanto que se disfrazó y fue con nosotros al desfile nacional en el 96. Cuando nos vieron con esos platanuses y papeluses, la gente alucinó. Hay gente que cree que el carnaval es lo que se ve bonito, pero el carnaval es cultura”, comenta Rincón.

Cada traje se confecciona con 100 hojas de plátano prodigiosamente amarradas con sogas y un cuello sobre las hojas decorado al gusto. La idea, señala Jesús María, es recrear una especie de sombrilla que abra al compás del baile, mientras el personaje da vueltas. La careta es de higüero, en ocasiones adornada con comején, y las hacía lisas, pero ahora las adorna con cuernos de chiva o vaca.

En un día hace cinco trajes y antes solía preparar más de 30 para las comparsas, pero luego no encontraba cómo transportarlos al desfile nacional. Por eso ahora solo lleva 13 o 15, “para llevarlos en la guagua mía”.

Según Jesús María, “el disfraz más chulo del carnaval de Cotuí es el del papelú”, que se hace sobre una chaqueta y un pantalón, pero “la gente lo ha abandonado por los papeles brillosos, por los colores”.

En 2006 Jesús María, que en realidad se llama Juan Francisco Estévez, recibió el premio Felipe Abreu, en reconocimiento a toda una vida dedicada al carnaval y sus aportes al carnaval dominicano.

Los funduses Rincón afirma que a principios de los 90 los carnavaleros notaron que los papeles del papelú del despegaban con facilidad y que no duraban mucho dando vejiga, y comenzó a hacerse popular el traje con funditas.

“A los primeros que vi fue a dos muchachitos, en 1989, a quienes la mamá les hizo disfraces con funditas de colmado. Después los muchachos vieron que esos disfraces eran duraderos y que se podía hacer todo tipo de figuras con ellas, combinadas con las caretas, y ahí es que surgen las famosas guineas y los disfraces con funditas”.

Rincón valora el trabajo que hace la nueva generación de careteros y carnavaleros cotuisanos.

“Ahí tienes a Nanao (Aldo José), que siendo un muchachito fue al desfile de carnaval en 1983, y es uno de los principales no solo carnavaleros sino artesanos del carnaval del país. Te hace una careta de cualquier cosa y de cualquier otro carnaval”.

((Sigue la tradición Los nuevos grupos del carnaval de Cotuí innovan en los diseños pero se mantienen fieles a la tradición de uno de los carnavales más viejos y, según los investigadores, más originales y auténticos de República Dominicana.

“Los Vikingos, Los Payasos, La Tribu, estos grupos pioneros y otros que van surgiendo mantienen vivo el carnaval con la nueva generación. Y hay muchos careteros profesionales, como Andy Castillo, que a nivel de diseño hacen cosas muy novedosas, porque lo de nosotros sigue siendo algo rústico”, señala el carnavalero y caretero Luis de León.

Yordi Rosa, miembro de Los Vikingos, un grupo con 16 años muy seguido en Cotuí, expresa que “quisimos darle un vuelco a la tradición, pero sin salirnos de ella. Hacerla un poco más moderna”.

“Fuimos varias veces al desfile nacional y el público nos apoyó. Éramos un 70% tradición y un 30% personajes. El grupo acaba de cumplir 16 años y estamos apoyando a los nuevos carnavaleros, porque queremos que el carnaval suba como lo han ido apoyando grupos como La Tribu, Los pintaos de la calle, Los gorilas, Los tiznaos y gente como Nanao, que vive el carnaval. La mayoría de la gente espera diciembre para disfrutar pero Nanao espera febrero, este es su diciembre.

Bladimir Morales (Bladi Prieto) pertenece a La Tribu. “Es un grupo que nació en el 2004 y no necesariamente de indios. Uunque hemos estado enfocados en nuestros orígenes, con el indio Cotoy, se trata de un indio que va evolucionando. Hemos hecho comparas muy exitosas como Los viajeros de América y Mazteca (de maya y azteca). Lo que queremos, como dice nuestro hermano Yordi, es fortalecer el carnaval cotuisano y que el mundo conozca la gran diversidad de personajes que aquí se está produciendo y cómo vivimos el carnaval. Cada uno de nosotros tiene diferentes actividades a nivel personal y cuando llega febrero se paraliza todo. Para verte un carnavalero tienes que vivirlo. Tenemos un Vicente Jiménez, un joven que se ha fajado mucho a nivel profesional, como gerente de negocios, y cuando llega febrero baja los brakes. Y está Nanao, un trabajador y fajador”.

Franklin Alberto: “Hago mi disfraz de periódico. Soy papelú. Desde que tengo uso de razón hacía mi caretica, agarraba a los primitos míos y me los llevaba por los barrios. No iba al parque, nosotros nos dábamos vejiga en los barrios. Hace 15 años incursionamos en las comparsas y sacamos el grupo Los Carpinteros, y siguiendo la tradición nos fuimos en papel”.

Argelio de Jesus (Pole). Carnavalero y percusionista. Es tal la pasión que siente por el carnaval que cuenta que en una ocasión en que debían presentarse en la capital y hubo un atraso en la coordinación, duró 10 días durmiendo arriba de los disfraces, cuidándolos.

Aldo José de la Cruz (Nanao). Es el precursor y mentor de los grupos de carnaval de Cotuí. Asistió, con apenas 8 años, al primer Desfile Nacional de Carnaval, en 1983. Es un gran artesano y creador de personajes individuales. Cuando los funduses comenzaron a ponerse de moda, él les dio volumen y más color a los disfraces.

“Ahora somos Los pintaos de la calle. Lo que hicimos fue que agarramos un pedacito de la capital, un pedacito de Barahona y un poco de Cotuí y creamos este personaje. Somos como 100. Cada comparsa de Cotuí tiene muchos miembros. Algo que me gustaría es que la gente venga a conocer nuestro carnaval, que es un carnaval vivo, un carnaval de la gente en la calle, de mucha variedad”.

¿Cuándo? Los grupos salen todos los domingos de febrero, pero la gran fiesta la realizan los días 27 de este mes, a partir de las 2:00 de la tarde.

¿Qué piden? Que las autoridades les den más apoyo.

“No tiene que ser económico, porque nosotros hemos venido realizando el carnaval hasta hoy y con recursos propios”, apunta Yordi. “Lo que queremos es que las autoridades se olviden un poquito más de la política cuando llegue el carnaval. En carnaval, cuando la gente encarna un personaje es en ocasiones para poder expresar de alguna manera la rebeldía, para protestar encarnando a ese personaje. Queremos que nos den más apoyo y que recuerden que en el interior del país hay un pueblo que se llama Cotuí que tiene un carnaval rico en personajes y colores. Queremos que los ministerios de Turismo y de Cultura nos visiten y valoren lo que hacemos, que apoyen a nuestros personajes”.

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