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BIODIVERSIDAD

El Acuario Nacional por dentro

MÁS ALLÁ DE LOS ESTANQUES Y SUS COLORIDOS INQUILINOS, EL ACUARIO NACIONAL FUNCIONA COMO UN LABORATORIO Y UN PEQUEÑO GRAN CENTRO DE INVESTIGACIÓN

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Yaniris Lópezyaniris.lopez@listindiario.com
Santo Domingo Este

El Acuario Nacional (AN) es mucho más que sus 90 coloridas peceras, sus 7 estanques exteriores y su amplio y bien cuidado jardín. 

En torno al funcionamiento de los depósitos de agua que tanto gustan a los visitantes hay un equipo humano que trabaja todos los días y a todas horas para garantizar que los usuarios observen ejemplares saludables y ambientes adecuados no importa cuántas veces visiten el lugar, ubicado en Santo Domingo Este. 

El rescate y rehabilitación de especies acuáticas amenazadas, programas educativos, científicos y de investigación; así como la liberación de ejemplares y la reproducción de especies completan una gestión en la que la parte de exhibición es apenas un objetivo. 

Y sí, los biólogos, médicos veterinarios, técnicos y personal administrativo del acuario lloran cuando llegan ejemplares casi moribundos para rehabilitación y festejan la incorporación de nuevos individuos luego que completan el proceso de adaptación o son devueltos a su hábitat natural. 

¿Cómo funciona todo en el interior y alrededor de los estanques? ¿Qué otras cosas se hacen en esa infraestructura que cubre apenas 5,000 de los 35,000 metros cuadrados designados al lugar? 

“El Acuario Nacional funciona como un hospital infantil, las 24 horas, todos los días”, explica la bióloga Damna de Óleo, encargada de Acuariología. 

Su función y la de su equipo es velar por que los animales estén en el espacio adecuado, reciban los nutrientes adecuados y la temperatura, el ph y la salinidad del agua de su estanque sean los adecuados. 

“Velamos porque tengan oxígeno y una calidad óptima muy parecida a sus ambientes naturales. Todo esto tienes que garantizarlo porque los tendrás confinados a ese lugar”, dice. 

LABOR CIENTÍFICA 

En el acuario “viven” actualmente 285 especies. ¿Las más buscadas por los usuarios? Los tiburones gata y los manatíes Pepe y Juanita, estos últimos rescatados en 2012 y sometidos desde entonces a un proceso de rehabilitación, tan exitoso que le ha merecido al acuario el reconocimiento de la comunidad científica internacional. 

De hecho, uno de los trabajos mejor valorados del acuario es su función como Centro de Rescate y Rehabilitación de Especies Acuáticas. 

El lugar donde reciben atenciones Pepe y Juanita, por ejemplo, funciona como observatorio, no como un lugar de exhibición, indica la directora del acuario, Juana Calderón. 

“Tanto el personal como el visitante al que se le permite ver los manatíes deben seguir un protocolo de manejo para tocarlos”, agrega. 

Como su finalidad es proteger y conservar la biodiversidad marina y dulciacuícola del país, el acuario suele describirse como una institución científica, cultural y recreativa. En ese orden. 

Por ello no les molesta tanto que los usuarios se acerquen a las peceras y digan que hay pocos peces. 

Es, en cierta forma, un conflicto amistoso que mantienen con el público

Así como en la agricultura se toma en cuenta la densidad de siembra para determinar cuánto plantar en determinado espacio, en el acuario se toma en cuenta el volumen de agua, el tamaño de la pecera y el comportamiento de los animales para incluirlos en un estanque, explica Francisco de la Rosa, encargado de la clínica veterinaria del AN. 

“Son animales a los que se les da una dieta de sostén, si no, se enferman y se nos mueren. Obligatoriamente tienes que saber cuántos animales tendrás y el tamaño de los animales que ocuparán cada lugar”, dice el médico veterinario. 

Bienvenido Marchena, encargado del departamento de Conservación, expresa que, cuando se trata de un acuario, especialmente con el tipo de infraestructura del Acuario Nacional, lo importante no es la cantidad. 

“Somos conservacionistas. Y el objetivo de que haya pocos peces en una pecera es enseñar a conservar, a proteger y a educar a las personas. Los grandes acuarios no son los que tienen más especies, si no los que enseñan a conservar y a educar a través de ellas, que es uno de nuestros objetivos”. 

Al respecto, De Óleo señala “hay animales que son muy territoriales. La gente viene y cree que las peceras están vacías, pero no. Siempre debe haber al menos un ejemplar. Los animales, más los que están en cautiverio, pelean por su territorio o por comida. A veces, cuando vamos a introducir animales en una exhibición usamos unas nasas o jaulas para evitar que peleen". 

Y hay que evitar que peleen, explica la acuarióloga, porque esta acción podría acarrearles enfermedades. 

“Si un animal no deja que el otro coma este se va a enfermar. Y esto es un poco difícil de explicarle a la gente”. 

Ese esmero por el bienestar animal se nota en los reportes y en la obsesión por la limpieza que comparten los 58 empleados y los voluntarios del acuario, quienes tratan de evitar el cambio innecesario de agua y de ambientes con tal de reducir el índice de mortandad de las especies, muy sensibles a la manipulación. 

¿Cómo cambian el agua? No es necesario hacerlo muy seguido. Un circuito abierto y constante toma el agua del mar, la lleva hasta una torre de oxigenación y desde allí la distribuye a todos los estanques con especies marinas, para luego retornar al mar. 

“Todas las semanas se hace una limpieza profunda o ‘flushing’ del fondo de los estanques para evitar el exceso de sedimentación”, señala Calderón. 

Y todos los días, agrega, se realizan pruebas de agua y se vigila el comportamiento de los animales. 

“Parece tonto pero cada grupo tiene asignadas áreas y cada uno observa que cada animal se mantiene en condiciones; verifica si tiene rasguños o los ojos brotados, detecta cualquier enfermedad y determina si sacarlo y medicarlo. Lo que sea necesario”. 

PROYECTOS DE INVESTIGACIÓN 

El biólogo Nabab Feliz, encargado del departamento de Investigaciones Científicas, comenta que trabajan en tres proyectos iniciados el año pasado y que ya presentan resultados exitosos: 

1. Jardinería de corales

La institución instaló un vivero de corales en la costa frente al acuario para reproducir la especie Cuerno de Alce (Acropora palmata). De este proyecto se encarga el biólogo Daniel Veras. En los viveros hay aproximadamente 240 fragmentos sembrados en distintas estructuras de siembra: botellas plásticas, marco de metal y sogas. 

Veras afirma que “se está realizando una investigación con fragmentos del coral para determinar tamaños mínimos de siembra, es decir, cuál es la cantidad mínima de tejido que puede ser extraído de una colonia donante para impactar lo menos posible y que a la vez sean viables para sembrar”. 

2. Proyecto de caracterización de genética y grado de parentesco de jicoteas. 

“El objetivo es hacer una investigación sobre los diferentes componentes sanguíneos -tanto de los hemogramas como de la clínica sanguínea- de las especies endémicas Trachemys stejnegeri vicina y Trachemys decorata y la introducida Pseudemys scripta elegans”, sostiene Feliz. 

3. Proyecto de reproducción de especies endémicas, nativas y exóticas. 

En los estaques se reproducen actualmente las especies Ciprinidon higuey (endémica que de la laguna de Bávaro); la biajaca (Nandopsis haitiensis), endémica de la isla y el dajao (Agonostomus monticola), nativa de la isla. 

Con estas especies amenazadas buscan repoblar lagunas y ríos locales. ¿Y con los exóticos? “Los reproducimos para no tener que ir a buscarlos a otros ambientes, exponiéndolos a la depredación”, apunta Calderón. 

En menos de un año se han procreado más de 2,000 organismos con la ventaja, dice Feliz, de ahorro de tiempo y dinero para el acuario, que ya no necesita comprar estas especies para investigación o exhibición.

COMPROMISO CON EL USUARIO Y LOGROS

En 2013, el Acuario Nacional elaboró y presentó su Carta de Compromiso al Ciudadano. 

“Es un plan de mejora constante que asumen todos los miembros de la institución para mejorar el servicio que ofrecemos. La gente nos escribe, nos agradece las atenciones, pero también nos hace observaciones a través de un buzón de sugerencias que nosotros a la vez acogemos y agradecemos”, explica la directora Juana Calderón. 

Cinco guías, generalmente estudiantes de Educación o Psicología, se encargan de atender a los miles de usuarios que todos los meses abarrotan las instalaciones y que se acercan al millón por año. 

Como el cobro por entrada a la institución es muy modesto (40 pesos los niños y 60 los adultos; 2 y 3 dólares los extranjeros) y muchas veces deben rebajar la tarifa para permitir la entrada del público más grande, que es el de los estudiantes, la cantidad de visitas no siempre se traduce en entrada de dinero, sostiene Calderón. 

Voluntarios y estudiantes que hacen en el acuario labores de Servicio Social y pasantías universitarias colaboran en la limpieza y la preparación de alimentos para los animales. En las noches, el personal se turna para quedarse a vigilar a las especies que requieren monitoreo constante y para alimentar a los manatíes. 

Los frutos del trabajo combinado que por primera vez realizan biólogos y médicos veterinarios en el acuario se nota en el aumento de las visitas de extranjeros al centro. 

Calderón admite que de ser prácticamente olvidado por las agencias de viajes durante muchos años, el acuario ha vuelto a ser incluido en los paquetes que ofrecen los turoperadores a los viajeros. 

Hay otro logro que De Óleo destaca entre los más importantes: la reproducción de varias especies. 

“Los animales marinos en cautiverio son muy difícil de reproducir y aquí ya hemos tenido casos de puerco reina (Balistes vetula), tiburones y otras. Eso te indica que las condiciones son óptimas. Cuando un animal confinado en un ambiente así se reproduce es porque las condiciones son estables”, afirma la bióloga. 

EDUCACIÓN, LA PARTE DIFÍCIL

Para Ángela Hernández, encargada del departamento de Educación Ambiental, al acuario le ha costado un poco que el usuario entienda la importancia de detenerse en los estanques a leer los carteles o cédulas explicativas. 

Hacerlo les ayudará a entender el porqué de los detalles y de la apariencia de las peceras, a notar y entender las diferencias entre una pradera marina y los arrecifes del Pacífico. 

“A veces critican algunos espacios porque no entienden que se trata de simular el ambiente natural de cada especie lo mejor posible. Si buscas una morena la vas a encontrar en una cueva, si vas a ver los peces que provienen de una laguna encontrarás que el agua es algo turbia. En los estanques exteriores, la luz ayuda a la producción de algas, y eso es bueno porque les sirve de nutrientes a los peces”. 

Con los programas de educación ambiental han logrado que las familias, estudiantes y visitantes se integren y conozcan más sobre la vida y el ambiente de la fauna que se exhibe en el acuario. 

¿Y quién hace los dioramas? 

De lograr que el ambiente submarino físico de la pecera sea representativo de los lugares de origen de las especies se encarga el acuariólogo William Vásquez. Él es el paisajista y “artesano” de los estanques, el que pinta, construye o da vida nuevamente a los fósiles de corales para simular el ambiente natural de los ejemplares que se exhiben. Vásquez formó parte de los primeros técnicos que participaron en la creación del acuario hace 24 años, en noviembre de 1990.

HORARIO. El acuario abre de martes a domingo y días feriados de 9:30 de la mañana a 5:30 de la tarde. Está localizado en la avenida España No. 75 (Sans Soucí, municipio Santo Domingo Este)