CAMINO DE DIOS
Para ser felices
Sin duda, nuestro mayor error es creer que solo nos falta una cosa, a veces una pequeña cosa, para ser felices: un poco de dinero, una promoción, mejor suerte, sanar de esta enfermedad, acabar esta espera, pasar este mal momento. Y de este modo nunca seremos felices, porque siempre habrá otra enfermedad, otra espera, otra ilusión. Esta fue la enseñanza de Jesús a la mujer samaritana. El agua del pozo de Jacob que ella fue a buscar daba una satisfacción pasajera. No importa cuáles sean las aguas de consolación que bebamos, volveremos a tener sed. Pero el agua viva que Cristo da satisfará nuestra alma por siempre. El agua viva es el conocimiento de Dios y de su gracia que proveen limpieza, vida espiritual y el poder transformador del Espíritu Santo. Jesucristo trajo consigo el agua viva que simboliza la vida eterna que Él concede por el Espíritu Santo. En fin, Cristo es lo que nos falta para ser felices. Jesús se lo dijo a la samaritana usando esta metáfora del agua: “Cualquiera que bebiere de esta agua volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”.