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Dile no a la desesperación

Francis de la CruzSanto Domingo

Comprometidas, casadas, embarazadas o con hijos suele ser el estado de mis amigas que, a través de Facebook, me cuentan sus vidas. Mientras tanto, yo tomo muchas materias en la universidad. Debido a eso, en ocasiones suelo cuestionarme y sentirme impaciente por lo que la sociedad me empuja a pensar como mujer. ¿Tenemos una edad para conocer el amor de nuestras vidas?, ¿me quedaré soltera por prepararme y ser más exigente? Estas y otras preguntas me hago y sé que más chicas viven estas inquietudes. En América Latina, por ejemplo, en una investigación del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), se reveló que un promedio de 38 por ciento de las mujeres quedan embarazadas antes de cumplir los 20 años. Dejándonos ver que muchas jóvenes deciden no prepararse y organizar primero su futuro antes de aventurarse a una vida llena de compromisos y responsabilidades como un hijo o un esposo. ¿Por qué no esperar y disfrutar nuestra juventud? Yo soy de las que piensa que conocer gente nueva, salir de fiestas o simplemente quedarse en casa acostada sin pensar en problemas es lo mejor. Asimismo lo es cargar con nuestros propios problemas, porque estos nos hacen crecer como persona. Y sí, es muy bueno vivir en casa de los padres, pero tampoco los incito a quedarse hasta los 30 años y convertirse en una especie de estorbo; más bien, les estimulo a expandir sus alas y vivir la experiencia de controlar sus horarios y salidas sin dar explicaciones. No obstante me niego a la idea de casarme ‘porque se me pasará el tiempo’, nadie tiene que decirme que ya tengo 22 y ya debo tener un novio con quien planear mi boda. Es mi decisión querer brindarme un mejor futuro y asimismo a mis futuros hijos y esposo. Por eso le digo no a la desesperación, porque esta es parte del fracaso.

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