“La sagrada familia”

Hoy celebramos el Día de la Sagrada Familia de Nazaret. ¡Qué falta nos hace este modelo de familia, al que muchos le llaman obsoleto, por estar coqueteando con la post-modernidad! Y ¿qué es lo que estamos contemplando hoy? Nada más y nada menos que una caricatura de familia. ¡Como si esa nueva caricatura de familia fuera más funcional y efectiva e hiciera a las personas más felices! Lo que estamos contemplando no es un modelo de familia. Lo podremos llamar de cualquier forma. Pero familia, como la creada por Dios, no es. El mundo de hoy está más necesitado de sabiduría y temor de Dios que nunca. Los padres de familia necesitan más ayuda y comprensión. La familia cristiana está cada día más sola y rodeada de una sociedad dividida, constituida por familias desunidas porque no conocieron el valor fundamental de la institución familiar: el amor. Un amor que es eterno, fiel, único e indisoluble, pero que se vive y transmite en familia. Porque nadie da lo que no tiene. Son los padres los que enseñan el amor a sus hijos viviendo una relación conyugal fomentada en el respeto, la justicia y la paz. ¿Y qué estamos viendo? ¡Tanta violencia intrafamiliar, tanto irrespeto entre los cónyuges, tanta falta de sacrificio, tanta ignorancia en lo que verdaderamente es un matrimonio, elevado por el mismo Jesucristo a Sacramento, como un camino de Santidad. ¿Cómo es posible, que a veces hasta los mismos “cristianos”, desconozcan su verdadero significado? Vivimos en una época de lo desechable, de lo plástico, de lo superficial y es cada vez más difícil educar en los valores cristianos, por la competencia tan fuerte a nivel de todos los medios de comunicación, que llegan más rápido a la mente infantil que lo que los padres podemos transmitir. Es verdad, pero el cristiano debe de ser más valiente y coherente con lo que dice creer. Aunque estemos nadando continuamente contra corriente. Y qué decir del respeto a los padres. ¿Qué es lo que sucede con los padres? ¡Qué tan difícil es lograr el respeto de los menores hacia los mayores! Preferimos dar cosas, que darnos nosotros, dar de nuestro tiempo a nues-tros hijos. Es el colmo del egoísmo. En la primera lectura de hoy tomada del Libro del Eclesiástico: “Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre su prole. El que honra a su padre expía sus pecados, el que respeta a su madre acumula tesoros; el que honra a su padre se alegrará de sus hijos y, cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida, al que honra a su madre el Señor lo escucha.” ¿Por qué estamos actuando como si le temiéramos a nuestros hijos? Si contamos con todo el apoyo del Creador lo tenemos de nuestro lado. ¿Qué nos está pasando? Le estamos dando mucho más importancia a lo que dice el mundo que a lo que dice nuestro Dios. Y el del mundo es un mensaje muy diferente.