TERCER CAMINO
¿Estamos listos?
Me he pasado todos estos días de diciembre decorando mi casa. Me gusta hacerlo yo misma porque para mí, el goce de la Navidad es ir disfrutando uno a uno cada adorno que coloco y cada bola que cuelgo. Esta vez, según yo, he hecho maravillas reciclando las mismas cosas que guardé del año pasado. Me inventé un arbolito de Navidad formado con luces, en una pared de mi pequeño gacebo, y me convertí en decoradora profesional enganchando Santa Claus, Hombres de Nieve, y por supuesto iluminando un hermoso nacimiento con sus consiguientes Reyes Magos, que son mis preferidos. Luces por doquier dilatan mis pupilas, y junto con las poncetas dan el toque de la festividad en todo su esplendor. Ya todo en su lugar, y después de disponer la cena de Nochebuena, estuve lista para esperar la Navidad. Pero, ¿cuál sería mi sorpresa al abrir el mensaje del 24 de diciembre de “La Palabra Diaria” y leer: “Estoy lista”? Me chocó de frente, y al analizarlo, me pregunté si realmente me preocupé más porque mi casa se viera hermosa, que por el renacimiento del espíritu crístico en mí. ¿He vivido la jornada de Adviento para recibir a Jesús con un corazón abierto dispuesto a servir? Creo que noÖ, no he hecho lo suficiente para ser digna de recibirlo. Por consiguiente, aunque un poco atrasada, me he avivado a trabajar para completar lo que me hace falta, y así no me llegue el Año Nuevo solo con nuevos planes y propósitos, que a lo mejor ni cumpla. Por eso, acabo de decidir que, con la ayuda de El, de ahora en adelante veré a Jesús en cada prójimo. ¿Se anima usted a hacer lo mismo? ¡Felicidades!