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CONSULTANDO A LA SEXÓLOGA

Conflicto por frecuencia sexual

Soy una mujer preocupada por mi relación de pareja. Llevamos tres meses sin sostener relaciones sexuales, y cuando lo busco mi marido me evade y pone como excusa que está cansado. Ya me cansé de tanto rechazo, y sé que mi relación está al borde de un colapso. Necesito su orientación. RespuestaEstimada lectora, sé que lo que me plantea tiene serias complicaciones, pero a continuación le explicaré para que usted misma saque sus propias conclusiones, ya que cada caso es diferente y como tal, hay que tratarlo. Lo normal en la frecuencia de las relaciones sexuales de pareja no existe. El deseo sexual une a las parejas y fortalece el vínculo del mismo modo que la evitación los distancia. Al inicio de la relación la frecuencia sexual es muy alta. La pareja tiende a hacer el amor todos los días y hasta varias veces al día porque el inicio se caracteriza por una euforia sexual. La verdad es que no hay un número promedio de sostener relaciones sexuales. Cada pareja establece su frecuencia, así como su dinámica de relaciones sexuales, tomando en cuenta la carga de trabajo de cada uno, estrés y, por qué no, deseo sexual. Algunos aprovechan muchas veces los fines de semana para aumentar la frecuencia. Es importante no descuidar la calidad de una relación. La pareja, con los años disminuye la frecuencia de dos a tres veces por semana, luego de dos a tres veces al mes, sólo por poner un ejemplo. A veces puede ser menos o más. La frecuencia va a depender del nivel de comunicación, del manejo adecuado de conflictos, de la higiene personal, del cuidado en su apariencia física, del compromiso y de la valoración que la pareja haya desarrollado. Una pareja con una frecuencia como la que me plantea que hace tres meses que no sostiene relaciones sexuales y que es su marido quien no quiere, es un indicador de un serio conflicto de pareja que pone en riesgo la estabilidad de su matrimonio. Las causas puede ser un trastorno del deseo sexual, una relación extramatrimonial, problemas en la comunicación, manejo inadecuado del estrés, conflictos por el manejo conductual de los hijos, situaciones con la familia política, problemas en el manejo de los ingresos familiares, y hasta abandono de las diversiones en pareja.

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