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FANNY COHEN KOHN

Un ‘mall’ con rostro altruista

El objetivo de Sambil es que los dominicanos tengan un refugio donde ir a pasear y pasar un buen rato en familia. No necesariamente tienen que ir a comprar.

“Abrir las puertas a todo el que lo necesita” es la filosofía con que trabaja la marca Sambil. Fanny Cohen Kohn, presidenta del emporio, está consciente de que se trata de un establecimiento comercial, pero no deja de poner en práctica un principio fundamental: el buen trato a la gente. De esta norma deriva, en consecuencia, el éxito de todo negocio. Décadas de experiencia y 10 plazas funcionando sustentan sus palabras. Es una mujer de hablar llano y convincente, pero salta a la vista que detrás de esa profesional con determinación, hay una gran sensibilidad humana que la hace manejar el centro comercial con el altruismo como norte. Para muestra un botón. Un encuentro con representantes de 15 fundaciones dominicanas testifica que está sumergida en el desarrollo del Programade Responsabilidad Social que ha identificado, desde sus orígenes, a la marca. El acercamiento es para ponerse a las órdenes de estas entidades sin fines de lucro, a fin de que puedan usar a Sambil como escenario de sus actividades cada vez que sea necesario. Con entusiasmo habla de lo mucho que les importa la familia. Tanto es así que amplían el concepto cada vez que lo implementan en cada uno de sus “malls”. “Somos un negocio familiar, en el que hoy trabajamos 3 de las 4 generaciones que lo componen”, expresa. De ahí la importancia de enfocarse en realizar un trabajo que no solo genere ganancias, sino que los ayude a seguir manifestando su solidaridad para con el prójimo. El objetivo principal del centro comercial es que los dominicanos tengan un refugio adonde ir a pasear, disfrutar de un buen rato en familia, conocer las atracciones que hay para los infantes, los adultos y, en fin, todo el que desee pasar un momento sano y divertido. No necesariamente tienen que ir a comprar. ((La grandeza de compartir el éxitoSOLIDARIDAD((+ Entrega: “El público es todo el mundo”. Así reacciona Fanny Cohen Kohn al preguntársele si Sambil fue concebido para una clientela específica. Para ella lo que cuenta es estar en República Dominicana aportando al desarrollo del país, no solo en el sector económico, sino también en el crecimiento humano. “A nosotros nos gusta ayudar al prójimo, porque eso fue lo que aprendimos de nuestro padre”. Y predican esto con el ejemplo: benefician con obras estructurales los alrededores de donde funciona un Sambil. Tras la conquista de inversionistas por el desarrollo de RD “Nosotros estamos felices en República Dominicana. Hemos llegado aquí y nos hemos enamorado de la gente y de las maravillas que tiene este país. Por eso estamos dispuestos a colaborar siempre para que las cosas estén bien y para que el dominicano disfrute sanamente”, así lo manifiesta Fanny Cohen Kohn, presidenta de Sambil. Hace la observación tras informar que gestiona la entrada al país de nuevos inversionistas. “He estado en contacto con varios empresarios de Panamá, por ejemplo, para que instalen aquí sus negocios, y se aumenten así las fuentes de trabajo para los dominicanos”, puntualiza. Como mujer de negocio, está segura de que esta acción contribuye a dinamizar la economía nacional y a que otros empresarios conozcan el potencial del país. Organización, solidaridad y amor por el trabajoNo improvisan. Hasta la colocación de la mercancía de los distintos negocios tiene sus normas. La sencillez de la familia abunda, pero no interfiere cuando la estética debe imponerse para agradar la atracción visual de los clientes. Doña Fanny se toma su tiempo para observar qué tan ajustado está cada establecimiento a la filosofía y normas de la marca. Sabe de negocios, y cómo sabe. No anda con rodeos para acatar sugerencias. Las tramita en el acto. “Qué crees, qué es bueno...”, pregunta ante algunas ideas ofrecidas, no importa de quien procedan. El ego no tiene cabida en esa cabeza que piensa al vuelo. Su capacidad de análisis, cuando se trata de negocios, trasciende, en verdad, la imaginación. “A mí y a mi familia lo que nos gusta es trabajar, pero enfocados en los demás”, expresa sin dejar dudas del gran corazón que tiene. Seis hermanos y nueve sobrinos dan forma humanitaria a un negocio que ha sabido calar en los corazones del pueblo venezolano y que está adueñándose de los dominicanos, sobre todo de quienes en un “mall” persiguen algo más que compras; que buscan sana diversión para toda la familia. No lo hace para ostentar. Su único interés es que los visitantes de la plaza se sientan cómodos, no importa en búsqueda de qué anden. “De este pueblo hemos recibido mucho amor. Todos estamos felices de estar aquí”, dice doña Fanny emocionada. De este modo, asegura, el pueblo le ha retribuido su presencia en República Dominicana. En tono jocoso, dice que cuando Sambil tenga 150,000 visitantes diarios, como en Venezuela, habrá otras sucursales en el país.

(+)UN LEGADO QUE TIENE SU HISTORIALa capacidad de entrega a las mejores causas sociales ha marcado la vida de Salomón Cohen, y protagonizado el esquema de crianza de toda la familia. Los seis hermanos Cohen nacieron y crecieron viendo a su progenitor haciendo el bien. Hoy, con notoria satisfacción, doña Fanny recuerda algunas de las acciones que, evidentemente, la enorgullecen cuando habla de su padre. “Recuerdo que ha sido autor de grandes obras sociales. Una de ellas fue cuando fundó la Constructora Sambil, a través de la cual permitió que miles de familias obtuvieran una casa propia”. Recuerda que no solo construía los proyectos a bajo costos, sino que ayudaba a conseguir el crédito para que pudieran optar por su vivienda. Hoy esa historia sigue tomando valor. Su descendencia ha apadrinado obras como escuelas, arreglo de calles y otras acciones que honran el legado de don Salomón.

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