SALUD SEXUAL
VIH y vida en pareja
VIRUS DE INMUNODEFICIENCIA HUMANA
Un diagnóstico de VIH no equivale necesariamente a una sentencia de muerte. Con el tratamiento correcto y la debida orientación y acompañamiento, la expectativa de vida de una persona seropositiva aumenta y esto le permite continuar con una existencia relativamente normal. Eso incluye las relaciones de pareja. Aunque el contacto sexual es una de las formas principales de contagio del VIH -otras son la sangre y la transmisión vertical de madre a hijo- las personas que viven con el virus no tienen por qué cohibirse de disfrutar su sexualidad. “Hay parejas discordantes (donde un miembro tiene el VIH y el otro no) que tienen una vida sexual satisfactoria con la salvedad de que tienen que tener actividades sexuales con el uso de preservativo”, comenta Ramón Emilio Almánzar, psicólogo sexólogo del Instituto de Sexualidad Humana de la UASD y del Centro Vida y Familia “Ana Simó”. Lo mismo dice el médico y sexólogo Leonardo Martínez, coordinador de la Unidad de Políticas Públicas del Consejo Nacional para el VIH/Sida (Conavihsida). “Todo el mundo tiene derecho a disfrutar de una sexualidad plena -dice Martínez-. El tema en cada caso es la responsabilidad que hay que tener”. Responsabilidad es, de acuerdo con los expertos, la palabra clave. Y eso no incluye únicamente la necesidad de protección, sino también la comunicación. La misma Ley 135-11 de VIH/Sida establece la obligación -y los mecanismos para cumplirla- de la persona seropositiva comunicar su estado de salud a su parejas sexuales pasadas, presentes y futuras. Tengo VIH, ¿acabó mi vida sexual?Aunque un diagnóstico de VIH no implica el fin de la vida íntima, marca un antes y un después. “Un diagnóstico de VIH o de cualquier otra infección de transmisión sexual te cambia la vida sexual por el simple hecho de que tu vas a tener que comunicarle eso a tu pareja o a la persona con la que vayas a tener relaciones sexuales”, dice el psicólogo y sexólogo Ramón Emilio Almánzar. La depresión producto del diagnóstico, la ansiedad de tener que comunicar a la pareja la condición de seropositividad o la preocupación por no infectar a un ser querido pueden afectar la respuesta sexual. La persona seropositiva podría, en ese caso, perder el deseo sexual: en la mujer disminuiría la capacidad de excitación y el hombre enfrentaría problemas de erección o provocar eyaculación precoz. “Tu no te vas a sentir tranquilo teniendo la relación sexual -explica Almánzar: si lo estás ocultando sabes que quizás vas a propiciar un problema con otra persona y si lo comunicas ya sabes que probablemente la reacción de la otra persona puede ser negativa”. Aparte de eso, la pareja debe someterse a un proceso de seguimiento y consejería. “Es un tema que cambia totalmente la sexualidad del ser humano, por lo que lo primero que hay que hacer es trabajar la parte emocional”, afirma el profesional de la conducta. MedicamentosSi bien algunas teorías plantean que los medicamentos antirretrovirales pueden afectar la respuesta sexual, el médico y sexólogo Leonardo Martínez señala que no existe suficiente evidencia científica que lo demuestre. “Lo que pasa con los efectos secundarios de cualquier medicamento es que te alteran otras esferas de la vida”, dice el también coordinador de la Unidad de Políticas Públicas del Consejo Nacional para el VIH/Sida (Conavihsida). Esto, de forma indirecta, podría alterar la respuesta sexual de la persona que vive con VIH. Pero se trataría, en todo caso, de una consecuencia del estado emocional y psicológico y no de los antirretrovirales en sí. Tampoco se ha comprobado, según Martínez, que el virus como tal influya en la capacidad sexual de quien lo porta. “La condición de VIH no afecta que una persona tenga orgasmo o no lo tenga”, dice. ComunicaciónLa comunicación es fundamental en toda relación de pareja. Y cuando hay de por medio un diagnóstico de VIH esta adquiere carácter de obligatoriedad. La ley 135-11 de VIH/Sida establece penas de dos a cinco años de reclusión para el individuo que, sabiendo su condición de seropositividad, no se la comunique a la persona con la que vaya a tener relaciones íntimas. Por eso la persona que vive con VIH debe desarrollar una estrategia para informar que tiene el virus a una potencial pareja. Eso incluiría postergar el contacto íntimo hasta que se abra un canal de confianza y un vínculo sano le que permita dar la noticia de forma objetiva para que la otra persona tenga la libertad de decidir si continúa con la relación o no. Y es que, a pesar de que existe forma de evitar el contagio, no todos están dispuestos a mantener una relación con alguien que vive con VIH. Por eso algunos pacientes afectados prefieren la evitación sexual, mientras que otros se relacionan solo con personas que comparten su condición médica. En este último caso, sin embargo, también se necesita usar preservativo. Martínez recuerda que existen diferentes cepas del virus que causa el sida. “Lo que puede suceder en caso de dos personas VIH positivas tener sexo sin preservativos es que haya una infección cruzada entre una cepa y otra, y eso dificulta el tratamiento”, advierte el médico. Cuando los médicos indican un tratamiento antirretroviral a un paciente lo hacen tomando en cuenta la cepa con la que está infectado. Si se produce una transmisión cruzada, dicho tratamiento pierde efectividad. PrevenciónEn 2012 la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio a conocer las primeras pautas para aquellas naciones que consideraban ofrecer medicamentos antirretrovirales con fines preventivos a personas VIH-negativas con alto riesgo de contagiarse, por ejemplo, los compañeros o compañeras de personas VIH-positivas en parejas discordantes.Un estudio denominado Partners PrEP observó una protección del 75% en parejas discordantes en Kenya y Uganda, informó entonces la OMS. No obstante, el coordinador de la Unidad de Políticas Públicas del Consejo Nacional para el VIH/Sida (Conavihsida), Leonardo Martínez, dice que se trata tan solo de recomendaciones. “Todavía eso está en estudio, incluso sociológico -dice-. Algunos estudios arrojan que eso abriría una compuerta medio peligrosa para el mundo porque se ha visto que en el algunos países, cuando los tratamientos dejan de ser un límite, entonces aumenta la infección por VIH”. Para el médico, el método de barrera sobre todo (condones) sigue siendo el más efectivo para evitar el contagio en parejas discordantes. El psicólogo y sexólogo Ramón Emilio Almánzar, opina igual: “Con el preservativo, bien utilizado, se puede prevenir perfectamente el VIH”.