¿QUIÉN ESTÁ EDUCANDO AL PUEBLO?
“Comienza un nuevo año litúrgico”
Primer domingo del Tiempo de Adviento. ¡Comienza un nuevo año litúrgico! ¡Tiempo de preparación a la venida del Rey de Reyes, Señor de Señores! Tiempo santo que celebra nuestra Iglesia y que comprende los 4 domingos que preceden a la Navidad. Comienza el Día de San Andrés si cae domingo, o si no, el domingo inmediato, anterior o posterior. La palabra Adviento significa: advenimiento, venida o llegada. Todas las lecturas bíblicas nos preparan para las Fiestas de Navidad. Pero, para una verdadera Navidad cristiana, no una Navidad superficial, basada en jolgorios, bebentinas, francachelas, desarreglos, en fin, toda clase de consumismo, hedonismo y materialismo al que ya el mundo nos tiene acostumbrados a vivir. Vamos a vivir una Navidad en que se recuerde al verdadero personaje que motivó esta gran fiesta, que es el cumpleaños de Jesús de Nazaret. ¡Es increíble, que incluso muchos “cristianos” celebren un cumpleaños sin pensar en el invitado principal! Nosotros los cristianos debemos luchar cada vez más para que nuestras experiencias de fe permanezcan en nuestros hogares: Los padres cristianos somos los responsables de la educación en la fe de nuestros hijos. Porque si no: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿encontrará fe en la tierra? (Lc 18, 33-37). El Señor nos está pidiendo hoy a nosotros que estemos alerta. No podemos seguir huyendo de nuestros principios, viviendo “la vida loca”. Es hora de detenernos a pensar: ¿Hacia dónde nos dirigimos? ¿Qué es lo que estamos persiguiendo? ¿A qué se debe tanta angustia? ¿Qué está pasando con la educación de nuestros hijos? ¿Qué está pasando con nuestras familias? ¿Dónde está la disciplina en la crianza de los hijos? ¿Por qué se ha abandonado la guardia? Adviento: Tiempo de reflexión. Hoy san Pablo nos dice en su Carta a los Romanos: “Ya es hora de despertarse del sueño, porque ahora tenemos la salvación más cerca que cuando empezamos a creerÖ Dejemos las actividades propias de las tinieblas y pertrechémonos para actuar en la luz. Comportémonos como en pleno día, con decoro: nada de comilonas ni borracheras, nada de orgías ni desórdenes, nada de riñas ni porfías. En vez de eso revístanse del Señor, Jesús Mesías, y no fomenten los malos deseos.” (Rom 13, 11-14) Es verdad que es difícil ser cristiano hoy y siempre. Y “la experiencia nos enseña que cuesta cumplir los ideales. Siempre existe el peligro de la “mundanidad”, de dejarse llevar por el espíritu de este mundo, de actuar por el propio interés y no por la gloria de Dios. Y esto nos expone no pocas veces al ridículo, sobre todo a los pastores. Por eso es necesaria la permanente conversión personal, que solo se puede lograr con una relación constante con Jesús, ayudados en este propósito por la fuerza interior de la oración”. (S.S. el papa Francisco) Vamos a aprovechar este tiempo de Adviento para que las familias dejen su apatía y conformismo y se vuelvan mensajeros de la buena noticia del Evangelio para otras familias. Que se conviertan en agentes para la transformación de la sociedad. “Que compartan con las demás familias con alegría”. Es un trabajo arduo el de la familia, pero, es el trabajo que más beneficio produce para la felicidad de todos los miembros de esas mismas familias. Que el Señor nos ayude a vivir la fe con coherencia, Amén.