EL SUEÑO DE UN MONTAÑISTA DOMINICANO

Federico Jovine Rijo vuelve al Everest

El montañista dominicano Federico Jovine se prepara para escalar el monte más alto del mundo y completar la hazaña que en 2011 no pudo alcanzar.

Un sueño que lo persigue. De esta forma describió en 2012 el montañista, escritor y abogado dominicano Federico Jovine su experiencia como parte de la primera expedición dominicana al monte Everest, una hazaña que vivió en 2011 junto a Iván Gómez y Karim Mella. ¿Por qué la frase? Porque, por razones que más adelante explica, Jovine no pudo alcanzar la cima del monte más alto del mundo, ubicada a 8,848 metros sobre el nivel del mar. Como ese sueño lo persigue, se ha propuesto vivirlo nuevamente y en estos momentos se encuentra organizando el viaje que lo llevará de vuelta a las frías montañas de los Himalaya (entre China y Nepal), uno de los lugares más inhóspitos de la Tierra y, al mismo tiempo, el reto que todo alpinista desearía enfrentar. Qué lo motivó a intentarlo de nuevo, cómo se prepara para la escalada y otros detalles de la aventura que le espera se lo cuenta a LISTÍN DIARIO. ¿Qué ocurrió en 2011, durante la expedición, que te impidió alcanzar la cima del Everest?El día de la cima, más arriba de un lugar llamado El Balcón, en la cara sur del Everest, a 8470 m, una de las válvulas de la máscara de oxígeno se congeló. Aunque se puede percibir como algo simple, sobre los 8,000 metros (la zona de la muerte) debes usar oxígeno suplementario para poder respirar y garantizar condiciones mínimas de supervivencia. Es angustiante sentir los delgados pliegues de látex de la máscara, adheridos contra tu piel -cuando se forma el vacío-, mientras intentas inútilmente respirar y no puedes. Esos fueron minutos terribles. Aunque para mí, en ese momento, parecieron una eternidad, sé que fueron 10 o 15 minutos: los vanos intentos de limpiar la máscara, ponérmela de nuevo, caminar algunos pasos y sentir cómo volvía a cerrarse la válvula, y así sucesivamente, hasta que empiezas a caminar respirando el gélido ambiente de la montaña, un aire delgado y caliente que te entra en los pulmones y que sabes bien que no te está oxigenando realmente. En esa situación, la prudencia obligaba a tomar la decisión que garantizara la preservación de lo más valioso: la vida. Frente a mí estaba el camino que me conducía a la cima, pero también a lo incierto. A mis espaldas estaba toda mi vida. No lo dudé ni un segundo. La bandera iba segura hacia la cima en manos de Karim Mella e Iván Gómez. El éxito de la expedición estaba garantizado. Yo podía girar sobre mis pasos y seguir hacia adelante. Muchos excelentes montañistas han quedado en ese lugar para siempre. El ego es el enemigo mortal de los montañistas. Es bueno no ponerse límites en la vida, pero no tanto como para llevar la vida al límite. ‘El ego es el enemigo de los montañistas’ Dice Federico Jovine que iniciar esta nueva travesía al Everest es una reafirmación de que para alcanzar cualquier meta en la vida se requiere de esfuerzo, preparación y sacrificio. ¿Por qué intentarlo otra vez?Porque soy montañista. Porque nadie que no lo sea puede entender que solo se está sobre una cima cuando la montaña entera desaparece bajo tus pies. La gente me dice “pero si a ti solo te faltaron 400 metros para llegar”, “eso no es nada”, “ya tú subiste”. Yo sé que aún no he estado en la cima del Everest. Por eso debo volver. Porque es posible que no alcancemos nuestros objetivos al primer intento, o quizás al segundo, pero siempre, siempre debemos intentarlo. Porque no hay límites para la voluntad humana si uno está decidido y dispuesto a asumir los compromisos y sacrificios diarios que demanda el deseo de llegar a la cima. ¿Harás la expedición solo?Sí pero no. La haré solo porque iré hacia la cima en solitario -como dominicano-. Algunos amigos montañistas me acompañarán hasta el Campamento Base (5,400 msnm), otros me están acompañando desde ya. En el apoyo que se requiere para organizar una expedición de esta envergadura está la clave del éxito. Son muchos aspectos: logísticos, financieros, entrenamiento, etc. En todos ellos tengo amigos que me están apoyando y, sobre todas las cosas, cuento con el apoyo incondicional de mi esposa y de mi familia. Es imposible hacer una expedición de esta naturaleza solo. Como todo en la vida, los grandes sueños solo son posibles cuando muchas personas se ponen de acuerdo para convertirlos en realidad. ¿Es un proyecto personal? Será la primera vez que no te acompaña algún miembro del Grupo Excelsior.No es una búsqueda personal. Es la reafirmación de que para alcanzar cualquier meta en la vida se requiere de esfuerzo, preparación y sacrificio. Es mucho lo que tendré que dejar atrás para empezar, otra vez, el viaje. Sin embargo, volver a intentar la cima es una oportunidad para hacerlo mucho mejor que la vez anterior, para aprender de los errores, para asimilar mejores prácticas y, sobre todo, para disfrutarlo aún más. ¿Cómo y dónde te estás preparando para la escalada? Dado el resultado de la expedición anterior, ¿has incluido cambios en los ejercicios de entrenamiento?El entrenamiento para el Everest comienza un año antes. Es riguroso, demandante y se complejiza a medida que el tiempo se acerca. Estoy con rutina especializada en el Body Shop, en dos meses comenzaré en abierto y cada quince días (literalmente) iré al pico Duarte, procurando en cada viaje incrementar peso de carga y reducir tiempos de jornada. Adicionalmente, el entrenamiento se contempla dos viajes de escalada de alta montaña. Uno en el mes de octubre y otro en enero. ¿Qué riesgos tiene escalar la montaña más alta del planeta?El Everest, probablemente, es uno de los lugares más extremos del planeta. Los desniveles altimétricos, la disminución de la disponibilidad de oxígeno, los cambios en el metabolismo y en el comportamiento, el frío extremo, las avalanchas, las soledades inmensas, las distancias enormes, las tormentas, el mal de altura, todo hace que el Everest sea una montaña desafiante en todos los sentidos. Los riesgos se maximizan en función de la preparación que se tenga. A mayor preparación, mejores equipos, mejor técnica, los riesgos están más controlados (si cabe la palabra). ¿En qué etapa se encuentra el viaje?En lo que respecta a entrenamiento, estoy a tope en ello. En lo que respecta a la logística, actualmente me encuentro en la etapa de movilización de recursos. Es un proceso lento y complejo, pues el Everest es una montaña costosa. Afortunadamente, muchas empresas consideran que el desafío vale la pena, quizás porque todas, en alguna ocasión, al no haber alcanzado sus metas, han sabido que la persistencia y el esfuerzo constituyen la clave del éxito. Estoy en conversaciones con algunas de las empresas que siempre nos han apoyado, así como con nuevas propuestas. ¿Cuándo saldrías?El viernes 28 de mayo de 2014, por el AILA. Háblanos del equipo que te acompañaría y de su papel en la expedición.A la fecha un grupo de amigos montañeros me acompañará hasta el Campamento Base. Es un recorrido largo y hermoso. Allí se quedarían unos días y haríamos algunas prácticas y luego yo permanecería en la montaña hasta hacer cumbre y el descenso. Quizás lo más demandante no será el aspecto físico, sino la escalada en solitario. Es cierto que en la montaña siempre hay gente -mucha, muchísima- y de que todo el soporte logístico lo brindará una compañía contratada al efecto, de la que también se sirven otros montañistas, por lo que solo no estaré. Sin embargo, me refiero solo al sentido de la ausencia absoluta de compañía, de un amigo que camine hombro con hombro a tu lado, de un dominicano que te diga “ánimo, estamos llegando”; entonces, la escalada será doble: será la montaña más alta del mundo, en la más absoluta soledad. Si los resultados no son los que esperabas, ¿lo seguirías intentando?Claro que sí. Lo seguiría intentando tantas veces como sea necesario. El camino hacia la cima nunca es fácil y en una montaña como el Everest, mucho menos. Pero... ¿quién dijo que sería fácil? Además, ¿quién quiere que lo sea? ¡Solo lo que verdaderamente nos cuesta se disfruta! Esa es la vida, y hay que vivirla con pasión. (+)SOÑANDO EL EVEREST LibroFederico Jovine narró la experiencia vivida en 2011 en el libro “Soñando el Everest” (publicado en 2012). En este “diario de un dominicano a la montaña más alta del mundo” relata cómo fueron los preparativos, las vivencias y el descenso de la primera expedición dominicana al lugar más soñado por los montañistas. Con más de 55 ascensos al pico Duarte y más de veinte años de experiencia en montañismo, Jovine ha plantado la bandera dominicana en las cumbres de las montañas más altas del mundo como integrante del Proyecto Siete Cimas, entre ellas los picos Bolívar y Humboldt en Venezuela; el Chimborazo (Ecuador), Mulhacen (España), Kilimanjaro (Tanzania), Monte Kenia (Kenia), Aconcagua (Argentina) y Elbrus (Rusia).

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