Es fácil conseguir dinero...

Ya dentro de pocos meses, algunos de mis compañeros y yo, por fin, nos graduamos en la universidad. Uno que otro de nuestros amigos del colegio nunca iniciaron la universidad, decidieron trabajar o poner un negocio informal, y/o tuvieron hijos. Otros sí iniciaron los estudios superiores, pero no tuvieron la fortaleza de seguir el trayecto. Hace días me encontré con una compañera que hacía mucho tiempo no veía. Entramos al mismo tiempo en la universidad, y ella está a punto de tirar la toalla. Me preguntó si seguía en el ajetreo de siempre, involucrada en mil cosas. Le respondí que sí, y le mencioné la famosa frase de Mario Puzo: “Cada hombre tiene su destino”. Ella se mantiene sin metas, sin ánimos de seguir la universidad, porque “la gente tiene un afán muy grande de hacer dinero”. Pero le dejé claro que el dinero no debe ser el único fin del estudio, porque se consigue hasta con la corrupción. Le expliqué que el estudio da paso al desarrollo humano, brinda la oportunidad de tomar decisiones, de ser libre, de contribuir con el entorno. Luego le conté una historia. Estaba sentada en el polideportivo Tony Barreiro de la UASD. Apareció un joven de veintitantos años para venderme un monedero. Al ver que no me interesaba, se sentó a conversar conmigo. No había terminado el bachillerato. Me dijo que aprovechaba la venta de los monederos en la UASD para irla conociendo, porque aspiraba estudiar allí. “No sabes cuánto quisiera estar aquí. Veo cómo hay jóvenes que toman el estudio a chercha y no saben lo difícil que es entrar para alguien que no tiene oportunidades, sobre todo si estuvo vinculado con las drogas”, me dijo. Me sorprendió su propiedad al hablar. Es un autodidacta y quiere estudiar Agricultura, porque la tierra es productora de vida. Al terminar la historia, noté que había convencido a mi amiga. Conseguir dinero es fácil, le dije. Luego le pregunté: ¿tan poco quieres de ti? ¿Qué tienes por ofrecer?