PSICOLOGÍA A SU ALCANCE
Mi hijo no es delincuente
Una madre me dijo ayer: “Los hijos son para bendición aunque en ciertos casos se vivan pesadillas”. Una de ellas es enfrentar la opinión de quienes la llaman apoyadora, lanzándole un misil de opiniones sobre qué debe o no hacer. Ideal es que la ley se apodere, pero como quienes la aplican no son pulcros ni justos, no regeneran y los empujan más al pozo, ¿a quién acudir?, se peguntan angustiados papá y mamá y sin ánimo de rendirse en su desespero eligen la opción menos dolorosa. Solo poniéndote en sus zapatos entenderás. ¿Conoces sus penas, sinsabores? Para ti, juzgar es fácil pues ni es tu problema ni es tu hijo. La delincuencia es multicasual, no nació delincuente. Todos debemos intervenir pues a buenos y a malos les pasan cosas malas. Es hora de ayudar, no culpar. ¿Es ciega la mamá que en la tumba grita: “No era un delincuente”? No es ciega, pero su corazón sí. En la tumba para ella no hay un delincuente, sino un hijo amado que le hirió el corazón. Si tienes un hijo positivo agradece a Dios. Que la ley haga su parte, quien deba responder que responda, mientras unámonos al rescate de los hijos perdidos pues juzga bien quien sopesa y compara, pero al pronunciar su dura sentencia jamás abandona la piedad.