La Vida

DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA

Colón: antes de pisar tierra

VIVENCIAS EN ALTA MAR DESDE EL 25 DE SEPTIEMBRE HASTA EL 12 DE OCTUBRE DE 1492

¿Cuál era la situación de Cristóbal Colón dos semanas antes de descubrir América o encontrar otra cultura? Ciertamente era muy difícil. Su objetivo de encontrar la ruta corta para llegar a las Indias (nombre que se daba a Japón, China e India) parecía a punto de fracasar. ¿Cómo estaba su relación con la tripulación? Estaba muy crítica. Desde que zarparon de Palos de Moguer, el 3 de agosto con las naves la Niña, la Pinta y la Santa María, capitaneada esta última por el Almirante, con 90 marineros, 30 servidores del rey, un escribano, un alguacil y un intérprete de árabe, hubo varios motines entre los marineros impacientes e irritados. En efecto, el gran navegante pasó por algunos momentos difíciles a causa de la rebelión de su gente. Esta no dudaba en provocar las más atroces acciones. Entre ellas, proponía que si el Almirante se negaba a regresar a España, se le arrojase al mar. La explicación que ellos darían allá sería que él mismo se había caído, mientras contemplaba las estrellas y signos celestes con sus instrumentos astronómicos. La crítica situación de Colón era peor cada día. Mientras más se acercaba a las regiones anheladas, crecía la desesperación de los marineros. No parecía lejos el momento en que se sublevasen y lo hicieren volver atrás, y así frustrar la consumación de su proyecto. Pero el Almirante no estaba ajeno a estas intenciones rebeldes, y hubo de recurrir a un innegable don de su carácter, su seguridad personal, para hacerles recobrar la calma. Así mantenía un rostro inalterable y sereno, alentando a unos con palabras afables, estimulando el orgullo y avaricia de otros, y amenazando abiertamente a los más pertinaces con penas severísimas, si de algún modo trataban de impedir el viaje. Una luz lejanaLas horas del 11 de octubre transcurren tensamente. Colón estaba muy ansioso, pero él sabía disimularlo muy bien ante su gente. Irving escribe: “Después de oscurecer subió Colón al castillo de su alta popa. Por risueño y firme que fuese de día su aspecto, eran para el aquellas horas las de más penosa ansiedad, y libre y encubierto de toda observación por las sombras de la noche registraba con incansable afán el tenebroso horizonte en busca de las más vagas indicaciones de tierra”. De pronto, a las diez de la noche, Colón vio, o así pensó, una luz lejana (hoy muchos creen que era un ovni). Para asegurarse de que aquella aparición no era fruto de su imaginación, llamó al cámara del rey y, señalándole la dirección, le preguntó si veía alguna luz. La respuesta fue que sí. Ya Colon no tuvo dudas: era una señal irrefutable de tierra, y tierra habitada además. EL GRITO DE ¡TIERRA!A las dos de la mañana del 12 de octubre de 1492 se oyó un cañonazo desde el castillo de proa de la Pinta, dando la alegre señal de tierra. El vigía de la nave, Rodrigo de Triana, dio, desde el castillo de proa, el grito de: ... “Tierra”. Este fue el primero en descubrirla, pero el premio se otorgó a Colón por haber visto la luz anteriormente. Allí, a unas dos leguas de distancia, esperaron impacientemente a que amanezca para desembarcar. El Almirante estaba rebosante de alegría; había realizado su gran sueño. “¡Cuántos y cuán diversos serían los pensamientos -escribe Irving- que en aquel momento cruzaron por la mente de Colón! Al fin había cumplido su obra, no obstante todas las dificultades y peligros... Es difícil hasta para la imaginación concebir los sentimientos de tal hombre en el instante de tan sublime descubrimiento”. Una fecha cargada de polémicasLa controversia rodea la celebración del día destinado al descubrimiento de América. Mientras muchos historiadores consideran que no hubo tal descubrimiento, sino el encuentro entre dos culturas, algunos van más allá y se atreven a calificar de genocidio la llamada colonización de los pueblos americanos. Debido a que el 12 de octubre de 1942 el mundo occidental aún no sabía que se había “descubierto” un nuevo continente (Cristóbal Colón siempre pensó que había llegado a las Indias), hoy día más historiadores aprueban que se descontinúe el llamar a la fecha Día de la Raza, término aún usado en muchos países latinoamericanos, y prefieren en cambio el de Día de la Hispanidad. Sin embargo, este término también trae polémicas, sobre todo en España, donde entidades como el partido Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) considera que debe descontinuarse su celebración. “Nosotros creemos que el 12 de octubre no hay nada que celebrar. Creemos que la celebración del Día de la Hispanidad es una cosa que ha quedado absolutamente anticuada, y que, además, celebrar el recuerdo de un genocidio no es algo de lo que tenga que sentirse orgulloso ningún país”, dijo ayer el vocero del ERC, Ignasi Llorente. En España a la fecha se le llama Fiesta Nacional. Colón: poco antes de llegar a tierraEl 25 de septiembre de 1492 Colón estaba, aunque no lo mostraba, seriamente preocupado por no ver aún señales de tierra. Mientras él, su piloto y algunos marineros de experiencia estudiaban el mapa, procurando establecer el verdadero punto en que estaban situados, los sobresaltó un grito de la Pinta. Al levantar los ojos, vieron a Martín Alonso Pinzón, el capitán, subido en la popa de su buque repitiendo en alta voz: “¡Tierra! ¡Tierra!”, al tiempo que pedía su premio y señalaba al Suroeste, adonde se divisaba ciertamente algo que parecía tierra. Colón se arrodilló al momento para dar a Dios las debidas gracias, y Martín Alonso Pinzón entonó fervorosamente el himno “Gloria in excelsis”, en que le acompañaron en alta voz sus marineros y los del Almirante. Todos estaban tan convencidos y alegres que Colón aceptó variar su ordinario rumbo al Occidente; y poner proa al Suroeste. Pero, como dice Washington Irving en su libro “Vida y viajes de Cristóbal Colón”, la luz de la mañana acabó todas sus esperanzas como las de un sueño. La imaginada tierra no era más que una nube vespertina, que se había disipado por la noche. De modo que con desmayados corazones tomaron de nuevo el rumbo occidental. Una bandada de pájarosEl 6 de octubre, Colón había ya navegado setecientas cincuenta leguas, justamente la distancia que había previsto para encontrar la isla de Cipango (Japón), pero como no apareció donde esperaba, creyó entonces haberla pasado por alguna equivocación en la latitud. Ese mismo día vio una bandada de pájaros que seguía el rumbo Suroeste. Determinó pues en la noche del 7 de octubre cambiar su curso en la dirección en que volaban los pájaros y continuar así al menos por dos días. En realidad, el Almirante y sus marineros siguieron aquel derrotero por tres días. Mientras más navegaban, más frecuentes y palpables eran las señales de tierra. Vieron bandadas de avecillas de varios colores, muchas de ellas de las que cantan por los campos volaban alrededor de los bajeles y seguían después hacia el Suroeste. También se oían volar otras por la noche: garzas, pelícanos y patos. Todas estas señales eran muy alentadoras para Colón, mas no para la mayoría de los marineros. Estos pensaban que eran otras tantas ilusiones engañosas que los iban arrastrando hacia su destrucción, y cuando vieron que al tercer día seguían rodeados del inmenso mar, rompieron en bulliciosa revuelta. Protestaban contra la terquedad de tentar el destino. Pero el viernes 12 de octubre de 1492, la primera tierra americana que pisa y contempla el descubridor del Nuevo Mundo es Guanahani, rebautizada por él como San Salvador, del archipiélago de las Bahamas. LA DIFÍCIL POSICIÓN DE CRISTÓBAL COLÓNPor eso los tripulantes no deseaban otra cosa que volverse y abandonar el viaje como desesperados. Colón trató de apaciguarlos con palabras afables y promesas de abundantes premios; pero el clamor y el bullicio aumentaban. Entonces dijo enérgicamente que estaba dispuesto a perseverar a todo trance, hasta cumplir, con el favor de Dios, su empresa.La posición de Colón era peligrosa en extremo. Se hallaba en completa hostilidad con sus acompañantes, entre los que había ex presidiarios criminales. Solo lo salvó una cosa: las indicaciones de tierra al otro día ya no admitían ninguna duda.Aquella noche del 6 de octubre los marineros estaban de buen ánimo para cantar, según la costumbre a bordo de la Santa María, la “Salve Regina” o himno de Nuestra Señora. Después de este piadoso ruego, Colón dirigió un solemne discurso a su gente. Les recordó la misericordia de Dios que los conducía con tan suaves y propicios vientos por medio de un tranquilo océano, reanimando sus esperanzas con incesantes señales.y aumentándolas cuando crecía su temor, guiándolos así a una tierra de promisión.

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