LOS AROMAS
Del perfume y sus olores
LAS TENDENCIAS ESTÁN CAMBIANDO: MIENTRAS EL ESTILO GOURMAND EUROPEO SE PONE DE MODA EN LAS AMÉRICAS, HOMBRES Y MUJERES INTERCAMBIAN LAS FRAGANCIAS
De los evaluadores de fragancias depende, en gran medida, el éxito de un perfume.
Con su fino y trabajado olfato, ellos confirman que las materias primas y las mezclas usadas por el creador de la esencia serán las adecuadas, las que terminarán atesorando y ofreciendo el efecto seductor de un perfume, el dulce misterio científico que los hace especiales.
Y ese es el trabajo del francés Romain Poquet, mánager desarrollador de fragancias de la casa Firmenich, productor internacional de perfumes.
¿Qué los hace imprescindibles en el mundo de los olores?
Todas las casas proveedoras que trabajan en la producción de perfumes tienen dos tipos de nariz, explica Toquet: el perfumista que crea la fragancia, que escribe la fórmula y que realiza el trabajo artístico y químico, y los evaluadores de perfumes.
Estos últimos “somos los gerentes del desarrollo de la fragancia, los jefes de productos de la parte olfativa, los mega ultra expertos de las marcas y del mercado de las fragancias. Tenemos en nuestra mente una biblioteca de fragancias, si me preguntas a qué huele Chanel 5 te lo describo sin tenerlo aquí”, indica, sin falsas modestias, Poquet.
Es una formación que nunca para, asegura, un arte y una profesión en la que se aprende cada día, y que les permite, salvo las fórmulas secretas de los creadores, responder todo tipo de preguntas sobre perfumes.
Durante su visita a Santo Domingo para endosar la nueva fragancia masculina Courant, de L’Bel, Poquet conversó con LISTÍN DIARIO sobre las últimas tendencias en el mundo de los olores y de lo complejo que es, de cerca, el arte de la perfumería.
“El perfume es una combinación de materias primas, de notas olfativas que se van agrupando hasta formar un acorde, luego agrupas los acordes y tienes una melodía, una sinfonía. Es muy complejo en el sentido de que una fragancia tiene por lo regular entre 100 a 150 materias primas. Un perfumista es capaz de distinguir el 80% de la materia prima de una fragancia, quizá no tanto lo cuantitativo, pero sí lo cualitativo”, dice Poquet.
LAS TENDENCIAS
Están cambiando y tienden a la armonización, indica Romain Poquet.
América Latina, por ejemplo, se está haciendo eco de la tendencia “gourmand”, muy famosa en Europa desde hace 10 años, y que consiste en fabricar perfumes usando notas que evocan alimentos dulces, en una mezcla de olores y sensaciones sensoriales.
Al inicio, explica, se prefería la vainilla, el caramelo, el chocolate y el algodón de azúcar; pero ya se habla de frutas dulces, jarabes y mermeladas, y se están introduciendo notas de alcohol y de bebidas como el champán o el café.
FRAGANCIAS UNISEX
Al margen están quedando, también, las marcadas distinciones entre aromas femeninos y masculinos.
“Hemos decidido ponerle sexo a las cosas pero ya estamos cambiando. El hombre puede venir con la camisa rosa y no pasa nada, una mujer se viste como hombre y se ve femenina y sensual. Esos códigos no son naturales, es un aprendizaje impuesto por la cultura. En Dubái los hombres se perfuman con rosas puras y es normal, aquí no porque la rosa es femenina. Le hemos puesto sexo a los perfumes pero es algo mental”.
Poquet indica que, dentro de la perfumería, desde hace unos seis años se da un intercambio de códigos sexuales muy interesante entre las materias primas más comerciales y conocidas: flores, madera y especias.
“Antes, muchas flores como la rosa, el jazmín, la gardenia y el nardo, que son muy fuertes y femeninas, eran las flores de las mujeres y casi nunca las encontrabas en perfumes de hombres o estaban presentes en cantidades muy pequeñas; las de hombres tenían maderas y especias que no las encontrabas en los perfumes de mujeres.
Últimamente estamos intercambiando: las mujeres comienzan a robarse las maderas y los hombres a robarse las flores y así tienes un perfume que se llama Jet Homme con muchísimas notas dulces; cuando lo hueles sobre una mujer es caramelo, pero cuando lo hueles sobre un hombre te huele extremadamente sensual”.
El olor del agua en movimiento
En el mundo se usan unas tres mil materias primas para elaborar perfumes. De éstas, se usan entre 100 y 150 en una fragancia. Una pregunta que los expertos en perfumería suelen enfrentar es, precisamente, si se puede hacer perfume con cualquier materia.
“Cada día estamos utilizando e inventado nuevas materias primas”, responde Romain Poquet.
“Los perfumes están constituidos por materias primas naturales y por moléculas químicas y ambos son buenos, decir que lo natural es bueno y lo químico es malo es un error. De hecho, en los químicos no hay moléculas alérgenas mientras que en los naturales sí. Los químicos no dañan la naturaleza porque no tienes que plantar, cortar y luego replantar. Los dos tienen sus desventajas e inconvenientes, las mezclas son muy interesantes y los dos te ayudan a desarrollar las mejores fragancias”.
Foto olfativa
La casa Firmenich, dice Poquet, es especialista en la creación de moléculas químicas.
Actualmente han patentado una tecnología muy avanzada llamada Natural Print que reproduce, por llamarlo así, cualquier tipo de olor.
¿Cómo funciona? Supongamos que quieres en tu perfume el olor de una flor que viste en un bosque, de la que sólo hay un ejemplar y que no se puede cultivar.
“En principio tienes una jeringa con una fibra de polímero, te subes al árbol, sacas la punta de la jeringa, te acercas a la flor y la dejas actuar por cinco minutos, vas captando el olor de la flor en su medio ambiente, la humedad del bosque, el sol... Captas eso y es exactamente como tomar una foto, por eso la llamamos Natural Print, porque es tomar una foto pero olfativa de cualquier cosa de la naturaleza”.
Ya en el laboratorio y usando máquinas más complejas, los olores son separados.
“El olor de la flor es como un miniperfume con constituyentes que vas separando y que te dan una fórmula que se acerca al 99.9% del olor original”. Esto se puede hacer con flores, madera, especias, comida, vinos, coñac, con piel humana. “Una vez reprodujeron el olor a cuero nuevo de los asientos de un coche”, explica.
¿El costo? Carísimo, dice Poquet.
“El único límite que tienes es el costo de la complejidad de lo que estás captando”.
Admite, sin embargo, que es posible comercializar estos antojos personalizados.
“Hemos hecho de flores especiales que se encuentran sólo en una isla, que son endémicas. Vas, captas el olor y no necesitas cultivar la flor, no necesitas mucha mano de obra ni cortar los árboles y estás respetando la naturaleza”.
Si los perfumes no son más caros de lo que ya en sí se les reprocha, es porque estas fragancias son mezcladas con materias más comerciales y aceptables a nivel de precio.
El movimiento del agua
Romain Poquet formó parte del equipo de la casa Firmenich que desarrolló Courant, el nuevo perfume de L’Bel para hombres. El creador de la fragancia es el famosísimo perfumista Harry Fremont. L¥Bel buscaba una fragancia para el hombre latino que evocara el concepto del olor del agua en movimiento, de aroma fresco y duradero.
Poquet, de abuelos españoles, que ha vivido en México y conoce muy bien el mercado latinoamericano, explica que Fremont mezcló seis materias primas naturales y sintéticas e hizo con ellas un acorde de las aguas abisales del océano Ártico, consiguiendo un olor a agua fría, pura, helada.
El evaluador de perfumes describe el resultado como una fragancia extremadamente fresca, dinámica, enérgica y casual que se puede usar todos los días.
“La idea es tener una frescura extrema y duradera que evoque el olor del agua y la complejidad de Courant es esta, porque los perfumes muy frescos generalmente no duran. Esta fragancia dura mucho y es muy limpia. Si el hombre es dinámico, moderno y deportivo no sólo la puede usar durante el día: si se la quiere poner de noche también va súper bien porque tiene un fondo con mucho carácter”.
CUESTIÓN DE GUSTOS
Decidir qué perfume usar es cuestión de gustos, explica Romain Poquet.
“Mucha gente (y sobre todo el marketing) quiere ponerle límites a los usos de la fragancia. Usen lo que quieran y cuando quieran. Hemos visto que no siempre el experto tiene la razón, el consumidor es el que decide. Por ejemplo, Idolatré es una fragancia que desarrollamos para L’Bel muy oriental, fuerte, que podrías usar de noche, en invierno u otoño porque es cálido y pesado, pero las consumidoras dominicanas la compran, la usan muchísimo y les fascina, por eso digo que no hay reglas”.
Aunque no son detalles que se toman en cuenta al momento de elegir un perfume, Poquet advierte que cada piel reacciona de manera diferente a una misma fragancia debido al clima, a la humedad, al color y a la calidad de la piel, y que por ello es importante que la gente comprenda que no tiene que perfumarse en exceso.
“Se debe perfumar una vez vestido para que el aroma se quede en la ropa y todos lo huelan. Mucha gente dice ‘compré este perfume pero no me huele como a mi hermana, huele diferente’, es porque interactúa con su piel. Si te perfumas una vez vestido, la fragancia se queda en tu ropa y huele como tiene que oler”, dice.
¿Un consejo?
“Tomando como distancia el largo del brazo y nunca directo a la cara, échate el perfume cubriendo la parte del cuello, el cabello y la tela de tu ropa. O haz una nube (en el aire), cierras los ojos y la boca y entras en ella. Un secreto: échate el perfume en la nuca, que cubra el cuello, la ropa y el cabello, así, pues cuando caminas y el viento te sopla dejarás una estela, si viene alguien detrás, a 2 metros de mí, no me va a ver, pero me va a oler...”.
MATERIA RARA
Una de las materias primas más raras para elaborar perfumes porque es difícil de encontrar es el ámbar gris, una piedra que se forma en la vesícula del cachalote y que éste tiene que expulsar.
“No te sirve matar la ballena para extraerla porque el olor viene de la maceración. La ballena la expulsa y la piedra flota, interactúa con la sal del mar y el oxígeno, se oxida, se macera y llega a la playa hasta que un fulano la encuentra”, explica Poquet.
TERCER OLOR
“Algo que te huele feo, que no te gusta como materia prima, puede oler muy rico dentro del perfume. La perfumería no es como las matemáticas: uno más uno no da dos, uno más uno es tres; o sea, si mezclas limón con mandarina no vas a oler limón y mandarina, vas a oler limón, mandarina y la mezcla de los dos. Es como una tercera dimensión, inventas un tercer olor. La mezcla de los dos te va a oler a cada uno por separado y a la mezcla de los dos. Ahora imagínate un perfume de 150 materias primas”, afirma.
AL PROBAR
Consejo de Poquet: “Si vas a una tienda porque cambiarás el perfume no huelas más de tres, porque después de tres te saturas y ya no diferencias los olores. Tampoco huelas el top (primer olor) y para decidir si te gusta o no. Lo mejor es tomar una muestra y aplicarla. Cuando vayas a probar no llegues a la tienda con fragancias aplicadas”.