Ciencia y tecnología para chicas

En un aula del liceo Fabio Mota, una veintena de chicas localiza puntos en hojas cuadriculadas y traza líneas entre estos hasta formar figuras diversas como un rostro, una guitarra o un paraguas. Al final, las adolescentes, que cursan el nivel medio, colorean las figuras a fin de exponerlas frente al resto del grupo. 

El ejercicio forma parte de las actividades que durante dos semanas realizaron en Supermáticas, un campamento de matemáticas, ciencia y tecnología para chicas. 

No muy lejos, en la escuela San Vicente de Paúl, otro grupo de muchachas, esta vez estudiantes de sexto a octavo del nivel básico, gira sus compases durante una práctica de geometría. 

Participan en E-Chicas, un campamento con las mismas características que el anterior. 

Los campamentos son el primer paso para la creación de clubes de matemáticas, ciencia y tecnología para niñas en 10 escuelas del Distrito Nacional y este municipio. Forman parte de un proyecto más amplio, Género y TIC, desarrollado por el Centro de Investigación para la Acción Femenina (CIPAF) con el objetivo de superar la brecha digital de género. 

“Se supone que en 15 ó 20 años la mayoría de los puestos de trabajo mejor remunerados va a estar en el mundo de las tecnologías, y las mujeres no nos estamos preparando para estar presentes”, dice Magaly Pineda, directora del CIPAF. 

Cita el caso del ITLA, donde la matrícula femenina es baja en comparación con la masculina. 

Estereotipos

La brecha obedece, según Pineda, a los roles estereotipados que se asignan a la mujer y que la han marginado de la ciencia, además de conducirla a escoger carreras tradicionales. 

Como muestra de esos estereotipos recuerda un estudio llevado a cabo en cuatro escuelas por la institución que dirige. A las profesoras se les preguntó en cuáles asignaturas eran mejores las chicas y en cuáles los chicos. Las encuestadas respondieron que las muchachas eran buenas en lengua española y los varones, en matemáticas; pero al analizar los resultados de las Pruebas Nacionales se encontró que no existían tales diferencias. 

¿Que las muchachas no son buenas en las ciencias exactas? “Eso no es cierto”, afirma Ceyda Lora, quien tiene 25 años impartiendo matemáticas y fungió como coordinadora del campamento Supermáticas. 

Metodología

El CIPAF y el Fondo para la Igualdad de Género de Unifem/ONU aportaron los fondos para el proyecto, que en Santo Domingo Este coordinan junto a Ce-Mujer, informa Cintia Drullard, responsable de los clubes. 

Las participantes de los campamentos -25 en el liceo Fabio Mota y 30 en la escuela San Vicente de Paúl- fueron escogidas tomando en cuenta su rendimiento y su capacidad para convertirse luego en multiplicadoras que promuevan los clubes entre sus compañeras. Pero para animarlas a permanecer en este programa se requiere una metodología distinta a la que suelen aplicar los profesores en clase. 

“El maestro usa conceptos abstractos; aquí se aplican a la vida real y a la práctica”, explica Griselda Jiménez, maestra de matemáticas y coordinadora del campamento en la escuela San Vicente de Paúl. 

Encuentros con mujeres destacadas en la ciencia y la tecnología, y visitas al ITLA forman parte de las actividades encaminadas a despertar en las niñas el interés por las carreras de punta. 

Una que quedó impresionada con su visita al ITLA fue Idaisa Rodríguez, quien a sus 14 años acaba de pasar a tercero de bachillerato y parece tener muy clara su vocación: la mecatrónica. 

Sólo para ellas

En la misma aula donde hace un rato localizaban puntos sobre hojas cuadriculadas, las participantes del campamento Supermáticas ahora aprenden las reglas del ajedrez. 

“¿La dama vale cuánto?”, pregunta el instructor Iván Marte, miembro de la fundación Liss Chess, compuesta “abrumadoramente” por hombres, aunque su presidenta es mujer. “¡Diez!”, responden a coro las alumnas. 

Afuera, tres varones deben conformarse con “espiar” por una ventana. Esta clase es exclusiva para chicas. 

REPRESENTACIÓN EN CARRERAS DE PUNTA

Según datos suministrados por el CIPAF, a pesar de constituir el 61 por ciento de la matrícula universitaria, las mujeres son apenas el 11 por ciento del alumnado en carreras relacionadas con la ciencia y la tecnología. 

En el año 2008, en el ITLA, las mujeres representaban el 29 por ciento de los estudiantes de Tecnología de la Información; 7 por ciento en Software, y el 18 por ciento en Mecatrónica. 

“Las mujeres tenemos que empezar a ser mucho más asertivas en cuanto a cuáles son las carreras que van a permitir realmente un salario que no sea sólo el básico de supervivencia”, expresa Magaly Pineda al analizar esas estadísticas. 

En su opinión, las nuevas tecnologías representan un avance para las mujeres, pues el trabajo ya no depende de la fuerza física.