TERCER CAMINO
El credo de los niños
Si lo quiero es mío.Si te lo doy y cambio de parecer más tarde, es mío.Si te lo puedo quitar, es mío.Si lo tenía hace un rato, es mío.Si es mío, nunca será de nadie más, pase lo que pase.Si estamos construyendo algo juntos, todas las piezas son mías.Si se parece al mío, es mío. Elisa Morgan trabajadora con niños en edad preescolar, escribió esta reflexión sobre la perspectiva que un niño en esa etapa, tiene del mundo. Todos los que hemos estado en contacto con un niño en esa edad conocemos la verdad de este credo. Hasta cierto punto lo encontramos gracioso y peculiar. Sin embargo, esperamos que esta conducta se supere a medida que crecemos física y espiritualmente, porque en los adultos este comportamiento se llama codicia. Y es uno de los pecados capitales, según la iglesia católica. Codicia es un ambición desordenada de ser dueños no sólo de riquezas, sino también de poder. Nos encontramos muchas veces con personas muy acaudaladas, o con edad muy avanzada, todavía con ambiciones desmedidas de adquirir posesiones cuantiosas, o posiciones lucrativas. Pero lo más preocupante es la nueva modalidad de la codicia: “La codicia política”: Este puesto es mío, aunque lo quiera otro es mío, si no lo puedo tener será de mi esposo/a, o de mi hermano/a, o de mi padre, para que siga siendo mío... Los presidentes quieren reelegirse, una y otra vez si fuera posible; los que se fueron quieren volver; los síndicos si no optan por reelegirse, quieren ser diputados; los diputados, senadores; los senadores, gobernadores o viceversa; los regidores, síndicos; y así sucesivamente. A veces la “generosidad” los envuelve, entonces se reparten los puestos: Tantas sindicaturas para ustedes y tantas para nosotros..., que dame la Liga Municipal a mi, si no trancamos el juegoÖTodavía no toman posesión los nuevos elegidos, y ya tenemos paredes con “Fulano de tal, Síndico 2016”. Pero bueno, ¿qué nos pasa? ¿Seguimos siendo enanos espirituales, o todavía practicamos el “Credo de los niños”?