MEMORIAS DE VIAJES
Paseo de último día en El Peñón de Gibraltar
Camino por algunas estrechas e inclinadas calles de Gibraltar, y en el trayecto voy mirando cuán numerosos son los locales de bares-restaurantes y bares-cafeterías. En ocasiones, uno al lado de otro. Por ser considerado el más antiguo en este territorio británico, el que más fama tiene es el Star Bar, en Parliament Lane. Entro a sus instalaciones sólo para conocerlo. Numerosas fotografías del ayer reafirman su estatus de años ha. En esta misma calle está la sinagoga Abudarham, un local de reducidas dimensiones con una doble puerta de madera en la fachada, la cual de lejos veo. Deambulo hasta Irish Town (Pueblo Irlandés), una calle paralela a Main Street (la arteria principal), que por su nombre en un principio creí era un barrio. Y así se llama desde hace más de doscientos años. En uno de sus extremos se levanta haciendo esquina un atractivo edificio. Construido en 1894 de ladrillos rojos y bellos arcos ojivales, con ventanas dobles en su segundo piso es sede de la Estación Central de Policía. Tiempos atrás aquí funcionó un mercado. Plano en mano llego hasta la plazoleta donde se encuentra el elegante City Hall (Ayuntamiento), que si bien data de 1815 fue restaurado en 1995. Una placa acredita que fue la residencia de Aaron Cardozo, adinerado hombre de negocios judío, de origen portugués. Con el transcurso de los años llegó a ser el mejor hotel de Gibraltar: Club House Hotel. Es mi último día en El Peñón y no puedo irme sin visitar el Museo de Gibraltar, que precisamente está a la vuelta de la esquina del hotel donde me alojo. Por estar tan cerca lo había dejado para último minuto. El museo fue instalado en la antigua residencia del Oficial Primero de Artillería porque en ella están los Baños Árabes que se dice son los mejor conservados de Europa. Precisamente por estos Baños Hammas es que quiero recorrerlo. Busco una fachada grandiosa o llamativa, mas nada de eso se presenta ante mis ojos. Hacia la calle me da la impresión de ser la entrada a un patio protegido por un muro en una vivienda de familia, medio oculta a la mirada de los transeúntes. Recoleta y bonita. Pues sí, aquí es. Para entrar pago dos libras esterlinas. En el rincón de una de las habitaciones, un bien logrado montaje llama mi atención: tres figuras de tamaño natural, cada una trajeada con distinto uniforme, representan las respectivas ramas militares: “defence force guard”, “regiment infantry soldier” y “port sergeant”. Que traducido viene a ser, respectivamente, guardia de la fuerza defensiva, soldado del regimiento de infantería y sargento de puerto. Tras tomar una foto del conjunto me pregunto por dónde se va a los Baños Árabes. Buscándolos desciendo por unas escaleras. De buenas a primeras distingo un letrero indicando que son para subir. Y yo voy en vía contraria, pero no, no me devuelvo hasta que finalmente llego al sótano. Estoy en la zona de los Baños construidos durante la dinastía Menindin, la cual dominaba Gibraltar en el siglo XIV. ¡Helos aquí!