EN OTRA DIMENSIÓN
Baila Josefina... te quiero Orión
Trabaja como si no necesitaras el dinero, ama como si nunca hubieses sido herido y baila, baila, siempre baila como si nadie te mirara. Haz como yo, que cuando escucho el CD del Banco de Reservas y me tocan el pambiche lento que es tan bueno de bailar, me pongo como loca, y cuando viene llegando el Juan Gomero en la voz de don Frank Cruz, no queda un mueble en el medio porque bailo y bailo por todo mi apartamento hasta terminar extenuada. Invento pasos, me hago mimos yo sola y lo único que lamento es no tener en ese momento bien cerquita a mi hijo el Titi porque es con quien mejor bailo. Hoy saludo a gente que quiero con el alma y con la vida. Ella es una amigañhermana que siempre tiene un lugar aparte en mi corazón porque, como decía Casandra Damirón, contigo y con Fifa se goza. Hablo de Josefina Miniño, a quien deberían hacerle homenajes y más homenajes porque, mire mi hermano, cuando usted ve a esa mujer dando clases como que se monta y aquello es fuego. ¡Qué bárbara, cuánto talento y qué profesional! Si usted tiene la oportunidad de conocer a esa madre, esposa y amiga... ahí es que esa pintura es dura. Él es alguien que no debe dejar nunca la sonrisa de antes, un muchacho que conocí cuando ambos -claro, yo más que él- éramos demasiado jóvenes, en un tiempo en que el periodismo hacía que los periodistas fuéramos unidos, amigos de verdad. Hablo de Orión Mejía, a quien felicito hoy por su trabajo en ese Reservas que tanto bien hace al arte en este país. Está en un grupo que da envidia, en un conjunto de jóvenes valiosos, al lado del poeta Oscar Peña, en el mismo salón de una lumbrera como Luis Brea Franco y gente valiosísima. Aunque Orión a veces anda tan apurado que ni puede darme ese cariño de antes, no importa, lo importante es que nunca deje aquella sonrisa... y que baile.