Mar, antigüedad y naturaleza

Newport. Rhode Island, EE.UU.- Es verano y hace frío. La temperatura ronda los 15 grados centígrados, pero la belleza del paisaje y el profundo verde de la carretera hace olvidar cualquier otra cosa. Camino hacia Newport, uno de los condados más turísticos del estado de Rhode Island, perder el aliento no se hace tarea dificil. Si bien podría ser por las imágenes que le presentan a la vista el serio problema de hacia donde dirigirse, también lo es por la deliciosa gastronomía marina y las casas señoriales antiguas. Un viaje a Newport es una lección sobre la historia de los Estados Unidos. Y es que el visitante que llega a Newport encontrará abundantes iglesias y casas coloniales bellamente restauradas, cuyos orígenes se remontan a los días del descubrimiento de América. La historia dice presente aquiHay también muchos vestigios que recuerdan la guerra civil americana, como fuertes, monumentos conmemorativos y museos de historia. Un elemento adicional que vale resaltar es que muchos de los presidentes norteamericanos visitaron Newport durante la temporada de verano, entre los cuales Dwight D. Eisenhower y John F. Kennedy fueron dos de los más distinguidos. Mansiones en Newport son impresindiblesAl caminar por Newport es fácil darse cuenta de la historia de opulencia de este pueblo del noreste estadounidense. Si se revisa su devenir, puede observarse que la revolución industrial en Estados Unidos comenzó a finales del siglo XIX, siendo durante este momento de la historia el período en que familias bien conocidas -como los Vanderbilt o los Astor- alcanzaron considerables niveles de riqueza. Estas familias acaudaladas eligieron Newport para sus residencias de veraneo, que resultan espectaculares, debido al talento de los artesanos de la piedra y el mármol que llegaron desde Europa para trabajar en la construcción de estas mansiones. Las casas, conservadas a la perfección, están disponibles para poder ser visitadas por el público en general. Espectáculo naturalUn elemento en común que tienen los que llegan por primera vez a Newport es que lo que más les impresiona suele siempre ser su “belleza pintoresca”. Y no hay que ir muy lejos para darse cuenta. Desde que se cruza el puente hacia una de las islas, la majestuosidad de las imágnes empieza a reinar por sí misma. Y es que como Newport se encuentra en una isla, se suele caer en el prejuicio de que se van a encontrar paisajes y playas, pero a cambio se ofrece mucho más. Para empezar, el puerto de Newport es uno de los más bonitos del mundo, siguiendo con el pintoresco paseo del acantilado (en inglés Scenic Cliff Walk) y Ocean Drive, le proporcionará vistas del océano y de las espectaculares casas de verano. A velaUn pueblo tan vinculado al mar no puede pasar por alto la navegación como deporte y actividad del día a día. En este sentido, Newport ha sido durante seis décadas el lugar donde se ha celebrado la “Copa América”, una de las regatas más importantes del mundo, y así se ha convertido en la capital mundial de la navegación a vela. El puerto de Newport y la bahía de Narraganset proporcionan un precioso telón de fondo para todo tipo de embarcaciones. Allí, hay muchos tipos de barcos disponibles, desde barcos antiguos de doce metros de la Copa, hasta clásicas goletas y lanchas motoras. Acontecimientos todo el añoNewport es la meca de acontecimientos especiales del área de Nueva Inglaterra. Numerosos festivales, programas culturales, ferias y otros acontecimientos especiales que tienen lugar durante todo el año rinden homenaje al encanto y la historia de nuestra ciudad en el mar. LA HOSPITALIDAD DE SUS HABITANTESIgualmente, Newport ha sido anfitriona de prestigiosos invitados de todo el mundo durante siglos. Por ende, la hospitalidad de su gente no es sorprendente. Del mismo modo, y a diferencia de algunos otros lugares cercanos, en Newport siempre hay algo para hacer. La oferta incluye ferias, festivales y programas artísticos. Incluso durante el frío de invierno, el ritmo de las actividades continúa a buena temperatura con el Festival de invierno y las doce semanas de fiestas de invierno.