Plan para salvar los arrecifes dominicanos

LA FUNDACIÓN REEF CHECK ACLARA SOBRE LA FORMA MÁS APROPIADA DE SALVARLOS

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Yaniris Lópezyaniris.lopez@listindiario.com
Santo Domingo

El Día Mundial del Medio Ambiente encuentra a las costas dominicanas en una penosa situación: la sobrepesca, el impacto físico, el calentamiento global y la contaminación de las aguas marinas están deteriorando los arrecifes coralinos del país, de por sí muy reducidos si se les compara con el promedio mundial, que se encuentra en avanzado estado de extinción. 

Hay zonas muy críticas, como las de Bávaro y Las Terrenas, que necesitan una intervención inmediata; y otras, como Sosúa, que reclaman programas urgentes de pesca sostenible. 

Pero no todo está perdido. Un proyecto piloto iniciado por la Fundación Reef Check Dominicana (RCRD) el año pasado en el Parque Submarino La Caleta, arroja impresionantes resultados y demuestra que, si se actúa ahora y de forma apropiada, la creación de áreas marinas protegidas pueden utilizarse como medidas para restaurar las zonas de pesca y proteger los arrecifes y las costas locales. 

Según Reef Check, en República Dominicana se investiga muy poco sobre los arrecifes y su impacto ambiental y social y ni siquiera se ofrece la carrera de biología marina, lo que resulta inverosímil en un país que recibe tantos beneficios económicos de las playas, que se forman gracias a los corales. 

“En un país que vive del turismo de playas, ¿cómo es que no se está haciendo más a nivel de estado por salvar los arrecifes? Hay cosas que se pueden hacer que no ameritan que se gaste 35 millones de dólares en la regeneración de playas trayendo arenas de otro lado que de todas formas se irán, se están yendo”, advierte el biólogo marino Rubén Torres, director de RCRD. 

LOS CORALES ENCIERRAN SECRETO DE LA DIVERSIDAD

¿Qué relación tienen los huracanes, los hoteles, las playas y la pesca con los arrecifes de corales? ¿Exageran los ecologistas y biólogos marinos al insinuar que en menos de 50 años, si todo sigue como va, habrá desaparecido el sistema marino más diverso del mundo, y con él las playas y los corales? 

Tomando en cuenta que en la última década se ha perdido más del 15 por ciento de todos los arrecifes del mundo debido a actividades humanas, todo parece indicar que sí. 

La respuesta no es una buena noticia para República Dominicana, que tiene en los ingresos por turismo de playa una de sus mayores actividades económicas. 

De acuerdo con Rubén Torres, director de la Fundación Reef Check República Dominicana, fundación internacional sin fines de lucro que se dedica a medir la salud de los arrecifes y a incentivar programas sostenibles en las comunidades costeras, la situación es para alarmarse, porque con más de 1,200 kilómetros de costas, en el país se estudia muy poco este tema en relación con la importancia que tiene, por ejemplo, para el turismo. 

Y resulta que la sobrepesca, la contaminación de las aguas y el impacto físico están acabando con los arrecifes dominicanos. 

CÓMO ANDAMOS 

La cobertura promedio de coral vivo en un arrecife a escala mundial es de 32 por ciento, es decir, el 32 por ciento del fondo de un arrecife está cubierto por coral vivo. 

La zona del país que más cobertura de corales presenta, entre un 40 y 50 por ciento en algunos sitios, es Pedernales, pero se debe a que ha sido la zona del país menos impactada por las actividades humanas. 

“Bayahíbe está por el 30 por ciento y Bávaro está muy mal, con menos del 10 por ciento. También están mal Samaná, Las Terrenas y Puerto Plata”, explica Torres, biólogo marino. 

¿PARA QUÉ SIRVEN? 

Los arrecifes de coral, el sistema marino más diverso del mundo, crecen paralelos a la costa, mayormente creando una barrera física contra el oleaje y las corrientes. 

Son mucho más que lugares para deleitarse contemplando la gran biodiversidad marina a través de la práctica de buceo. 

“¿Ves la playa de Boca Chica? Es tranquila y bonita porque tiene un arrecife de coral que la protege, si esta barrera no existiera, el mar obviamente entrara directo y no existiera siquiera la playa”, dice Torres. 

Para tener una idea de la importancia de los arrecifes, Torres se refiere a un estudio realizado hace algunos años en México que medía la fuerza de oleaje durante un huracán dentro y fuera del arrecife. Los resultados indicaron que la fuerza de oleaje durante un huracán fuera del arrecife era comparable a 20 y tantas bombas atómicas, mientras que dentro del arrecife era menos que una bomba atómica. 

“Con los arrecifes se reduce muchísimo el impacto del oleaje y su intensidad. Si esa barrera se remueve o se degrada, el oleaje termina entrando y eso, considera, es lo que ha pasado con muchas playas del país. Sacar arena de otro lugar para regenerar una playa de tendencia turística no mejora el problema. 

“Reparar la playa te asegura que tendrás una playa dentro de un mes, restaurar el arrecife de coral, que es el que proporciona la arena, dura un tiempo, pero es sostenible”, insinúa. 

Los hoteleros pueden colaborar en esta acción si evitan quitar toda la vegetación de la playa (o dunas) para colocar sillas o construir infraestructura, porque, sigue Torres, esa vegetación natural tiene una función: ayuda a frenar el viento que viene del mar. 

“Cuando el viento viene del mar trae también arena, entonces frena en las dunas, deposita la arena y la playa va creciendo eventualmente”, expresa.

PESCA SOSTENIBLE Y LA CALETA 

La pesca remueve piezas importantes que participan en el funcionamiento de este ecosistema. Para Reef Check, una de las formas más efectivas para proteger un arrecife es dejando zonas o reservas intactas, preferiblemente áreas protegidas, para que sirvan de reservas de peces. 

Un proyecto de este tipo lo realizan, desde el año 2008, en el poblado de La Caleta, al oeste de Boca Chica, en el área que abarca el Parque Arqueológico Submarino La Caleta. 

“En lugar de decirle a los pobladores que no pescaran, les sugerimos dejar una zona libre de pesca, por ejemplo la zona de buceo, para ver qué sucedía”, detalla Torres. 

Esto ocurrió en julio de 2008, los pescadores se comprometieron a respetar el pacto y un año después “ya tenemos datos que indican un aumento sustancial en la cantidad de peces en la zona”, indica Torres. 

Como parte del programa de Reef Check, un grupo de pescadores de La Caleta viajó a México, donde vivieron una experiencia que cambiaría por completo el concepto de pesca sostenible que tenían. 

“Los pusimos a bucear en parques marinos y las reacciones fueron impresionantes. Volvieron superconvertidos y esa era la reacción que buscábamos. Dijeron que eso que vieron lo querían en el país”. 

Más pescadores de otros puntos del país, como Sosúa, están interesados en que Reef Check implemente el programa en sus costas.