SABER NO PESA
Formas naturales de orar
Mucho más que una expresión artística, los jardines japoneses son una manifestación de propósitos religiosos. La utilización de rocas acostadas o paradas para formar figuras circulares surgió en el siglo V con los ritos espirituales. En el siglo VII se hizo popular el cuidado de jardines verdes para alabar a los espíritus de la naturaleza. Con la llegada del budismo, las prácticas se combinaron. En el siglo XII, el movimiento Zen alertó la apariencia de los jardines al reemplazar las plantas de flores, que consideraba frívolas, con árboles siempre verdes, símbolos de la eternidad. Hoy, el uso de espacio en los jardines se basa en el budismo. Las piedras representan el respeto por la naturaleza y el mundo utópico; por tanto, son auténticas, sin ningún procesamiento de por medio. Se colocan de manera asimétrica de dos a cinco para formar figuras equilibradas pero contrastantes. El lago - como representación del mar- no tiene forma geométrica; simboliza el pasaje del ser humano por el nacimiento, el crecimiento y la muerte. Un puente sobre el agua representa un viaje; mientras uno sobre la arena invita a la meditación. Entre los árboles, en un ambiente tranquilo y equilibrado, hay esculturas de Buda.