SU PRINCIPALÍA
Rabat, ciudad tranquila
AUNQUE EN LA CIUDAD DE MARRAKECH ESTÁ EL VÓRTICE DE LAECONOMÍA NACIONAL, RABAT ES LA CAPITAL
RABAT, MARRUECOS.- Aunque en la ciudad de Marrakech está el vórtice de la economía nacional, es esta Rabat la capital del Reino de Marruecos desde 1956, año de la independencia, y anteriormente del protectorado francés. Es el centro administrativo del país, no vive del turismo, aquí reside el Rey Mohamed VI y es sede de embajadas y del parlamento. Está situada en la costa atlántica, en la orilla sur de la desembocadura del río Bu Regreg, que la separa de la vecina ciudad de Salé. Hay una población aproximada de 1.8 millones de habitantes, aunque la cifra resultaría bastante imprecisa, pues las inmigraciones desde el interior del país resultan densas. El único consejo, que como “regla de oro” ofrecen los expertos para disfrutar plenamente de lo mucho que ofrece Marruecos, cuando son tan diferentes determinadas costumbres, es el respeto. Rabat ofrece mucha culturaRabat es una ciudad muy tranquila, agradable y con un encanto muy especial, ya que contrario a muchas otras capitales, aquí es casi imperceptible el acoso a los turistas. Esta capital ofrece mucha cultura, además de tener un pasado muy rico e interesante, lo que hace que Rabat se merezca con creces una buena visita. Es identificada como “La ciudad de los jardines”. Es una ciudad moderna y tradicional, una mezcla dinámica de cultura ancestral y moderna. Está rodeada de coloridas laderas y montañas. La ciudad, en sí misma, es elegante, con sus armoniosos jardines, sus comercios de lujo, sus tiendas y sus flores. Las pequeñas construcciones realizadas hasta el momento también son importantes, sobre todo las que se realizan sin la protección de los muros y que recuerdan aquel Rabat como capital del Reino de Marruecos. ImpresionanteRabat es una de las ciudades imperiales más importantes de Marruecos. Está situada al noroeste del país africano y es bañada en las aguas del océano Atlántico, en el cual desemboca el río Bu Regreg. Teniendo en cuenta que es una capital, Rabat es una ciudad perfecta para descansar y pasear tranquilamente, sin ninguna prisa. Bien se aplica aquí el decir popular del país de que “la prisa mata”. Los organizadores de viajes a Rabat toman muy en cuenta que el visitante no deje de conocer la famosa Gran Mezquita, en donde se encuentran las típicas tiendas con exóticas especias, comida, etcétera. También abundan en Rabat las famosas alfombras rabaties, las cuales se encuentran fácilmente cerca de las murallas de Kasbah. Esta ciudad de Marruecos también deja ver bellos espacios y paisajes, como por ejemplo Kasbah des Oudaias, un precioso lugar que se encuentra elevado sobre el océano Atlántico, al lado del río Bou Regreg. Muy cerca de este lugar, se encuentra el Jardín Andaluz, en donde actualmente se hospeda el museo de artes de Marruecos (Musée des Oudaia). También es muy interesante ver la Torre Hassan, la cual es perfectamente visible desde Kasbah y desde otros muchos lugares de la ciudad. La torre es famosa entre los habitantes de la zona, ya que incluso es considerada como un símbolo en Rabat. Otros lugares de obligada visita en Rabat son La Necrópolis de Chellah, El Mausoleo de Mohamed V y la enigmática Medina de Rabat. Quizás la ciudad de Rabat no sea tan fascinante como Fez o Marrakech (y esto lo explicó nuestra guía, adscrita al equipo de Europamundo, la historiadora madrileña Aurora Garrido, quien desde hace años vive en Marruecos), pero sin duda merece una visita, de hecho, son muy pocos los turistas que pasan por Marruecos sin visitar la ciudad de Rabat. Ciudad nuevaPor el bulevar Hassan II, se va paralelo a las defensas de la Medina, conocidas como el muro de los andalusíes. Esta muralla es de adobe rojizo y está en un excelente estado de conservación. Atravesando la puerta Bab Al Had, por la avenida Ibn Tourmert, más adelante a la derecha, desde el comienzo de la avenida An Nasr se puede contemplar la fabulosa “puerta de los vientos” Bab-er-rouah, la más importante de todas la puertas almohades fortificadas. Aquí en la ciudad nueva, está el museo Arqueológico. En la entrada hay una cista de plomo decorada, procedente de Zilil, que ofrece un fantástico relato de la historia antigua de Marruecos, con exposiciones de objetos de hasta hace trescientos cincuenta mil años. Hay que destacar la sala de los bronces con estatuillas y objetos romanos de Volúbilis, Lixus y Chella, no hay que perderse la cabeza de Juba II y el busto de Catón el joven, ambos de Volúbilis. (+) RELIGIÓN, HOSPITALIDAD Y VENTAS CALLEJERASEn Marruecos no está permitido el acceso de los no musulmanes a las mezquitas y demás edificios de carácter religioso, a excepción de los mausoleos de Mohamed V de Rabat, Moulay Ismail en Meknes, las tumbas saadíes de Marrakech y la Mezquita Hassan II de Casablanca. Los marroquíes son personas generalmente muy hospitalarias y una de sus mayores satisfacciones es saludar a los visitantes con estrechones de mano. Eso sí, son negociantes innatos. Los vendedores callejeros ofrecen de todo en venta, y realmente son tan insistentes que rayan en el asedio. Claro, cada quien compra lo que desea y al hacer las transacciones callejeras es muy normal el “regateo”, tanto que hay artículos que pudieran bajar hasta el 80 por ciento, dependiendo de las habilidades aplicadas.