Limpieza en la casa y en las calles también

Enfatizamos frecuentemente sobre la higiene tanto corporal como en el hogar, pero ¿qué olvidamos enseñar a los hijos?, que las calles también debemos mantenerlas limpias, pues con ello preservamos la salud. Al enseñarles algo, es bueno explicarles el porqué. Limpieza es higiene y debe estar presente en todo lugar donde convivimos. Notemos cuán difícil es enseñar a los hijos cuando son los padres quienes deben reeducarse, pues es común verlos lanzar toda clase de desperdicio en contenes y aceras. La basura contamina el medio ambiente, por tanto, afecta nuestra calidad de vida. Genera malos olores, moscas, ratas, cucarachas, etcétera, y al contacto con todo esto contraemos enfermedades, de las cuales algunas pueden ser letales o provocarnos dolores y gastos médicos innecesarios. Esto es fácil de evitar por el bien de todos. Al arrojar desperdicios a las calles violamos leyes y normas del medio ambiente. Podemos hoy crear conciencia sobre esto. Ojo, padres y madres, hay que enseñar primero con el ejemplo. ¿Cómo? Colocando bolsitas para basura en el vehículo, no lanzando basura a las calles (cajitas de chicles, sobrecitos y papelitos son basura también), limpiando el frente de la casa, colocando la basura en fundas plásticas y cerrándolas. Unidos lograremos una ciudad limpia y un sector agradable, lo cual resultará en una vida vigorosa. No dañemos lo que Dios nos ha regalado. Recuerda, limpieza es salud y salud es vida.