Ramón Oviedo y su magia artística

SANTO DOMINGO.- En su gigantesco taller de los 80, en mi primera visita, Ramón Oviedo se desplazaba diestro, ante mi mirada curiosa y sorprendida sobre los elementos de oficio que se arremolinaban en las mesas de trabajo: tubos de óleo, pinceles, brochas, espátula, plantillas, materiales y abalorios que posibilitaban su trabajo cotidiano y detrás del él en la pared, una expresión de Pablo Picasso rezaba: “Yo no busco, encuentro”, idea esencial de su trajinar como artista.Hoy en homenaje a su carrera dilatada y la celebración de su 85 aniversario, la Galería Arawak Arte Contemporáneo, y su promotor Antonio Ocaña, presentan en su local la muestra “Oviedo Universo Mágico”, en la que se presentan 15 piezas de espectacular curaduría, muchas de ellas jamás exhibidas, las que expresan el dominio del oficio de pintor del maestro y la magicidad que se desprenden de sus realizaciones, obras de madurez de un gran esteta plástico. Oviedo, pintor tardío, irrumpe en el parnaso nacional, después de una exitosa carrera de cartógrafo y dibujante publicitario, descollando de manera constante desde que mostró su trabajo en los espacios expositivos del país, luego de obtener destacados elogios de la crítica nacional e internacional y de recibir galardones y reconocimientos, su nombre ocupa hoy un lugar de principalía de lo mejor del arte nacional. En el aspecto técnico, Oviedo es un mago de la transparencia, las veladuras y el claroscuro cada obra es un campo experimental y asombrosamente estructurado con zonas matéricas, orgánicos, espacios donde fluyen las formas sobre un entramado de líneas y planos yuxtapuestos.