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LA GLÁNDULA TIROIDES

Una pequeña que causa grandes preocupaciones

Las principales enfermedades tiroideas son hipotiroidismo, hipertiroidismo, tiroiditis y los nódulos; los síntomas que presenta la persona varían dependiendo de la afección que tenga la persona

SANTO DOMINGO.- Los problemas de la tiroides se ensañan contra las mujeres. Por cada cinco féminas afectadas por alguna patología de esta pequeña glándula ubicada en el cuello, solo un hombre sufre de la tiroides. No existe consenso científico en torno a la razón de esta tendencia pero, por otro lado, se sabe que a pesar de sufrir menos enfermedades tiroideas los hombres que las padecen enfrentan casos de más cuidado. ¿Y por qué hablar de “enfermedades tiroideas”? Pues porque la glándula tiroides puede verse alterada de distintas formas aunque muchas personas, incluso los mismos aquejados, engloben todas las enfermedades bajo un único concepto: “sufrir de la tiroides”. Según el endocrinólogo Sócrates Mañón, del Centro Médico UCE, las principales enfermedades tiroideas son hipotiroidismo, hipertiroidismo, tiroiditis y los nódulos; los síntomas que presenta la persona varían dependiendo de la afección que tenga. Glándula tiroides, es conocida como “la pequeña entrometida” Cuando una persona produce cantidades muy superiores o inferiores al promedio normal de hormonas tiroideas, aparece el hipertiroidismo o el hipotiroidismo, dos de los principales males de esta glándula Tiene forma de mariposa. Está ubicada delante y a los lados de la tráquea y de la parte inferior de la laringe. Pasadas siete semanas de vida intrauterina ya se ha formado y cinco semanas más tarde está en capacidad de funcionar. Su peso apenas alcanza una onza, pero interviene en muchos procesos del organismo y, por lo mismo, su malfuncionamiento genera grandes preocupaciones. La glándula tiroides, importante pieza en el rompecabezas del sistema endocrino, es conocida entre los profesionales de la salud como “la pequeña metiche” o “pequeña entrometida”. Las hormonas que secreta inciden en el metabolismo, actúan sobre grasas, carbohidratos y proteínas; intervienen en el proceso de crecimiento, en el desarrollo del cerebro y en la reproducción. “Esta es una glandulita sumamente importante; tiene relación con todo”, afirma el endocrinólogo Sócrates Mañón, del Centro Médico UCE. El calificativo de “entrometida” le acomoda además por su ubicación. La laringe, el esófago, arterias y nervios son sus vecinos, y una alteración en el tamaño de la glándula puede producir “problemas de vecindad”. Ese tipo de alteraciones se reporta con frecuencia en países con marcados cambios estacionales. Al llegar la primavera, aparecen las tiroiditis agudas o inflamaciones de la glándula tiroides, caracterizadas por dolor fuerte, dificultad para tragar y para mover el cuello, fiebre y malestar general parecido al de la gripe. De hecho, muchos confunden la tiroiditis aguda con gripe, y no buscan ayuda profesional. Esta condición, que resulta de un proceso inmunológico, podría mejorar espontáneamente, pero pasado el tiempo, reaparecería dando lugar a un cuadro crónico o a un caso de hipotiroidismo. Mañón cita otras formas de tiroiditis: la sub aguda, que viene acompañada de dolor leve, y la purulenta, un absceso producido por bacterias “extremadamente raro en este momento de la historia médica”. En ninguno de los casos anteriores hay formas de prevención. No las hay tampoco para las complicaciones tiroideas más preocupantes, como el hipotiroidismo, hipertiroidismo y nódulos. Más o menos hormonasEn condiciones normales, el organismo humano fabrica un promedio de 25 microgramos de hormonas tiroideas al día. Así lo informa el endocrinólogo Sócrates Mañón. ¿Qué pasa cuando una persona produce cantidades muy superiores o inferiores al promedio normal? Aparece el hipertiroidismo (sobreproducción de hormonas tiroideas) o el hipotiroidismo (producción deficiente). La lista de síntomas asociados al hipertiroidismo es larga: palpitaciones sin razón, insomnio, tendencia a adelgazar a pesar de conservar buen apetito, sudoración excesiva de manos, pies y axilas, temblor casi imperceptible en las manos, aumento de presión arterial, diarreas o evacuaciones flojas y alteraciones del crecimiento en los niños. El crecimiento de los menores, señala Mañón, puede acelerarse o frenarse. “Si el niño tiene una buena alimentación, el metabolismo exagerado, usa eso para ayudarlo a crecer; si no está bien nutrido, la sobreexcitación se consume en otras necesidades y no para crecer”, explica el galeno. Cuando la tiroides secreta hormonas insuficientes (hipotiroidismo) aparecen las siguientes señales: caida del cabello y de las cejas, palidez de la piel, irregularidad menstrual en las jóvenes (disminuye el sangrado y aumenta el período o aumenta el espacio entre una menstruación y otra), dificultad para embarazarse, abortos, estreñimiento frecuente, sensibilidad al frío, cansancio matinal, a pesar de haber dormido toda la noche, uñas frágiles, calambres nocturnos en las piernas y tendencia a aumentar de peso o dificultad para rebajar. El hipotiroidismo en los niños causa cretinismo. Una sencilla prueba de sangre al momento de nacer, permite un diagnóstico temprano y el inicio de la terapia sustitutiva de hormonas para prevenir trastornos del desarrollo. A pesar de sus manifestaciones tan distintas, la génesis detrás de estas dos patologías parece ser la misma. “Tanto en el hipotiroidismo como en el hipertiroidismo se plantea ahora mismo una causa inmunológica”, afirma Mañón. “Los pacientes que tienen hipertiroidismo tienen anticuerpos tiroideos elevados y los pacientes con hipotiroidismo también. CON UN NUDO EN LA GARGANTAAl hablar de las enfermedades tiroideas más comunes, no se debe dejar de mencionar los nódulos. Detrás de ellos podría esconderse una amenaza mayor. Los nódulos, que aparecen en cualquier etapa de la vida, pero especialmente en la reproductiva, “son un motivo de investigación y debate mundial porque frecuentemente son asiento de cáncer”, comenta Mañón. Los hay de dos tipos: “fríos” y “calientes”. Los primeros tienden a ser cancerosos, y a presentarse en mujeres jóvenes -de nuevo no hay razón aparente- por ello, conviene hacer un diagnóstico temprano. Los quistes malignos conducen a la extirpación quirúrgica de la glándula y, para evitar manifestaciones de hipotiroidismo, a un tratamiento sustitutivo de hormonas tiroideas. TRATAMIENTOSA los pacientes con hipotiroidismo o a los que se les ha extirpado la glándula, se les prescriben hormonas tiroideas sintéticas. En personas afectadas de hipertiroidismo, por el contrario, el médico usará fármacos para bloquear la hiperactividad glandular. Dicho en apenas dos oraciones suena sencillo, pero no lo es. Sócrates Mañón explica que en la práctica los pacientes con hipertiroidismo, sometidos a tratamientos, tienden a hacer hipotiroidismo como respuesta. “Para manejar los problemas de tiroides, además de sapiencia y de conocer la estructura y funcionamiento de la glándula, hay que tener casi un arte. Las dosis hay que adecuarlas al paciente”.

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