BENEFICIOS
Del barrio a la universidad
UNOS 155 JÓVENES DE 49 SECTORES HAN RECIBIDO BECAS PARA HACER SUS CARRERAS
SANTO DOMINGO.- Como cualquier otro estudiante, Neyi Yeraldine Joaquín habría querido iniciar las gestiones para ingresar a la universidad desde el mismo momento en que sumó a sus logros de adolescente el título de bachiller.
Pero la joven de 17 años, procedente de Los Girasoles, debió esperar un poco antes de pisar el umbral de un aula universitaria. Si bien trabajaba medio tiempo ya desde el bachillerato y tenía en la mira la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), menos costosa que un centro de estudios privado, los trámites que debía realizar para sumarse a las más de 100 mil almas de la Primada de América no sólo le consumirían tiempo, sino también recursos que en ese momento no poseía. El panorama no le resultaba motivador.
La chispa volvió a encenderse un día en medio de su jornada. Un vocero comunitario del programa “Barrio seguro”, de su sector, le informó a ella y sus compañeras digitadoras que, residir en Los Girasoles, en las inmediaciones de la autopista Duarte, podía ser para ellas una ventaja y no un talón de Aquiles. Las secretarías de Interior y Policía y de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Seescyt) estaban otorgando becas para estudios universitarios a los jóvenes de los sectores integrados al Plan de Seguridad Democrática.
Las demás desconfiaron de la seriedad de la iniciativa, pero Neyi fue detrás de su sueño universitario y hoy, en las aulas de la UASD, empieza a forjarse un futuro como ingeniera industrial.
Por estudiar en la universidad estatal, la joven recibe de la Seescyt tres mil pesos mensuales y de Interior y Policía, un seguro médico, todos los libros de su carrera y una ración alimenticia mensual para ella y su familia. De haber optado por una universidad privada, la beca otorgada por la Seescyt habría sido el pago de la matrícula hasta un máximo anual de 30 mil pesos.
Según Carolina García Buttén, del programa “Becas para mi barrio”, de Interior y Policía, del 2005 a la fecha 155 jóvenes de los sectores integrados al Plan de Seguridad Democrática han sido beneficiados con las becas: 118 de Santo Domingo y el resto de Santiago. “Barrio seguro” está presente en 49 sectores y contempla 20 becas por cada uno, es decir que el número de favorecidos es bajo.
“Ha sido difícil convencerlos porque la gente no cree en programas del Estado”, dice García Buttén.
Requisitos
Según Carolina García Buttén, del programa “Becas para mi barrio”, de Interior y Policía, del 2005 a la fecha 155 jóvenes de los sectores integrados al Plan de Seguridad Democrática han sido beneficiados con las becas: 118 de Santo Domingo y el resto de Santiago. “Barrio seguro” está presente en 49 sectores y contempla 20 becas por cada uno, es decir que el número de favorecidos es bajo. “Ha sido difícil convencerlos porque la gente no cree en programas del Estado”, dice García Buttén.
Becas que benefician a la juventud de los barrios
A sus 22 años, Ramón Eduardo Rodríguez es considerado entre los suyos como “la esperanza de la familia”.
Cuando concluya el proceso de matriculación para estudiar Sistemas en la Universidad Tecnológica de Santiago (Utesa), el muchacho, procedente de La Otra Banda, Santiago, se convertirá en el primero de cinco hermanos que da tan importante paso.
Ramón Eduardo tiene doble mérito. Como sus hermanos, trabajó “desde siempre” para ayudar a su progenitora, que fue madre y padre para él, y no comenzó a estudiar sino hasta que contaba con 10 años.
Con un índice de 89 puntos, obtuvo el visto bueno del programa “Becas para mi barrio”, del cual se enteró al concluir la escuela, en el 2006, a través de uno de los voceros del proyecto en La Otra Banda.
“Gracias a Dios y a la ayuda que me están brindando, voy a tener una base económica más favorable”, dice el joven que espera alcanzar “muchos logros” en la vida.
“Las dificultades que he tenido en los estudios me han motivado a darles valor y echar para adelante”, cuenta. Ramón Eduardo no piensa dormirse en sus laureles. Contar con una ayuda extra para hacerse profesional sólo servirá para que ponga más empeño, pues “el pobre lo que quiere es agilizar para terminar y buscar un trabajo que aumente sus ingresos”.
El programa “Becas para mi barrio” abre sus brazos tanto a hombres como a mujeres, sin embargo, se interesa más en captar varones.
Carolina García Buttén, de la Secretaría de Interior y Policía, explica que su interés se centra en los hombres porque “son los que más están delinquiendo” y el objetivo último del programa desde su nacimiento es prevenir la delincuencia.
Una necesidad
Miguel Vargas se cuenta entre los primeros que aplicaron a “Becas para mi barrio”, en el 2005. El estudiante de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) tenía planes de trabajar duro para costear su formación profesional.
Su realidad actual difiere un poco de la que imaginó. Trabaja, sí, pero sólo medio tiempo, pues aunque recibe tres mil pesos mensuales, los libros de su carrera y una compra para él, sus padres y sus dos hermanos, siente la obligación de ayudar a lu familia. No es el único. Lo mismo pasa con Neyi Yeraldine Joaquín. Si bien se hizo bachiller en contabilidad y conoce el arte de estirar el peso, debe contribuir con el sostenimiento del hogar, por eso trabaja en la mañana y estudia en la tarde.
“Uno tiene que pasar lucha porque luego uno no valora la vida”, comenta Neyi, una de las solicitantes con índice de 90 puntos.
De todos modos, la beca aligera un poco la carga. Desde sus días en el politécnico donde aprendió electrónica, Miguel, de 20 años, sabe que la concentración se vuelve esquiva cuando hay urgencias primarias que resolver.
“Yo apliqué porque de verdad necesitaba la beca”, dice Miguel, quien desde Los Guandules llegó con su índice de 90 puntos a hacerse un hueco en la universidad.
Otra que ha dado lo mejor de sí y ha sabido sacar a este programa mucho provecho es Indira Encarnación. La joven de 19 años no sólo recibe los beneficios de la beca que le ha permitido continuar con sus estudios de Administración de Empresas en la UASD, sino que aporta un granito de arena impartiendo charlas sobre de “Becas para mi barrio” en diferentes sectores.
“Eso me ayuda, porque voy conociendo personas y pierdo la timidez”, dice la chica que García Buttén define como “muy despierta”.
Indira viene de San José de Ocoa, pero vive en San Carlos y ya había hecho el primer semestre de su carrera cuando ganó la beca, de la cual se enteró por una tía.
“A partir de ahora espero que todo va a ir mejor”, expresa la ocoeña. Carolina García Buttén, del programa “Becas para mi barrio”, de Interior y Policía, informa que los jóvenes deben dar cuenta de su rendimiento escolar una vez ingresan a las aulas universitarias.
Pero, según ella, para recibir la beca se eliminó el requisito de un índice igual o superior a 80 puntos, establecido por la SEESCYT para acceder a la subvención de estudios superiores.
“Se eliminó en el entendido de que estos muchachos están estudiando en condiciones desfavorables”, explica García Buttén.
Bachilleres dominicanos que residan en alguno de los 49 sectores intervenidos por “Barrio seguro” pueden recibir una beca para ingresar a la universidad o al Instituto Tecnológico de Las Américas (ITLA). Una vez los voceros del programa den fe de que residen en un “Barrio seguro”, los interesados deben depositar ante la SEESCYT: certificado de bachiller, récord de notas, acta de nacimiento, copia de la cédula y pensum de la carrera que desean estudiar.