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Histerectomías más seguras
La histerectomía láser por laparoscopia es un proceso de tipo ambulatorio. La paciente puede volver a su casa el mismo día de la operación y retornar a sus labores cotidianas apenas una semana después.
Las aplicaciones del láser en la ciencia médica son cada vez más amplias. Éste permite hacer incisiones, vaporización de tejido y coagulación, con sangrado y dolor mínimos y con alta precisión. Médicos y pacientes han entendido sus ventajas, su seguridad y versatilidad y se han inclinado por su aplicación en distintos tipos de cirugía.
Una de las áreas donde ha llegado el láser para quedarse es la ginecología, rama dentro de la cual se emplea para diferentes propósitos. Entre los más novedosos, en el país se encuentra la histerectomía con láser, es decir, la extirpación total o parcial del útero.
Según el ginecólogo-obstetra Sidney Soto, la práctica de la histerectomía obedece a distintas razones. Se indica en mujeres con fibromas, lesiones precancerosas o con sangrado vaginal crónico.
La histerectomía total encabeza la lista de las más realizadas en el país y, tradicionalmente, se lleva a cabo mediante una incisión abdominal (laparotomía) o con cauterio, a través de laparoscopia.
Ambas modalidades de cirugía -por laparotomía o laparoscopia- pueden ejecutarse también con el láser, añadiendo las ventajas de este potente haz de luz, o sea, menos sangrado, menos dolor y mayor seguridad.
La histerectomía láser por laparoscopia es un proceso de tipo ambulatorio. Soto explica que, cuando se opta por ésta modalidad, la paciente puede volver a su casa el mismo día de la operación y retornar a sus labores cotidianas apenas una semana después, dos aspectos muy importantes para la activa mujer de hoy.
El láser introduce avances en las cirugías ginecológicas
La histerectomía láser por laparoscopia es un proceso ambulatorio que no requiere el internamiento de la paciente. Pero por encima de la ventaja de la rapidez, el ginecólogo-obstetra Sydney Soto coloca la seguridad.
En la histerectomía laparoscópica con cauterio, la corriente que este instrumento produce puede producir quemaduras a distancia en otros órganos. Entretanto, el láser es un instrumento de alta precisión, de manera que la posibilidad de una perforación accidental resulta casi imposible.
Además, “el dolor postquirúrgico se ha reducido casi un 70 por ciento menos que en la cirugía convencional”, asegura el médico.
En el procedimiento con láser la mujer sangra prácticamente menos que en una menstruación y esto resulta especialmente conveniente para aquellas que entran a sala de cirugía con problemas de anemia.
La operación
La pequeña cámara que permite al médico guiarse a través de una pantalla, así como la fibra del láser y el resto del intrumental de la operación se introducen por tres pequeños agujeros en el abdomen, que es inflado con un gas no inflamable, como el CO2, para facilitar todo el proceso. Con el láser se separa el útero de las zonas a las que está fijo y, una vez se completa esta parte del proceso, se extrae por vía vaginal.
La mujer sometida a este tipo de histerectomía, que puede costar alrededor de dos mil dólares, debe pasar previamente por un examen cardiovascular, verificar si padece anemia y debe tener un diagnóstico exacto para saber qué tipo de histerectomía se habrá de realizar.
Y es que la histerectomía laparoscópica con láser también adolece de limitaciones. No toda paciente califica para este tipo de procedimiento.
¿Cuándo debe evitarse? Soto cita los casos de mujeres con un útero de diámetro mayor a los 13 centímetros, pues ese es el diámetro del anillo pélvico y una matriz mayor sería difícil de extraer.
“Si se sospecha que hay un síndrome adherencial masivo no es aconsejable”, advierte el gineco-obstetra.
Las adherencias son puentes anormales de tejido que se establecen entre uno órgano y otro. Cuando éstas se presentan en gran cantidad dificultan la cirugía por laparoscopia.
En ese caso debe recurrirse a la técnica tradicional de abrir el abdomen (laparotomía) para extraer el útero, operación que también puede realizarse con la ayuda del láser. Ya no se trataría de un proceso ambulatorio, pero el sangrado y el dolor seguirían siendo menores, y la cicatrización más rápida y menos molestosa.
“Pero hay que aclararle a la paciente que por más que uno se esmere, hay pacientes que hacen queloides, es decir, una cicatrización fea”, recuerda Soto.