La alimentación que sugieren especialistas dominicanas para enfrentar ola de calor
Los envejecientes, niños y personas con enfermedades crónicas son los más vulnerables a sufrir golpes de calor, aunque nadie está exento, en un verano que recién inicia con temperaturas altamente peligrosas.
Dos expertas en gastronomía y nutrición advirtieron ayer que la alimentación es un factor relevante para poder enfrentar la ola de calor que trae este verano, que en algunos casos puede tornarse catastrófica.
Los envejecientes, niños y personas con enfermedades crónicas son los más vulnerables a sufrir golpes de calor, aunque nadie está exento, en un verano que recién inicia con temperaturas altamente peligrosas.
LISTÍN DIARIO consultó a la gastroenteróloga experta en nutrición pediátrica, Airam Thomas, y a la nutrióloga clínica Ilonka Inoa, quienes explicaron que una alimentación e hidratación adecuada ayudan a tener una buena salud durante la ola de calor.
Si bien en el país, junto con los reportes meteorológicos que adviertes lluvias con posibles inundaciones, granizadas y altas temperaturas, las autoridades los acompañan con recomendaciones ante la ola de calor, como no exponerse a los rayos solares en horas picos, usar ropa ligera y mantenerse hidratados, la alimentación e hidratación son claves ante el peligro que representa eso para el cuerpo humano.
Y es, precisamente, la hidratación, una de las claves para evitar la mortalidad por golpes de calor, sin importar la edad de la personas, aunque esta debe ser de forma adecuada.
“Se debe escuchar al cuerpo y, durante los días de más calor, es recomendable apostar por recetas ligeras y evitar comidas muy abundantes, las bebidas alcohólicas o muy azucaradas, las grasas y los hidratos de carbono” indicó la doctora Inoa.
Más allá de cansancio y desánimo, en verano el organismo necesita menos calorías, por lo que la especialista aconseja alimentos que favorezcan la digestión y el funcionamiento adecuado.
“Es recomendable evitar las grasas y los hidratos de carbono que nos hacen sentir pesados y, por consiguiente, provocan que percibamos las temperaturas altas con mayor intensidad”, precisó.
Además de beber agua, lo ideal para hidratar el cuerpo es consumir frutas, verduras y hortalizas. Entre estas valora las frutas de verano, como el melón, la sandía, las fresas, lechosa, kiwi, el níspero y cereza, y apuesta por verduras de temperada como la berenjena, el calabacín, el tomate, la lechuga o el pepino.
Helados sí, pero caseros
Los helados son uno de los aliados más deliciosos del verano y no se tiene que renunciar a ellos, pero se sugiere hacerlos en casa y evitar los azúcares añadidos, enemigos principales de cualquier dieta. Los helados pueden ser con guineos, frutos rojos, batida con yogur o queso 0%.
Confusión con la sed
Antes de ingerir un refresco, la doctora Inoa favorece tomar un vaso de agua y para merendar no abusar de los snack salados, pues suelen provocar más sed.
“Al escoger hidratarte, escoger bien. Cuidado con los jugos naturales, aun sin azúcar. Si son personas mayores, o con dificultad de tragar, no abusar de tantos líquidos, porque pueden evitar la ingesta de comidas más nutritivas. Si está mal nutrido se puede confundir cansancio con desnutrición”, indicó.
Para los que no gustan de tomar agua, dice que se le puede agregar frutas, limón, menta, chía, pepino y otras para darle algo de sabor extra, pero desaconseja usar envasados.
Bebés y niños
Los bebés y los niños pequeños no pueden expresar lo que sienten, pero la gastroenteróloga pediatra Airam Thomas dice que estos dan señales como llanto prolongado, orinar poco, resequedad en la boca y palpitaciones en la parte blanda de la cabeza (la fontanela).
Dijo que a los bebés hay que mantenerlos hidratados, y los más pequeñitos lactancia materna inclusiva, “porque el 80 % es agua y electrolito” y la madre debe mantenerse hidratada.
“Y ya en los más grandecitos, agua y alimentos que contengan agua de manera natural, en el caso de muchas frutas que son hidratantes, por ejemplo la sandía es muy buena, por su gran porcentaje de agua; alimentos naturales y lo más frescos posible, frutas como la fresa, la naranja, evitar los ultra procesados”, explicó la especialista.
Otra cosa es mantenerlos en áreas ventiladas y con ropas adecuadas, y ante cualquier signo de alarma acudir a su pediatra.