Con dos trasplantes de riñón y vencer cáncer, Alcaris orienta a enfermos renales a no perder la fe
En 23 años Alcaris González ha sido sometido a dos trasplantes de riñón y tres cirugías, una de corazón, de pulmones y de cáncer de estómago, pero el deseo de vivir resplandece en él.
En septiembre del año 2000, Alcaris González estaba viviendo un sueño, graduado de administración de empresas, trabajando en el exclusivo complejo turístico de Casa de Campo y jugando tenis, su deporte favorito.
En 23 años ha sido sometido a dos trasplantes de riñón y tres cirugías, una de corazón, de pulmones y de cáncer de estómago, pero el deseo de vivir resplandece en él.
Su historia la comparte con LISTÍN DIARIO, a propósito de que el pasado sábado fue el Día Mundial de la Donación de Órganos, Tejidos y Trasplantes, como un estímulo para que los enfermos renales luchen por sobrevivir y que en República Dominicana haya una mayor sensibilidad, de que donar es dar vida a quienes están “sentados en el pabellón de la muerte” o en la “silla eléctrica”, como llama a la máquina de hemodiálisis.
Con solo 24 años de edad, un fuerte dolor de cabeza lo mandó al hospital donde las pruebas determinaron que tenía hipertensión arterial y sus riñones no funcionaban.
Alcaris fue referido de urgencia a diálisis, proceso en que solo duró tres meses porque uno de sus hermanos le donó el riñón y fue trasplantado con éxito.
Clientes, jefes y otras personalidades aportaron recursos económicos para la salud de este guerrero. Pasaron 14 años y el riñón dejó de funcionar, pues el funcionamiento estimado de ese órgano trasplantado es de 10 años, aunque puede ser superior.
La peor noticia
“Yo estaba en Canadá trabajando en una empresa de tecnología y fui a un chequeo de rutina porque la presión la tenía alta y el médico primario me refirió a un hospital en Toronto, allí me dijeron que estaba muy deteriorado el riñón. Fue la peor noticia del mundo”, recuerda.
Como Alcaris es de acción rápita, retornó a República Dominicana casi de inmediato a gestionar otro trasplante. Su madre no podía donarle por cuestiones de salud. Colgó un texto en las redes sociales con el clamor de que necesitaba un riñón para seguir viviendo.
Analuz Severino, esposa de un pariente, se ofreció como donante, y cuando creyó que sería tan fácil como la primera vez, llegó la pesadilla a su vida, pues no fue hasta siete años después que pudo ser trasplantado. Ambos donantes están bien de salud.
En este período llegan las diálisis de nuevo a la vida de Alcaris, quien tenía muchos anticuerpos, por lo que no podría someterse a la cirugía.
“Mucho dolor, hinchazón, puyas”, era parte del día a día de este “guerrero”, quien en 2018 fue sometido a un proceso porque tenía líquido en el corazón.
Su despertar adolorido, nunca fue para rendirse. “Nunca me di por vencido, siempre he buscado la forma de seguir viviendo. Toda la forma posible. Pensé que tenía que seguir adelante, siempre estaba con una determinación increíble de salir de eso”.
En 2019 fue sometido a toracotomía de pulmones para extraerle líquidos y duró un tiempo con un tubo conectado.
Aunque en su proceso sabía que muchos de sus compañeros de diálisis habían fallecido y que cada día presentaba más complicaciones de salud, su habilidad de relacionarse con personas y buscar recursos económicos e informaciones era una constante.
Sus enfermedades las enfrentó entre Higüey, su pueblo natal, y Santo Domingo, pues en ambas localidades era sometido a diálisis y pruebas, aunque los dos trasplantes fueron en la Plaza de la Salud.
Un cáncer viene a empeorarlo todo
En febrero de 2021, cuando sentía que “estaba ready” para ser trasplantado, le dicen que tenía cáncer de estómago y “se me fueron las esperanzas, comencé a llorar”.
El diagnostico no fue muy halagüeño, pues por sus complicaciones no parecía viable someterlo a una cirugía de estómago de inmediato.
Aquí comienza a tocar puertas, a solicitar ayuda a políticos, amigos y exjefes para unas quimioterapias que costaban unos 200 mil pesos mensuales. Su familia no tenía recursos.
Entre quimioterapias, diálisis y dolor investigaba en otros países donde pudiera ir a buscar otras opiniones, pero que le garantizaran la diálisis tres veces por semana, porque esa era una limitante para viajar.
“Tengo ángeles que me guían”
Confiado en Dios y en que “tengo ángeles que me guían”, la empleada de un lugar donde llamó le refirió a una persona y esta al Mount Sinai Medical Center de Miami, Florida, donde fue operado el 12 de septiembre del 2021. Al conocer sus condiciones económicas el costo fue razonable y pudo honrar el pago con el dinero colectado y un acuerdo de pago.
Aquí la prioridad era superar el cáncer, que tanto dolor le ocasionaba, incluso después de la cirugía no podía ni ponerse la ropa. Lo del segundo trasplante no era prioridad en ese entonces.
Pero seis meses después su oncólogo le da el visto bueno para el trasplante renal. Al retornar al país tuvo que hacerse cuatro biopsias para los médicos confirmar que no habría complicaciones.
El 5 de septiembre se somete al segundo trasplante del riñón que le donó Analuz Severino, una joven de escasos recursos y de buen corazón, que hoy le da vida a este hombre que ya tiene 47 años y un hijo de 23.
Se casó recientemente
Alcaris contrajo matrimonio hace unos meses. “Me siento súper bien, feliz de la vida”, dice emocionado. Está chequeando sus pulmones para ver si puede volver a jugar tenis y su anhelo es servir de ejemplo para los otros. “La idea mía es motivar. Después que me operé iba al centro de diálisis para impulsarlos a buscar la forma de un trasplante. Es una enfermedad nada fácil, es difícil salir en este país de diálisis, pero la única salvación de esta enfermedad es el trasplante. Todo el que está en diálisis está como en la silla eléctrica, sentenciado a la muerte”, añadió.
cifras
El riñón es el órgano más trasplantado en República Dominicana, para un total de 1,322 en 50 años, según el Instituto Nacional de Coordinación de Trasplante (Incort). En tanto 343 pacientes están en lista de espera para ser trasplantados, y la entidad recomienda que los parientes sean la primera opción para donar.