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Familia debe ser primera opción en donar órganos
Segura tiene la “suerte” de que en su entorno familiar ha encontrado más de uno con la intensión de cederle un riñón, aunque solo uno compatible.
Miguel Segura es un ingeniero y político, de 62 años, y tiene todo listo para ser trasplantado de un riñón que le donará su sobrino.
Esa es su esperanza para decirle adiós a la máquina de diálisis, a la que recurre tres veces por semanas desde hace tres años y cinco meses.
Tiene insuficiencia hepática crónica que le fue detectada cuando ya sus riñones estaban colapsados, por la diabetes padecida desde hacía 5 años; pero no lo sabía, porque no sentía dolor previamente.
“Lo único que ocasiona dolor en el riñón es una piedra bajando por el uréter, pero después, las enfermedades que inflaman y que producen una reacción inflamatoria en el riñón no dan dolor. Hay personas que se vienen a dar cuenta tarde, cuando se ha perdido más del 50% de la función renal”, afirma la doctora Ana Carolina de la Cruz, coordinadora general de trasplantes del Hospital Plaza de la Salud.
Según la Organización Mundial de la Salud (OPS), “el trasplante de riñón constituye una opción terapéutica mucho más ventajosa que la diálisis en cuanto a la supervivencia, la calidad de vida y la costoeficacia. En el caso de insuficiencia hepática crónica o aguda, así como en algunas afecciones cardiorrespiratorias, la única alternativa al trasplante es la muerte”.
Segura tiene la “suerte” de que en su entorno familiar ha encontrado más de uno con la intensión de cederle un riñón, aunque solo uno compatible, y no estar en una lista esperando a una persona de buena voluntad o el trasplante cadavérico. Está confiado en que todo saldrá bien porque tiene todos sus exámenes y vacunas requeridas para la intervención, igual que su sobrino.
Para este procedimiento, su expediente requirió la aprobación del Comité Nacional de Trasplante, entidad que volverá a conocer su caso porque los documentos estaban incompletos.
La especialista De la Cruz destaca la importancia de crear conciencia sobre la donación de órganos y dice que primero debe considerarse la donación en el entorno familiar y que el cadavérico es ideal para el que no tenga un pariente compatible.
"Lo único que ocasiona dolor en el riñón es una piedra bajando por el uréter, pero después, las enfermedades que inflaman y que producen una reacción inflamatoria en el riñón no dan dolor".
El trasplante de riñón está cubierto por las ARS desde su preparación, cirugía y post cirugía, tanto el tratamiento para el donante como el trasplantado, con una obertura de 3.5 millones de pesos. Es el único trasplante que tiene cobertura en el país, con un solo copago.
Los que mueren en la calle
Las personas que mueren en accidentes de tránsito en el lugar del hecho, estos órganos no califican para ser trasplantado a otro cuerpo, porque así lo establecen los protocolos.
La especialista en nefrología y trasplante dice que el donante vivo debe ser una persona sana, no puede ser pre diabético, ni tener obesidad, hipertensión o que haya nacido con un solo riñón. Mientras que el cadavérico, “cualquiera puede ser donante, siempre que los órganos estén en condiciones y se haya diagnosticado muerte encefálica para ser donante cadavérico, tiene una regulación por el Incort y consentimiento informado de los familiares”.
Después que una persona fallece por un trauma cardioencefálico y se le diagnostica muerte encefálica, esos órganos se pierden, pudiendo salvar a otras personas que están esperando en una máquina de diálisis o que están a punto de morirse por falta de un hígado o un páncreas para dejar de ser diabético.
Estos conlleva una serie de análisis y pruebas en ambos casos. El riñón trasplantado dura hasta 15 años o más.
“Desde que el paciente se trasplanta de rinón, empieza a producir diuresis, orina y no vuelve a diálisis. Si está bien y tomando sus medicamentos, el paciente tendrá una mejor calidad de vida y volverá a restaurarse a su trabajo”, explica De la Cruz.
Los riñones pueden duran entre 12 y 15 años, si son bien llevados, y hay pacientes aquí que tienen 25 años de trasplantados y va bien, pero el promedio de lo que dura el órgano es entre 12 y 15 años. Puso el ejemplo de un paciente que fue trasplantado a los 15 años y ya tiene un segundo trasplante, ambos de familiares y lleva una vida normal.
Salvar vida
Complicaciones.
En cuanto a las complicaciones dentro del trasplante en general, son las infecciones. “Como bajamos la inmunidad, el paciente tiene riesgo de infecciones y eso está establecido dentro del protocolo y de los consentimientos”. Citó el caso de Covid que afectó a muchos trasplantados.
Falta conciencia.
La especialista en trasplante llama a dejar los tabúes y hablar del tema de la donación en los grupos de familias, dejándole saber la intención de que si fallecen puedan donar sus órganos.
“Es un tema de educación, de hablarlo, de comentarlo en la familia, en las reuniones familiares decir, si un día me pasa algo me gustaría que fuéramos donantes, porque así va a salvar vida”, dice De la Cruz.