Sector Salud

“Donde hay gente consumiendo heroína, hay un mercado de fentanilo”

Director Nacional de Opioides y Soluciones Ilegales de Drogas para el Instituto SAS, aconsejó hacer campañas preventivas

Juan Colón, director de Opioides y Drogas.Listin Diario

De agosto 2021 a agosto del 2022, las muertes por abuso de drogas en Estados Unidos se contabilizaron en 107,644, siendo más de las tres cuartas partes de los fallecimientos por sobredosis, provocadas por opiáceos u opioides. Esto es más de 1,000 muertes por semana.

Esto lo reveló el dominicano Juan Colón, quien es Director Nacional de Opioides y Soluciones Ilegales de Drogas para el Instituto SAS (En inglés, SAS: Analytics, Artificial Intelligence and Data Management), en Estados Unidos, en conversación con LISTÍN DIARIO. El fentanilo estuvo al frente de las muertes por su “alto grado de propensión a la adicción”.

“La persona que lo prueba puede volverse adicto desde la primera vez”, explicó el también mayor retirado de la Policía Estatal de Nueva Jersey, indicando que además la droga sintética es fácil de conseguir.

Colón reveló que el fentanilo ha reemplazado la heroína, otro de los opioides con los que batalla el país norteamericano. “Aquí (Estados Unidos) en el 2014, el 2% de la heroína, tenía fentanilo y hoy en día, el 98% de la droga que luce como heroína, es fentanilo”, declaró.

Señaló que donde hay un mercado o gente que está consumiendo la heroína, hay un mercado de fentanilo.

El fentanilo le da mucho más dinero a los vendedores, por ejemplo, un kilo de fentanilo puede costar 65,000 dólares, pero ese mismo kilo de fentanilo es igual a 20 kilos de heroína”, indicó, al tiempo de precisar que “la heroína toma meses para ser producida, cuando el fentanilo se puede producir en 35 minutos”.

Cómo llegó a Estados Unidos

La historia de cómo el fentanilo llegó a Estados Unidos, de acuerdo con Colón, es médica y económica. Fue en los años ochenta cuando se reportaron las primeras sobredosis en el estado occidental de California, y más tarde, por el 1,990 en Chicago y Nueva York. Durante esos años faltaban las pruebas para identificar el fentanilo en los laboratorios.

Anterior a las sobredosis, algunas farmacéuticas, en los noventa, adquirieron la Oxicodona (En inglés, Oxycontin), un calmante que iba a quitar el dolor. “En los noventa, los doctores estaban recetando píldoras que eran calmantes. La gente comenzó a usarlas y a abusar de ellas”, narró Colón.

Ese grupo se hizo adicto y se lanzó a las calles debido a que “cuando no podían conseguirla, usaban la heroína, que les daba efectos similares y era barata”, contó.

De ese momento hasta la actualidad, los opiáceos se han convertido en una epidemia. “Ingresó médicamente, algo para los doctores utilizarlo, pero que salió a la calle y las personas encontraron la forma de cómo producirlo clandestinamente”, refirió Colón.

Consecuencias catastróficas

Pérdidas de vida, crímenes violentos, robos, gastos en servicios públicos para tratamientos, más niños y jóvenes drogadictos, huérfanos con padres adictos, accidentes de tráfico fueron algunas de las consecuencias que enumeró Colón pueden enfrentar las autoridades si no paralizan el tráfico de fentanilo a tiempo.

Esto es en parte lo que ha pasado en el país norteamericano.

“El impacto puede ser bastante grave, también en la prosperidad económica y el gobierno, por eso la importancia de estar muy informado, de qué es lo que está pasando en la salud y seguridad de los ciudadanos”, afirmó.

Acotó que Estados Unidos ha tenido un impacto económico “tremendo”, destinando billones de dólares para reducir el impacto que ha hecho la droga en sus ciudades y que todavía, a la fecha, siguen muriendo personas por el consumo de la droga.

No obstante, explicó que se han tomado medidas en base a todos los datos que se están recolectando y analizando permanentemente sobre la droga. También produciendo las políticas, los programas y todos los entrenamientos de personal, partiendo del previo entendimiento que tienen de los opioides.

Indicó que una de las medidas que ha tomado Estados Unidos y que pueden servir para frenar la propagación del uso del fentanilo es concerniente a las campañas de prevención.

“Le recomiendo a cualquier país que lo haga: Crear campañas de aviso y prevención, para crear la conciencia en todos niveles… gobierno, la empresas, la población en general. También educando a los maestros y los padres sobre los signos del uso de opioides para que vean si los estudiantes están utilizando opioides y sobre el peligro que representa su uso”, exhortó.

Fentanilo debe estar en la mira

Aunque Colón precisó que no ha realizado un análisis de la capacidad de control que tiene el país de opiáceos, con su experiencia como asesor de políticas de drogas en la Oficina del Procurador General de Nueva Jersey, mostró hacía donde se deben encaminar los trabajos.

“Estamos hablando de la tecnología para detectar la drogas, también necesitan la librería de los fentanilos, hay como 2,600 variedades del fentanilo, que se puede manipular su estructura molecular, se puede cambiar los carbones y cada cambio que se le hace se tiene que detectar, se necesitan el material de referencia para probar que lo que se encontró en la sangre o en la calle, una droga, es un fentanilo, no sé si tienen eso todo ya listo”, dijo.

También señaló la importancia del intercambio de información entre las entidades correspondientes como la Dirección Nacional de Control de Drogas, el Ministerio de Salud Pública y la Policía Nacional, para así armar la data.

“Donde hay gente consumiendo heroína, hay un mercado de fentanilo”


El intercambio de información entre los médicos forenses y el forense criminal, que haya un intercambio de información entre ellos, para saber si lo que está matando a las personas es lo que se está encontrando en la droga… La data viene de todo eso sitios para tener el entendimiento de todo. Se analiza esa data, entonces se hacen los reportes y se crean las políticas”, compartió.

Aseguró que para que sea efectivo, es necesario un trabajo en conjunto.