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Teleférico de Santiago ¿es o no inclusivo?

Como punto a mejorar esta la indicación de las paradas, que en transportes como el metro hay señales visuales y sonaras que te indican a que estación haz llegado.

La protagonista de esta historia realizó el recorrido en el nuevo transporte para constatar acciones a favor de las personas con discapacidad.

Me dispuse a saber qué tan accesible es el recién inaugurado Teleférico de Santiago para personas con discapacidad, cabe precisar que tengo discapacidad visual, para ello me dirigí a la primera estación, ubicada entre las avenidas Antonio Guzmán y Hermanas Mirabal.

Al llegar me encontré con un panorama solitario, puesto que no hay una guía que te pueda orientar para poder ingresar al lugar, tampoco hay señaléticas que te indiquen cuál es la ruta desde la entrada, comprar los boletos, hasta abordar. Esta situación se repite en las demás estaciones.

De igual modo, no hay rampa de acceso para personas con discapacidad físico motora, aunque si pude ver un pequeño desnivel que se supone es para el acceso de sillas de rueda.

Al entrar a la estación fui asistida por parte del personal de seguridad que me acompañó a comprar las entradas, debo puntualizar que los boletos sólo se pueden comprar en efectivo o con la tarjeta de membresía, no toman otros instrumentos financieros como tarjetas de crédito o débito que podrían hacer más seguro el uso del dinero para personas con discapacidad visual. Al momento de devolverme no me especificaron la denominación del dinero para poder guardarlo separado y evitar confusiones.

En esa primera estación no hay acceso a ascensores, lo que impide que personas con discapacidad físico-motora puedan acceder, sin embargo me plantearon que en las demás estaciones sí tienen ascensor. Para tomar el teleférico se debe subir al segundo nivel, por las escaleras convencionales o eléctricas, en el caso de estas últimas el área de bajar esta fuera de servicio en esta estación, aunque la estructura tiene apenas 3 meses funcionando.

Al llegar a la cabina pude notar que esta nunca está totalmente inmóvil, lo cual dificulta el acceso para un adulto mayor o una persona con discapacidad al momento de montarse, ya que necesita sentarse inmediatamente, y al salir porque debe hacerlo de forma rápida.

Las cabinas son muy espaciosas, lo cual permite que una silla de ruedas pueda ingresar sin dificultad, tiene buena ventilación, los asientos son cómodos, lo que permite disfrutar el viaje.

Como punto a mejorar está la indicación de las paradas, que en transportes como el metro hay señales visuales y sonoras que te indican a qué estación has llegado, de modo que alguien con discapacidad motriz o visual puede tener mayor orientación para saber que llegó a su destino.

Concluí el viaje por las 4 estaciones, en un trayecto de menos de 15 minutos, y retorné a la primera estación, de forma segura y tranquila.

Recomendaciones para personas con discapacidad

1. Al momento de llegar es preferible que vengas acompañado, pero si no te es posible, debes pedirle asistencia a uno de los miembros del equipo de seguridad, tanto para el proceso de compra como para montarte en la cabina.

2. Es mejor que lleves el dinero en efectivo para comprar el boleto que cuesta 35 pesos, o si quieres puedes comprar la tarjeta y recargar.

3. En el proceso de montarte a la cabina es bueno que te asista tu acompañante o el personal de seguridad, ya que no termina de detenerse por completo, hay un movimiento de la misma, lo cual puede provocar caídas u otras situaciones.

4. Y por último si tienes discapacidad motora toma en cuenta que en la primera estación no hay ascensor para que puedas acceder.

Desde mi punto de vista, con pocos ajustes razonables, podemos hacer un transporte verdaderamente inclusivo que puedan utilizar todos los ciudadanos con o sin discapacidad.

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