Joaquín Balaguer propone reformas; vedar reelección presidencial consecutiva
El anuncio fue hecho dentro del discurso que pronunció el mandatario ante la Asamblea Nacional en el acto de juramentarse para un tercer período constitucional consecutivo.
El presidente Joaquín Balaguer anunció ayer que propiciará una enmienda constitucional para prohibir la reelección presidencial en dos períodos consecutivos.
El anuncio fue hecho dentro del discurso que pronunció el mandatario ante la Asamblea Nacional en el acto de juramentarse para un tercer período constitucional consecutivo.
Declaró el mandatario que un proyecto de Ley tendiente a introducir la reforma constitucional iba a ser depositado ayer.
Además de la no reelección presidencial en dos períodos consecutivos, la enmienda a la Constitución de la República tiene otros tres objetivos.
Estas otras enmiendas tienden a incorporar un texto en que se consagre la explotación de los bosques como monopolio del Estado; la inalienabilidad de las tierras adquiridas por el gobierno para la Reforma Agraria, para evitar que las parcelas entregadas a campesinos puedan ser adquiridas por terratenientes, y por último, la consagración de la inamovilidad de los jueces.
La última de las enmiendas entraría en vigor a partir del primero de enero de 1976, después que el gobierno, con la cooperación de la Suprema Corte de Justicia, haga una selección cuidadosa, del personal que integrará la judicatura dominicana.
Indicó que la alternabilidad del poder y la liberalización de las instituciones, "representa una labor que no depende de un sólo hombre, por más grande que sea la buena voluntad de este, sino de todas las fuerzas que puedan influir sobre nuestro destino inmediato".
El presidente Balaguer dijo que para democratizar el país en la medida que reclaman los opositores del gobierno, "se necesita la cooperación de todos los dominicanos y muy especialmente la de los partidos políticos y la de las personas que tienen voz preponderante en nuestros diversos núcleos sociales".
Sin embargo, dijo que para lograr esa meta deberá haber un acercamiento entre los dirigentes del país, ya que la democratización tiene que la democratización tiene que proceder, no sólo del gobierno, sino también de la oposición.
Advirtió a los partidos con influencia en la opinión pública que no ciñan sus actos a la ley y se contenten con exigir al gobierno el respeto a la Constitución y las leyes sin hacerlo ellos, que no se podrá aspirar a que en 1978 hayan condiciones para una consulta electoral que no esté influida por fuerzas de presión ajenas a la voluntad popular.
Apeló a los dirigentes políticos "para que no regateen su apoyo al gobierno en sus empeños de dar culminación a su obra con el establecimiento en el país de un verdadero clima de convivencia política y de concordia democrática.
Aclaró aquí que no insinuaba la desaparición de las "críticas al gobierno ni las censuras a su política económica, fiscal, social, etc., porque entonces lo que estaría pidiendo sería el retorno de un régimen dictatorial y una inhibición de la opinión pública en la solución de problemas que atañen a toda la colectividad".
Dijo que lo que él propone es deposición de los "apetidos personales, las actividades inflexibles, los criterios radicales, las posturas extremistas y los sentimientos de clases para que podamos vivir en la sociedad que soñamos y en un país como el que Duarte aspiró a crear para el disfrute de todos los dominicanos".