Exhiben recuerdos de la cotidianidad del doctor Peña Gómez

Sobre un piso forrado en mármol se exhiben algunas reliquias personales de José Francisco Peña Gómez, uno de los líderes políticos más sobresalientes de República Dominicana.

Es viernes 1 de diciembre y el día luce soleado, con nubes dispersas que adornan un cielo azul, cuya iluminación irrumpe con suavidad la exposición de Peña Gómez, organizada en el Museo Nacional de Historia y Geografía de la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte, a cargo de la fundación que lleva su nombre.

Allí, tan pronto pasas la puerta principal, una exhibición de fotografías, con sus frases más célebres, retratan diferentes escenarios de su activa vida política, que inició desde joven hasta su último respiro. En ellas, se observa la elegancia con la que vestía, así como sus expresiones y ademanes de sus incontables alocuciones.

“Nosotros hemos empuñado la bandera de los principios. No nos doblegamos jamás. Si tenemos que caer, caeremos en ella”, se lee en una de las fotografías del tres veces candidato presidencial (1990, 1994, 1996).

Ayer se cumplió un mes de la exposición del carismático dirigente político, que se planificó para conmemorar el 25 aniversario de su fallecimiento: un 11 de mayo de 1998. El próximo martes 5 será el último día. El tiempo corre. Apenas faltan nueve minutos para las 11:00 de la mañana. En el museo hay poca gente. Tan solo está el personal que trabaja, la oficial de seguridad y algunos visitantes por una actividad que se celebrará en el segundo nivel.

Muchos de ellos, al entrar al museo y toparse cara a cara con la exposición, sacan sus celulares para llevarse varios recuerdos. Entre las visitas, una madre acompañada de su hija, se toma el tiempo de viajar a la historia del líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), organización que dirigió por muchos años.

“Ordenada. Muy explícita. Interesante (…) Está bien documentada para cualquier joven que quiera saber parte de la historia política del país”, describe la exposición Orietta García a LISTÍN DIARIO.

La figura de Peña Gómez trascendió a un punto tan alto que, según comenta la mujer, “era imposible que ni siquiera los niños no supieran quién era o lo sepa ahora, de cierta generación, claro está”.

García ha quedado fascinada con las piezas emblemáticas del líder perredeísta. Sin embargo, algo más profundo, nada que ver con lo material, le ha llamado más la atención: uno de sus tantos pensamientos icónicos. “Ni el destierro, ni el silencio forzado de la voz de un hombre bastan para suprimir los principios que defiende”, cita la mujer.

Prendas de vestir

En un costado de donde se ubica la exposición histórica, dos maniquíes visten trajes de Peña Gómez —uno de color azul oscuro y otro color crema—, ambos con chaqueta cruzada.

A la derecha, una máquina de escribir “Olimpya” sobre un escritorio con gavetas y una silla en caoba y enfrente una colección de libros, muestra lo que era en su momento un espacio de estar del exalcalde de Santo Domingo.

Una cama, organizada con sábanas y cuatro almohadas, dos pares de zapatos negros, tres sombreros y una silla de madera, terminan de adaptar su estancia privada.

Vehículos

Pero, sus pertenencias no acaban ahí. En las afueras del museo, muy próximo a la puerta de acceso, dos vehículos —uno marca “Ford Gran Marquís 1984 (negro) y otros “Mercedes Benz W116 1976 (azul)—, captan el interés de las personas.

“Este es el vehículo más conocido y usado por el Dr. José Francisco Peña Gómez”, se lee en la descripción del Ford Gran Marquís, auto blindado que le fue regalado por el asesinado candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), de México, Luis Donaldo Colosio. Explica que el vehículo está siendo restaurado por su hijo, Francisco Antonio Peña Guaba (Tony), para preservar su historia.

El Mercedes Benz, de ocho cilindros, con blindaje total, llegó a territorio dominicano en 1992. El carro, fabricado por encargo de la familia del dictador Mussolini en Italia, sirvió al dirigente político hasta su partida física. “Su acorazado blindado le libró de la muerte en múltiples ocasiones”, revela la descripción.

Otros pensamientos

Peña Gómez, quien nació el 6 de marzo de 1937, en Valverde, y falleció el 10 de mayo de 1998 (61 años), en Cambita Garabitos, San Cristóbal, por edema pulmonar, dejó numerosas frases que han reflejado su manera de pensar, tanto social como política, y de cómo veía el mundo que le rodeaba.

“No hay paz con hambre, no hay paz con desempleo, no hay paz sin pan”.

“El derecho a vivir no tiene ideología”.

“Siempre resultará más fácil criticar que actuar, porque desde la oposición se realizan gobiernos perfectos”.

“En un partido político de masas son imprescindibles los trabajadores manuales, pero también lo son los intelectuales, porque son estos los que dan forma a las ideas, pensamiento y derechos de los primeros”.

“El liderazgo legítimo es un don de Dios que no se compra con dinero ni se aprende en las universidades. Los estudios académicos y el dinero pueden fortalecer el liderazgo, nunca sustituirlo”.