Política

Trump en el banquillo de los acusados

La fiscal Fani Willis

El ex presidente Donald Trump fue acusado el martes 1 de agosto de cuatro cargos penales por su intento de permanecer en el poder después de perder las elecciones de 2020 frente al demócrata Joe Biden. Dos de los cargos conllevan una pena máxima de 20 años de prisión.

El nuevo encausamiento se suma a acusaciones anteriores contra el ex mandatario. Trump también está acusado en el estado de Nueva York por presuntos delitos financieros, en relación con un pago a la actriz porno Stormy Daniels para que guardara silencio sobre una relación extramarital con el magnate convertido en político. Y en la Florida ha sido acusado por manejo ilegal de documentos clasificados, los papeles secretos de la defensa nacional que se llevó indebidamente de la Casa Blanca al terminar su período presidencial y que aparecieron en su residencia de Mar-a-Lago, en el condado floridano de Palm Beach. Trump se ha declarado inocente de todos los cargos.

La actriz porno Stormy Daniels sostuvo un romance con Donald Trump

Los problemas judiciales que afronta Trump son muy graves. Pero el ex presidente no se amilana y sigue haciendo campaña para regresar a la Oficina Oval, mientras no deja de repetir que las acusaciones en su contra forman parte de una caza de brujas por parte del Partido Demócrata y que la elección, según él, le fue robada. Fiel a su estilo impulsivo, afirma esa falsedad sin aportar ninguna prueba.

La actitud desafiante de Trump era de esperar. Lo que resulta insólito es que, a pesar de sus problemas con la justicia, sigue estando a la cabeza entre los votantes republicanos con vistas a la elección del año próximo. Trump le saca más de 55 puntos de ventaja saca más de 35 puntos de ventaja en los sondeos al candidato que más se le acerca, el gobernador de la Florida, Ron DeSantis. Y está empatadp en intención de voto con el presidente Biden, cada uno con 43 por ciento de la preferencia electoral.

Asalto al Capitolio.

El hecho de que Trump sigue siendo el candidato favorito de los republicanos a pesar de las acusaciones que pesan sobre él indica que su mensaje político y divisionista encuentra un eco potente en una parte cuantiosa del electorado. El ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021 -con el propósito de revertir los resultados de la elección presidencial y hacer que Trump siguiera en la Casa Blanca- demostró que hay muchos seguidores del ex mandatario resueltos a llevar a cabo acciones radicales y violentas para imponer sus criterios y apoyar a su líder.

Esta misma semana, la fiscal Fani Willis, del estado de Georgia, denunció que ha recibido amenazas y mensajes racistas y sexistas. Willis es afroamericana y es la fiscal que investiga la acusación contra Trump de que trató de cambiar los resultados de la votación presidencial en Georgia en 2020. Los medios locales han informado que se han tomado medidas adicionales de seguridad en el tribunal del condado de Fulton, en Georgia, donde el proceso contra Trump se lleva a cabo, temiendo una reacción violenta de sus partidarios cuando se emita una decisión sobre el caso este mes.

El ataque al Capitolio y las acciones y amenazas de seguidores del ex presidente que creen -sin fundamento alguno- que la elección fue un fraude deben ser una voz de alerta para la sociedad norteamericana. Deben ser un recordatorio de que la sociedad no se puede dormir en los laureles de una democracia que podría estar más amenazada por el fanatismo político de lo que se suele creer.

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