Migración

tráfico de personas

La migración irregular se torna un grueso negocio en Centro y Suramérica

La ruta conectada por la carretera Panamericana, a través de la tenebrosa y peligrosa selva del Darién, parece un paso “fácil” para muchos migrantes, que atraviesan más de diez naciones sin mayores impedimentos de las autoridades en esos países.

Además de pagar a coyotes, los migrantes usan su dinero para pagar transporte entre las naciones en su ruta, comen en puestos de ventas, en los centros de recepción, para poder continuar su recorrido.LISTIN DIARIO

Llegar desde Centroamérica a los Estados Unidos aparenta ser una travesía “fácil”, ya que muchos logran cruzar las fronteras de varios países sin grandes trabas, debido a que varias naciones no condenan ni procesan a los migrantes por la vulneración de sus fronteras.

Desde hace un tiempo, en Centroamérica se han hecho comunes las caravanas de inmigrantes que buscan llegar a los Estados Unidos para alcanzar un mejor nivel de vida. Se trata, no solo de residentes en la región, sino de ciudadanos provenientes de Asia y África, quienes también usan esta vía.

De acuerdo con personas consultadas durante nuestro recorrido por la frontera entre Panamá y Colombia, el costo de un viaje desde Suramérica hasta esta área ronda desde los USD5,000 a los USD10,000, si no son asaltados por bandas que despojan de sus pertenencias a los migrantes.

Un joven identificado como Leo, y quien nos pidió no tomarle fotos, explicó que las bandas en Colombia, Guatemala y México son las que más daños ocasionan a los migrantes que deciden realizar esta ruta hacia los Estados Unidos.

pagar para no morir

“Salí desde de la zona del Choco, en Colombia, donde comienza el Darién. Me cobraron 250 dólares para tomar una embarcación y poder iniciar mi travesía, y en medio de la selva tuve que pagar para evitar que me mataran”, explicó Leo.

Siguió diciendo que hizo la ruta tras ser orientado por un hermano que ya está en los Estados Unidos, quien le habló sobre los lugares peligrosos y lo espera allá.

Los migrantes, tras cruzar el Darién por Panamá, Costa Rica, Nicaragua, y Guatemala, luego de ser registrados en los servicios de migración de esas naciones, pueden continuar si tienen los recursos para pagar el transporte y seguir su ruta.

“Aquí, en Panamá, les dan atenciones médicas, se registran en Servicio de Migración y se les brinda la oportunidad, si tienen los recursos, de continuar hacia la frontera con Costa Rica, tras pagar 40 dólares a una empresa de transporte privada”, señaló Maribel Peña, representante de la Defensoría del Pueblo en Lajas Blancas.

Una realidad conocida es que Panamá, Costa Rica, Nicaragua y Guatemala no contemplan sanciones por la vulneración de sus fronteras, lo que facilita la migración en la zona.

un viaje muy costoso

El dominicano Michael Montero detalló que el trayecto de cruzar la selva del Darién, además de requerir de un esfuerzo físico muy fuerte, tiene un costo elevado, porque hay que pagar “peaje” a grupos en distintas comarcas para poder pasar.

“He emprendido el viaje y en momentos he sentido que no lo voy a lograr, pero el interés de una mejor vida me empuja a migrar”, precisó Montero.

Aunque no emigró directamente desde la República Dominicana, dijo que ha tenido que pagar para llegar desde Chile a Colombia.

Tras concluir su cruce por el Darién, al momento de nuestra conversación, ya había completado su registro en Panamá y se preparaba para seguir su ruta desde Lajas Blancas hasta Chiquiriquí, en la frontera con Costa Rica.

Carpa para asistencia y negocios de ventas en la frontera Colombo-Panameña

gestiones y pasos en la ruta

El negocio de la migración implica una importante inversión de dinero para quienes se animan a realizar esta travesía. Además de pagar a los coyotes, los migrantes usan sus recursos para costearse el transporte entre las naciones en su ruta. También se abastecen y alimentan mediante los puestos de ventas en los centros de recepción, para poder continuar su recorrido.

Junto a estos, conviven los puestos militares para garantizar el orden, así como los indígenas de comarcas en los alrededores de Lajas Blancas.

Todo el panorama descrito evidencia que, ante las dificultades de cruzar el Darién de una nación a otra, es claro que la migración ilegal es una amenaza de vulneración de derechos para miles de personas de diferentes partes del mundo. Se trata de un riesgo que no deberían tomar ni los adultos ni los niños, ya que, en la lucha por alcanzar una mejor vida, emprenden la “travesía de la muerte”, donde muchos ya han perdido sus vidas y las de seres queridos.