Suprema ordena extradición de líder de mafia rusa vinculada a estafa con cannabis
Sergei Berezin, quien se encuentra involucrado junto a ocho sospechosos más que fueron capturado en España y otros países europeos.
La Segunda Sala Penal de la Suprema Corte de Justicia ordenó la extradición de un ciudadano ruso, quien es el principal investigado de una organización que habría estafado 645 millones de euros con inversiones falsas en plantas de cannabis de uso medicinal.
El tribunal, presidido por Francisco Jerez Mena, e integrado por Francisco Ortega Polanco y Pedro Sánchez Rivera (juez de Corte de Apelación), declaró con lugar la extradición solicitada en contra de Sergei Berezin.
Asimismo, los jueces pusieron a cargo de la Procuraduría General de la República la tramitación y ejecución de la presente decisión, de conformidad con los términos de la Constitución de la República y las leyes sobre la materia.
La solicitud fue presentada por el procurador adjunto Andrés Chalas Velásquez, del Departamento de Cooperación Internacional y Extradiciones de la Procuraduría General de la República.
En la operación han participado fuerzas de seguridad españolas, dominicanas, alemanas, francesas, estadounidenses y británicas, con la colaboración de Europol y Eurojust, informó este sábado la Policía española en un comunicado.
Los acusados de pertenecer a esta organización criminal, que actuaba en 35 países, fueron arrestados en España (2), Alemania (2), Reino Unido, Letonia, Polonia, Italia, además en República Dominicana.
ESTAFA PIRAMIDAL
El modelo de negocio consistía en utilizar el capital transferido de los inversores a los socios cultivadores para financiar la cría de plantas de cannabis; una vez hecha la cosecha, se vendería el producto y la plataforma recibiría una parte del beneficio que, posteriormente, devolvería al inversor.
Con este sistema se prometía a las víctimas beneficios de entre el 70% y el 168% al año, según la especie de cannabis.
Además, para facilitar la captación de clientes y ofrecerles confianza, la plataforma contaba con oficinas físicas de información al inversor en ciudades de Europa (Valencia, Berlin, Zúrich, Ámsterdam y Lisboa).
Sin embargo, los agentes españoles comprobaron que los fondos captados no se reinvertían totalmente en cannabis medicinal, sino que parte se destinaba a pagos parciales a las víctimas, otra porción al marketing y una gran parte al enriquecimiento de los investigados.
La mayor parte del dinero de los inversores se ocultaba con un complejo entramado de cuentas bancarias, sociedades pantalla y testaferros de Europa del Este.